El 24 de febrero de 1981, el príncipe Carlos de Inglaterra y Diana Spencer hicieron público su compromiso. Hoy se cumplen 40 años de un anuncio que cambiaría para siempre sus vidas, una decisión cuyas consecuencias ninguno de los dos protagonistas pudo dimensionar, y el comienzo de una historia que debió haber sido la más hermosa de todos los tiempos (el príncipe y la cándida e inocente jovencita) para ser en cambio la de un matrimonio triste y sin amor.
"La reina y el duque de Edimburgo anuncian, con el mayor placer, el compromiso matrimonial de su querido hijo el príncipe de Gales con lady Diana Spencer, hija del conde de Spencer y de la honorable mrs. Shand Kydd", indicó entonces un comunicado oficial de Palacio. Diana y Carlos se conocían desde pequeños. Pero no fue hasta 1980 cuando empezaron una relación amistosa que terminaría en el anuncio de boda.
Carlos de Inglaterra explicó en su día a una periodista británica que pidó matrimonio a Diana en vísperas de un viaje a Australia. Le dijo que se lo pensara durante ese tiempo. Pero la dulce e inexperta Diana exclamó: "¡Pero si nunca he tenido la menor duda!". Isabel II pensaba entonces que Diana sería la princesa ideal, lo que Carlos necesitaba para olvidar a esa mujer casada -Camilla Parker Bowles- con quien tenía relación, pero se equivocó: luego del compromiso, la boda, que se celebró el 29 de julio de ese mismo año, fue "de cuento de hadas", aunque luego el matrimonio no completó el cuento.