El gobernador Omar Perotti, voceros oficiales y oficiosos afirman y reafirman que la designación de Jorge Lagna como ministro de Seguridad es una continuidad en el camino iniciado por Marcelo Fabián Sain para cumplir el mayor compromiso asumido en la campaña electoral. No obstante, con el correr de las semanas se advertirán cambios de estrategias para intentar cumplir el objetivo demandado por la sociedad santafesina. Insistió Perotti al ponerlo en funciones en la necesidad de combatir las mafias, cortar los vínculos con el delito pero también en reforzar la prevención "que es lo que necesitan los vecinos para volver a tener tranquilidad".
Si bien Lagna fue parte del equipo de Sain, tiene diferencias no menores. Es santafesino, peronista y con experiencia en el terreno de la política provincial. Sus dos mandatos como diputado -uno siendo oficialista y el otro como opositor- lo mostraron frontal a la hora del debate, pero flexible a la hora de consensuar temas. No menor fue su participación en la discusión de las leyes que instrumentaron el funcionamiento del vigente sistema penal. También los aportes a la discusión de instrumentos de apoyo a la investigación como el registro provincial de huellas genéticas digitalizadas, entre otros.
Tenés que leerOperativos de saturación en Rosario: la primera medida de LagnaLa tarea acompañando a Sain en Seguridad lo llevó a recorrer el territorio y sentarse con intendentes y presidentes comunales. De ellos conoce las fortalezas y debilidades de la seguridad en cada punto de la provincia. No tiene el bagaje intelectual previo del ministro saliente, uno de los más reconocidos en el país, pero lo podrá suplir con la experiencia territorial.
La designación de Lagna trajo alivio a la política santafesina, que necesita hablar y buscar una respuesta estatal al drama de la inseguridad. Paradójico, pero es el justicialismo el que más reclamaba un cambio. Contados con los dedos de la mano eran los respaldos que mantenía Sain en la dirigencia. Ya no había respuestas ante los reclamos de los dirigentes del interior hacia legisladores y autoridades partidarias. Sain se había ocupado de dinamitar los débiles puentes que había construido desde su llegada a la política santafesina de la mano del Frente Progresista, que lo cobijó y le validó el ascenso al Organismo de Investigaciones del Ministerio Público de la Acusación; al que volvería tras la inusual licencia que le fuera otorgada por el Poder Judicial para desempeñarse en el Ejecutivo.
No partidizar la seguridad fue la frase que dejó Lagna al retirarse de Casa de Gobierno minutos después de jurar como ministro en un acto cerrado, vedado a la prensa y que fue primicia para la institucionalidad santafesina. Ya agendó reuniones con Pablo Javkin y Emilio Jatón, los intendentes de las ciudades más castigadas por el delito. El intendente local tuvo el gesto de postergar la reunión de la junta de seguridad que había convocado para el viernes al conocerse el cambio de ministros. Jatón está muy preocupado por el avance del delito que golpea a los barrios, y a cuyos dirigentes intenta contener con compromisos de acciones que en muchos casos superan al municipio.
Tenés que leerLagna llamó a "no partidizar el combate a la inseguridad"La incertidumbre sobre la continuidad de Sain a partir de la filtración del audio humillante para con los santafesinos provocó un vacío de poder en materia de seguridad que agobió. Lagna apuntó a revertir la situación acompañando a la propia policía en la noche del viernes en mayores controles en el centro de Rosario. Gesto que deberá ser acompañado de políticas.
En los próximos días Lagna dejará integrado su equipo de trabajo, la nueva cadena de mandos de la policía y reabrirá puentes destruidos con la propia fuerza, que no disimuló la falta de conducción. Además, abrirá el diálogo con la Legislatura sobre los tres proyectos impulsados por su antecesor. Será el momento de saber si los opositores que saludaron su designación están dispuestos al entendimiento o a partidizar la temática.