La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, estuvo este sábado en la ciudad participando del congreso provincial del partido, con representantes de toda la provincia, entre autoridades partidarias, legisladores, concejales y autoridades comunales.
La presidenta del PRO estuvo en Santa Fe para participar de un congreso partidario. Dijo que es hora de "explotar" la representatividad y la adhesión que Juntos por el Cambio tiene en la provincia para apuntar a go bernarla. Cargó contra la política de Perotti en materia de seguridad.
La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, estuvo este sábado en la ciudad participando del congreso provincial del partido, con representantes de toda la provincia, entre autoridades partidarias, legisladores, concejales y autoridades comunales.
En diálogo con El Litoral, expuso que el encuentro fue pensado para analizar "el panorama de cómo está el PRO a nivel nacional, y Juntos por el Cambio, discutir nuestros posicionamientos políticos de cara a la sociedad, en temas como seguridad, pandemia. Y también la estructura y estrategia frente a las elecciones de este año". En ese orden, aunque ni Bullrich ni otros referentes partidarios desecharon la idea de un "frente de frentes" opositor, junto con el socialismo, aclaró que esa cuestión no estaba en el temario en esta oportunidad.
-Estamos analizando como está organizado Juntos por el Cambio, y el fortalecimiento del PRO en todo el país. Tenemos que llegar fuertes a las elecciones legislativas de este año. Hay definiciones que estamos tomando en cuanto a que el PRO tenga el objetivo de ganar Santa Fe junto con nuestros aliados en la próxima elección, apuntando a tener un gobernador para las de 2023. Creemos que Juntos por el Cambio y el PRO tenemos aquí y en este momento suficiente representatividad como para explotarla. Hemos tenido un nivel de votos muy importante en la provincia, así que nuestro primer objetivo es este fortalecimiento.
-¿El panorama nacional presenta un escenario abierto para las futuras candidaturas presidenciales? Digo porque, más allá de las expectativas de dirigentes del radicalismo y de Horacio Rodríguez Larreta, también se menciona su propio nombre.
-Creemos que no tiene ningun sentido politico que adelantemos el 2023. En este 2021 tenemos que llevar la mejor selección, los mejores candidatos en todo el país. Entonces tenemos que abocarnos a esa tarea. Sobre todo porque hay lugares donde ya hay candidatos posicionados, y eso es bueno para ir haciendo crecer dirigentes, pero hay otros en los que puede haber competencia, porque hay muchas figuras, entonces hay que ordenar eso de la mejor manera en función del objetivo.
- ¿Le parece que se puede haber resentido el apoyo de la ciudadanía, luego del resultado de las últimas elecciones?.
- Yo siento que el año pasado tuvimos algunos momentos en que la demanda de la gente era muy fuerte, había mucho miedo de que Cristina Fernández de Kirchner avanzara sobre la Justicia, sobre la Corte Suprema, sobre la Procuración. En este momento creo que se está viendo que el gobierno tiene cada vez más problemas de gestión, de carácter ético (como en todo este proceso vivido con la vacuna), tiene guerras internas muy profundas. Y además el país ha tenido, tanto en la oposición como en la ciudadanía y la Justicia, resguardos institucionales. Boudou terminó condenado, Lázaro Báez terminó condenado, con lo cual el sueño de que todo es producto del lawfare ha quedado sepultado. Y creo que ahí ha bajado un poco éste reclamo de la ciudadanía a la oposición, y nos ven mucho más encaminados a conducir este proceso político.
-Con respecto al escándalo de las vacunas, ¿le parece que la suerte de cortafuego que intentó poner el gobierno está funcionando o se va a seguir expandiendo?
- No, ésto se amplía, porque es un modus operandi. Desde el primer día, el gobierno tomó la decisión de partidizar la vacuna. Ya con el avión llegando, hacer un acto político, luego repartiéndolo a los intendentes amigos y no a los de Juntos por el Cambio, en Olavarría perdiendo 400 vacunas porque la llevaron al freezer de un sindicato (cuando allí está el primer vacunatorio de la provincia de Buenos Aires) por ser un municipio gobernado por Juntos por el Cambio, las camisetas de La Cámpora repartiendo vacunas en todos lados. Y bueno, eso inevitablemente iba a llevar a ésto: a que la oligarquía K se vacunara, porque se sienten los imprescindibles. O los estratégicos, como se dice ahora. Y ahora cambiaron el decreto, donde estaban séptimos en el orden de prioridades, para cubrir lo que han hecho. Pero todos los días sale una cosa nueva. Es un modus operandi, una matriz de uso de los fondos públicos. Hay una línea de continuidad entre Lázaro Báez, que se quedó con el dinero de las obras públicas, y este escándalo de las vacunas. A mí me hace acordar a las grandes colectas patrióticas para la guerra de Malvinas, que se las terminaba quedando un grupito privilegiado, de militares que estaban en el gobierno. Es el mismo sentimiento de indignación y de injusticia el que se despierta hoy, de defraudación. Nosotros somos muy distintos a ellos, por eso acá también se discuten dos maneras de actuar.
- Que le opongan el concepto de "oligarquía" debe ser bastante irritante para éste gobierno.
- Bueno, pero qué es una oligarquía: un grupo que utiliza el poder en beneficio propio; una casta que se apropia de lo público. Y bueno, ésa es la definición
- Usted está presentando también por estos días su libro "Guerra sin cuartel", sobre la lucha contra el narcotráfico y la violencia. A la vez, como ministra tuvo mucho trabajo en territorio aquí en Santa Fe. ¿Cómo ve hoy a la provincia en ese tema?.
- Estoy viendo con mucha tristeza que el gobierno en Santa Fe no haya tomado en cuenta que nuestra gestión le dejó un camino allanado, con todas las bandas presas, con barrios donde habían bajado los homicidos y los tiroteos, que las familias y los clanes criminales estaban entre rejas (como acá en Alto Verde), la experiencia que hicimos en las zonas más conflictivas. Nosotros estamos trabajando ahora desde la Legislatura, desde los concejos deliberantes. Pero cuando el Estado se rinde, cuando baja los brazos, cuando además tiene un ministro de Seguridad que mejor perderlo que encontrarlo, la situación es muy difícil. No se puede combatir el narcotráfico cuando los que gobiernan no lo quieren hacer, o piensan que no es lo más importante. Y dejan a la Policía sin ningún tipo de medios. Porque la Provincia tiene plata debajo del colchón, y dejan a la Policía con un 40 % menos de móviles. No se entiende por qué no la usan para cuidar a la gente.
Sin cuartel
"El problema que tiene el narcotráfico es que uno lo erradica, y trata de volver. Y si uno no está siempre presente, lo hacen. Por eso es una guerra sin cuartel. En todo el país bajaron los homicidios, porque por la pandemia hay menos gente en las calles, y en Santa Fe subieronn. Así que a mí me da mucha tristeza que los gobiernos resignen las buenas políticas".