Este martes en Paradiso Puerto se presentará Dos de Corazón, el dúo integrado por Mantu y Willy de Bulldog, que repasará en formato acústico las canciones del grupo rosarino. El Litoral dialogó con Willy sobre este formato íntimo, que permite volver a la ruta mientras preparan novedades con la formación ampliada.
Gentileza producción Repasamos los clásicos de la banda, nos ponemos en contacto con la gente, los fans más acérrimos, o los más curiosos, que quieren ver de qué se trata esto , cuenta Willy.
Producciones Clandestinas sigue festejando su 10° Aniversario pero esta vez cambia de formato y lugar. El próximo martes 23 de marzo (vísperas de feriado) lanzan el ciclo Acústicos Clandestinos y lo hacen con Dos de Corazón, el dúo formado por Hernán “Mantu” Mantoani y Guillermo “Willy” Tagliarini, integrantes de Bulldog. El show aparte de ser íntimo e interactivo tiene un aditivo más y es la altura ya que estarán tocando en la mega terraza de Paradiso Puerto (Francisco Miguens 180).
Las entradas anticipadas se pueden adquirir ingresando a www.entradasclandestinas.com o bien de manera presencial en la tienda Santa Fe Rock (San Martín 2347 - Galería Florida, local 40). Para más información @produccionesclandestinas en Instagram y Facebook.
Como anticipo, El Litoral conversó con Willy para conocer más sobre este formato y el presente de una formación con tres décadas de andadura.
Despojados
-Vuelven a Santa Fe, la última vez fue en noviembre de 2019, cuando nadie se imaginaba lo que iba a pasar. ¿Qué se siente poder volver a la ruta de la mano de este nuevo formato, Dos de Corazón?
-Bueno, para qué vamos a hablar de la pandemia: ya es un tema recontra trillado y todavía lo estamos padeciendo. Incluso la incertidumbre nos sigue acosando, porque nadie sabe qué va a pasar, no sabemos cómo se van a ir sucediendo los hechos. Mientras tanto Bulldog siguió ensayando durante todo el año pasado, estamos preparando un disco nuevo. Pero no podemos salir a tocar con la estructura que implica mover a Bulldog: el colectivo, los asistentes... somos un equipo no gigante, pero que no puede salir a tocar para la capacidad que están habilitados los locales hoy día.
Entonces se nos ocurrió con Mantu hacer este nuevo formato, que no es Bulldog; pero somos dos integrantes históricos, que estamos desde los comienzos. Repasamos los clásicos de la banda, nos ponemos en contacto con la gente, los fans más acérrimos, o los más curiosos, que quieren ver de qué se trata esto.
Las experiencias que venimos desarrollando ahora (recién arrancamos, ojalá que dure un tiempo) son muy fructíferas, muy productivas. La pasamos nosotros, la gente se engancha; el formato de guitarra acústica con algún elemento percutivo y las voces está muy bueno, queda muy interesante. Es como desandar el camino de la canción, hasta que llega al estudio. La gente lo disfruta y nosotros también. Y por supuesto es un desafío.
-Si bien habían hecho algunos acústicos por el 30 aniversario, eran en formato de banda, hay que animarse a bajarle un cambio a las canciones, y quizás también este formato revele la fuerza de las letras y las melodías.
-Sí, la llegada de la canción es diferente: va directo al corazón. Por eso un poco jugamos con Dos de Corazón: es una canción representativa del grupo. Tenemos un slogan que es: “Llegamos y dejamos el corazón arriba de la mesa”. Acá es volver a las bases, a las fuentes; a conectarnos todo lo que es pedales, el armado; conducir el auto. Es bajar la infraestructura de la banda, y lo hacemos disfrutándolo, no es que lo padecemos.
Como bien decías, tuvimos unos shows acústicos con la banda, pero era otra cosa: éramos todos los músicos y había bastantes músicos invitados: había violín, violoncello, viola; lamentablemente no lo pudimos llevar a todo el país, solamente lo hicimos en Capital y en Rosario, pero la verdad es que estuvo muy bueno, hicimos varias funciones. Eso comandado bajo la dirección artística de un gran pianista, un arreglador que es el Viti Parma, de acá de Rosario. La experiencia fue genial, también fue un desafío. Ahora vamos por otra.
Lo interesante es que nos podemos mover en este lapso, porque después quién sabe: a partir de mayo o junio no sabemos cómo vamos a estar. Con Mantu no podíamos aguantar un año más estar encerrados, parados; más allá de ensayar necesitábamos el afecto, salir a tocar: porque es lo que nos gusta, y lo que hace 30 años venimos haciendo.
-Pueden cantar junto a la gente clásicos como “La vida”, “Fatal destino” o “Más que diez” que nacieron así: como una melodía, y es la fuerza que la gente recuerda de la canción.
-Exacto. Es un valor intrínseco que tiene la canción, la gente siempre fue parte de esas melodías y la banda empezó a crecer por el calor, el entusiasmo, la pasión que mete la gente. Y por supuesto nosotros los músicos no somos ajenos a esa pasión, porque realmente lo hacemos con el corazón, nos gusta; y muchas veces dejamos de lado un montón de cuestiones a lo largo de nuestra carrera para seguir adelante y para llevar nuestras canciones a lo largo y a lo ancho del país. Sin habla de afuera de la Argentina, porque también poco a poco fuimos desarrollando la carrera de la banda afuera. Por lo pronto ahora estamos con este Dos de Corazón, y muy motivados.
Tribulaciones
-Después de 30 años de banda la pandemia les puso una nueva prueba a nivel humano. ¿Cómo la atravesaron?
-Como casi todas las personas: incertidumbre, un año de mierda fue, para decirlo lo más suave posible (risas). Un año que nos empobreció, que nos endeudó, que nos encerró; perdimos seres queridos, familiares que sí, por ahí tenían comorbilidades pero bueno se los llevó la pandemia. Quizás hubiesen vivido algunos años más, dos o tres; cuando estás llegando al epílogo, la etapa final de tu vida, si te dan dos añitos más firmás.
Lo vivimos al principio con total sorpresa: esa situación que no sabías si podías salir a la calle, te paraban y te pedían los papeles de a dónde vas; te coartaron la libertad un poco, porque nadie está acostumbrado a una pandemia, no es algo de todos los días.
Tampoco quiero ahondar en el tema, porque no es lo mío, pero creo que algunas medidas fueron desastrosas, muchas cuestiones se manejaron muy mal. En el medio de ese no horizonte, al principio fuimos muy respetuosos, ni siquiera nos podíamos juntar a vernos por un tiempo, no podíamos ir a la sala no podíamos ir a la sala de ensayo porque estaban prohibidas las reuniones.
Cuando nos dijeron “sí, se puede” empezamos a ir a la sala, empezamos a desandar el camino de nuevas canciones, porque la idea es grabar un disco nuevo con Bulldog, vamos a ver si lo podemos hacer en estos meses. Está bueno que la pandemia, dentro de lo choto que fue y está siendo, deje algo productivo: un disco nuevo para Bulldog lo sería. Lo que estamos haciendo con Dos de Corazón también es algo productivo, esperanzador. Vamos a ser realistas: tampoco uno se puede dejar amedrentar y dejar pasar por encima por un virus o por lo que sea, hay que seguir adelante.
Creo que vamos a sacar bastantes conclusiones después de esta pandemia, todos los seres humanos que hacemos un poco de introspección y que tratamos de mirar para adentro a ver en qué estamos fallando: a lo mejor también somos partícipes, sin quererlo o a distancia, de este momento de mierda que está viviendo la humanidad.
El 2020 había arrancado muy bien, con varias contrataciones, mucho laburo, muy buenas expectativas. Ya teníamos shows cerrados, y giras por todos lados, como hacemos siempre. Si le hubiésemos podido sumar un disco nuevo eso te da trabajo, más giras, y todo lo que representa.
Pero bueno, nos planchó, nos mandó a estar en contacto más con el instrumento, si se quiere por el lado positivo, a estar más en contacto con la familia. Por supuesto empobrecidos, sumando deudas: acá nadie ayudó, nadie tiró un centro. Las autoridades acá en Rosario al Anfiteatro, que es un lugar bellísimo (bueno, como el de ustedes) lo pintaron, lo remozaron, quedó espectacular. Es para 5.000, 6000, 7.000 personas; recién ahora se dieron cuenta de que se puede utilizar con capacidad para 1.000, 1.500. Eso se debió hacer de una, y para mí tendrían que haberle dado la posibilidad a las bandas: “Muchachos, metan los 1.000, los 800, lo que puedan convocar y quédense con el dinero: la Municipalidad de Rosario les brinda el sonido, las luces y el predio”. Ese tipo de articulaciones con la Municipalidad y Provincia se podrían haber hecho.
Imaginate que se le bajó a las bandas, los de las salas de ensayo, los que hacen fletes con las bandas, los iluminadores, los sonidistas, los plomos, los managers, a los road managers, a los estudios de grabación... hay mucha gente involucrada.
Conectados
-El año pasado hicieron dos shows por streaming. ¿Cómo fue esa experiencia de tener que tocar sin público?
-Estuvo bueno también, porque fuimos precursores también, lo desarrollamos nosotros: mi hijo más grande labura en software, así que cuando empezó la pandemia nos sentamos a ver si podíamos desarrollar una plataforma (www.cityrockers.com.ar), por ahí salieron los dos streamings. La verdad que estuvo bien: en el primero tuvimos 700 personas pagando el ticket, en el segundo un poco menos, creo que 500. Entonces muy conformes, muy contentos. Después, bueno, cuando hablás con los colegas hay muchos que te dice: “Y, a mí no me gusta mucho el streaming”; y la verdad que a mí tampoco, pero era lo que había en ese momento, lo que por momentos va a seguir estando, no lo sabemos. Y otra cosa que tenemos que tener en cuenta, que siempre lo dije desde el minuto cero, es que siempre uno está viendo streaming: ahora por ejemplo en el televisor tengo un DVD de Metallica y lo estoy viendo. El DVD es un formato al que las nuevas generaciones ya ni le prestan atención, pero es como un streaming: es una banda tocando para unas cámaras; por supuesto, hay público, hay presencia, pero ¿cuántas veces fuiste a un estudio de televisión o a grabar un videoclip?
Al streaming lo defiendo, no hay que bajarle el pulgar: es una herramienta nueva que se puede tener y te puede ayudar a engrosar la gente que va a un concierto, hay muchos que no pueden asistir. Para mí la experiencia de Bulldog en streaming estuvo buena: la segunda nos permitió hacer algunas rarezas, algunos covers, cosas que no estamos muy acostumbrados a hacer. Y pagaron chicos de Neuquén, de Bariloche, de Córdoba, uno que vive en Canadá. Es una herramienta para el mundo, no es para despreciar; obviamente que a todos nos gusta la gira, la gente, el calor, el ida y vuelta: en eso estamos todos de acuerdo.