Un policía de la localidad de Monje agredió físicamente a su ex pareja y los días posteriores la amenazó y hostigó mediante llamadas telefónicas, a pesar de la prohibición de contacto y acercamiento que la Justicia había dictado. Fue detenido e imputado, y decidió firmar un acuerdo de juicio abreviado.
El fiscal Marcelo Nessier atribuyó a Diego Rafael Molina la autoría de tres hechos de "amenazas en contexto de violencia de género" y las "lesiones leves dolosas calificadas en contexto de violencia de género" en contra de su ex pareja. La defensa estuvo a cargo del abogado particular Daniel Rocca.
Este sábado el juez José Luis García Troiano admitió el acuerdo de juicio abreviado que comprende una pena de 3 años de ejecución condicional, y ordenó una serie de reglas de conducta.
Entre estas, Molina fijó domicilio en la ciudad de Santa Fe, tiene prohibido acercarse a menos de mil metros de la mujer y su domicilio. Tampoco podrá contactarla. Por disposición judicial deberá "inscribirse en el taller de reeducación emocional de nuevas masculinidades que brinda el Municipio de la ciudad" debiendo acreditar su inicio dentro de los próximos 90 días". A partir de la fecha en que la condena adquiera firmeza, cualquier incumplimiento podría derivar en la revocación de la condicionalidad de la pena.
El imputado posee un historial de violencia en contra de su ex pareja. Hace un año la Justicia intervino y ordenó una serie de prohibiciones, entre ellas la de acercamiento, por lo que Molina abandonó la localidad de Monje y fijó residencia en Santa Fe. Pero con el transcurrir del tiempo, y tras dar a luz al hijo que tienen en común, la mujer terminó conviviendo nuevamente con él.
La violencia continuó. La tarde del 6 de febrero, durante una discusión de pareja, el policía golpeó con sus puños el rostro de la mujer y la lesionó en el pómulo derecho. El 2 de marzo, luego de una seguidilla de amenazas y hostigamiento constante durante tres días, ella decidió radicar la denuncia y Molina quedó detenido.
La amenazó con frases como: "No me provoques", "no me conocés bien", "voy a ir un día y te voy a matar a trompadas y te lo digo en serio"; "querés que te cague a cachetadas en serio", "vos hacés lo que digo y nada más porque sos mi mujer" y "no te hagas la estúpida porque te voy a romper la cabeza; vos sos mi mujer y nada más; vos vas a hacer lo que yo te diga, soy tu marido y nada más; decime donde estabas porque te voy a romper la cabeza; decime sincera, ¿tenés otro?".
Para la fiscalía, "las conductas descriptas se realizaron en un marco de violencia de género, constituyendo las mismas reiteraciones de comportamientos humillantes y degradantes a la que venía sometiendo a la víctima, en una relación asimétrica de poder", sobre todo teniendo en cuenta que ella manifestó haber sido objeto de golpes, maltratos verbales, insultos y amenazas anteriormente, pero no lo denunció por temor.