Ersilio Ferri tiene 87 años y es un viejo vecino de barrio Fomento 9 de Julio. Se domicilia en Pedro Zenteno al 2400, entre Aristóbulo del valle y Pedro Víttori. "Soy el más antiguo de edad y también de residencia de toda la cuadra", se jacta. Se mueve y habla pausado, sentado en uno de los sillones de su living. Es sábado y todavía le duele "todo". Este viernes por la mañana, una delincuente muy agresiva lo atacó salvajemente con un martillo, le robó y lo mandó al hospital.
Ferri subsiste con lo que cobra por su jubilación y la de su esposa fallecida. "Ella murió hace unos años, como consecuencia de un asalto similar", se lamenta con la voz entrecortada. Él fue telegrafista en las épocas doradas del ferrocarril, en la Estación Belgrano. "Después me echaron por defender mi libertad de expresión y me fui a trabajar a una joyería familiar", cuenta.
Este viernes, muy temprano a la mañana, este hombre fue blanco de un feroz atraco. "Eran aproximadamente las 7.30 y yo desconecté la alarma para sacar a mi perrito al patio. Apenas abrí la puerta apareció una mujer que me arrojó gas pimienta en los ojos. Me dejó totalmente fuera de acción. Ahí me metió adentro y me empezó a pegar. Sin motivo. No sé si estaba drogada. No sabía qué le pasaba. Quería entablar una conversación, pero era imposible, porque andaba a los golpes", recordó Ersilio este sábado.
"Yo sabía que buscaba plata, pero yo soy jubilado y dinero no tengo. Cobro lo mínimo. Me revolvió toda la casa y se llevó los 6 mil pesos que me quedaban. Yo tenía los billetes en el bolsillo de un saco y desaparecieron", puntualizó la víctima, que no alcanzó a ver si la asaltante estaba sola o tuvo ayuda. "Sólo la vi a ella. No pude observar mucho, porque enseguida me ató todo, me amordazó. Era imposible zafarme", agregó.
La violencia que utilizó la mujer contra Ferri quedó marcada en todo su cuerpo. "Me pegaba con un martillo, en la cabeza, en la espalda, en los brazos. No sé qué la impulsaba a golpearme así. Me dio una patada en las costillas que me duele como el demonio", aseguró Ersilio, que cuando se fue la malviviente logró arrastrarse varios metros hasta un ambiente cercano a la puerta del frente. Desde allí pudo pedir ayuda cuando llegó el hombre que trabaja para él como cuidador, cerca de las 9.
"Llegué a la hora de siempre y cuando toqué el timbre escuché que Ersilio pedía auxilio. Entonces llamé a la policía y ellos levantaron la persiana para que podamos entrar. Me asusté al verlo ensangrentado. Estaba atado con fuerza. La ambulancia demoró más de media hora. Menos mal que él no estaba grave", relató Diego.
Ferri fue trasladado al hospital Cullen, donde se le practicaron las curaciones. La herida más importante la tenía en la cabeza, donde recibió varios puntos de sutura.
Tenés que leerNo se salva nadie: golpearon, maniataron y robaron a un vecino de 87 años "La primera vez que me robaron nos ataron y amordazaron a mí y a mi señora. No había luz afuera y cuando llegamos y abrí la puerta se nos metieron. Me redujeron inmediatamente. Tenían preparación en ese tipo de operativos. Seguro que eran policías. Mi tiraron en el dormitorio y a mi señora la tenían en el living. Se llevaron nuestros ahorros de toda la vida: 10 mil dólares. Mi esposa no quedó bien desde entonces y poco tiempo después murió. La segunda oportunidad que me asaltaron fue parecida a esta última. Cuando abrí el patio se me vino un tipo con una mujer que había trabajado acá. En dos saltos me agarró y me metió adentro. También me ataron", manifestó el jubilado.