El primer tiempo (ganaba Argentinos 1 a 0) tuvo un resultado mentiroso: Colón merecía largamente el empate. El segundo tiempo (terminó 0 a 0) también fue mentiroso: Argentinos lo pudo haber liquidado porque marró tres mano a mano. Por ese sencillo motivo, Ignacio Chicco (7) terminó siendo la figura de Colón. Nada que hacer en el gol (Avalos se llenó el empeine con una media vuelta de sobrepique que lo dejó sin chances), con poco trabajo en el primer tiempo pero adquiriendo dimensión en el segundo, cuando ahogó en tres ocasiones el grito de gol del Bicho de La Paternal.
En ese primer tiempo en el que Argentinos fue eficaz al principio y Colón gobernó el trámite, creó situaciones y no pudo convertir en las última media hora de esa parte inicial, Cristian Ferreira (6) y Federico Lértora (6) fueron los destacados. El ex River demostró que es un jugador fino, que juega bien a uno o dos toques, inteligente y tratando de asociarse con el Pulga y Leguizamón. Volcado del medio hacia la derecha, hizo un buen partido en esa parte inicial y estuvo cerca del gol (una doble tapada de Chávez). El volante central fue el dueño de la situación en el medio, cortó el circuito de juego de Argentinos y empujó al equipo. En los dos casos, el rendimiento individual se fue cayendo en el segundo tiempo como también el de otros jugadores.
En el fondo, ninguno estuvo a la altura de lo que venían jugando. Se notó mucho en Garcés (4), que se complicó bastante por su sector y no dio esa imagen de solidez que lo llevó a convertirse en un titular indiscutido, al menos en este momento, para Domínguez. Tampoco Goltz (5), que controló bastante la situación en el primer tiempo pero ya no fue igual en el segundo, cuando el adelantamiento masivo del equipo obligó a marcar en cancha grande, con espacios amplificados y allí no dio imagen segura; y tampoco Delgado (4), otro de los que tuvo una tarde con desaciertos.
Algo de Mura (5) en el primer tiempo, sobre todo, aunque disminuyendo su rendimiento y dando espacios a sus espaldas que fueron bien aprovechados por el rival y poco de Escobar (4), que atacó poco y no defendió bien. En el sector central, lo dicho de Lértora y una tarde con buenas y malas de Góez (5), a veces impreciso en el manejo de la pelota y entrando en la impotencia, como el resto, a medida que transcurrieron los minutos en la parte complementaria.
Tenés que leerEduardo Domínguez: "Nuestro objetivo es la Copa de la Liga"Sin dudas que en el análisis del mediocampo no se puede soslayar que si se incorporan los marcadores-volante, que son los "comodines" para determinar si se marca con línea de cinco o con línea de de tres en el fondo, de los cinco jugadores que estuvieron en la cancha (Mura, Lértora, Góez, Escobar y Ferreira), hubo cuatro ausencias en comparación con el partido anterior.
En el bloque ofensivo, lo dicho de Ferreira y un partido flojo de los otros dos. El Pulga Rodríguez (4) estuvo poco participativo, intentó asociarse por momentos con Ferreira y apenas si se puede destacar un tiro libre en el primer tiempo que pasó cerca del ángulo superior izquierdo del arco de Chávez. Leguizamón (4) falló en dos oportunidades (un cabezazo desde muy cerca que fue desviado y un mano a mano en el que hizo temblar el palo izquierdo). El intenso despliegue físico sirve, pero para sumar y no para marcar alguna diferencia. La realidad es que Colón estuvo errático en los últimos metros de la cancha y desperdició situaciones que habitualmente no se desperdician.
Otro tema que debe señalarse es la integración del banco de suplentes. Evidentemente, la idea de plantel "corto" que tiene el DT, con escaso recambio y fuertemente disminuido por las ausencias de varios jugadores (Morelo, Bernardi, Aliendro, Castro, Sandoval, Pierotti y Bianchi), lo obligó a llevar un bando de relevos con escasísimas alternativas. Tenía dos arqueros, un marcador central, un pibe como Gozálvez y los tres que ingresaron (Meza y Piovi, dos defensores, más Farías). Ellos, los que entraron, no pudieron cambiar la complicada ecuación que acarreaba el equipo. Farías se tiró por derecha y se lo vio errático, pasado de revoluciones en algunas jugadas. Meza arrancó por izquierda y luego fue a su posición natural y tampoco tuvo posibilidades de aportar algo, mientras que Piovi se excedió y vio la roja por doble amarilla en los pocos minutos disputados.
Dos tiempos bastante bien marcados, con mejor saldo en el primero (a pesar de que allí se definió el resultado) y con escasas ideas y mucha impotencia en el segundo. El resultado no se discute, basta con entender quién fue la figura del equipo (su arquero). Y como conclusión, la posibilidad para el técnico de sacar conclusiones, de haberle dado rodaje a los jugadores que no tenían tantos minutos en cancha y revisar algunas cuestiones en la parte estratégica: no caben dudas que así como se conoce a la perfección el libreto cuando se va ganando o empatando, las dudas surgen cuando el equipo va perdiendo.