Llegan cartas
Llegan cartas
Mi paso por el Covid en el Hospital Cullen
DR. JUAN CARLOS DAVID
Desde mi niñez más temprana hasta avanzada la adolescencia, mi padre en su panadería tenia un enorme cartel (Panadería San Elías) con la figura de un colosal y estilizado dragón, que, con fiereza, enfrentaba un tridente de San Elías. Me atraían sus formas, me impactaba su mirada. Tengo 86 años. Estuve internado en muy mal estado en el Hospital Cullen. La peor enfermedad conocida por mi (tengo 60 años de médico): el Covid. Destruyó mis defensas y mis deseos de vivir en pocas horas. Y allí me llevaron.
Quiero reconstruir mis vivencias, así como un notorio periodista lo hizo en "Tribuna de opinión "del diario El Litoral, comparando el Hospital con un "Hotel, Resort y Spa", no con la elegancia de dicha nota, pero sí con el corazón. Una habitación amplia, cómoda, acondicionada y con un baño completo. Dos camas articuladas con colchones más que aceptables, y una amplia ventana dando a un jardín con un ficus que transmitía vida. Allí comienza mi dragón: imagino su zigzagueante cola representada por el personal de aseo y limpieza, que siempre con una sonrisa lo hacían con prontitud y una pulcritud a veces exasperante. El servicio de alimentación, completo y suficiente en horarios estrictos, menúes individuales y elaborados correctamente. Asombrado, observaba el desechar de batas, protectores, etc.
Al salir, este cuerpo robusto estaba firmemente sostenido por patas representadas por la enfermería y los médicos residentes. Una digresión: conozco TODOS los Hospitales de mi provincia; dirigí uno durante 5 años y fui Director durante 2 años de un importante sanatorio. CONCLUSIÓN: jamás vi un equipo integrado con la tecnología y solvencia de este, pero, por sobre todas las cosas, con la humanidad y simpatía en su desempeño… ¡¡¡empujaban a vivir para siquiera no defraudarlos!!!
Como todo dragón, su robusta cabeza esta conformada por el Jefe de Servicio (Dr. Gastaldi) y el Subdirector y Director del Cullen: Dres. Malatini y Poletti. ELLOS son los que dirigen las llamas luchando contra la epidemia mas cruel por mí conocida. La vida y mi capacitación me han dado un abundante vocabulario, donde trate de encontrar la palabra clave como síntesis. La encontré en la cada vez menos usada y muy simple, repetida tres veces: GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.
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Un país mejor
SUSANA
"No suelo expresarme en el diario, pero esta vez lo deseo hacer, porque estoy harta de tanta locura política en la Argentina. En lugar de estar todos acompañando al presidente, y deseando que le vaya bien, muchísimos argentinos -y desde ciertos medios de comunicación también- viven buscándole la quinta pata al gato para escracharlo. Y desde luego, si no tiene la quinta pata se la inventan. Con eso no vamos a ninguna parte. Creo ciertamente que nos estamos equivocando grandemente. El odio expresado desde uno a otro bando político es de no creer. Pero no pasa solamente con los políticos. Los integrantes de la sociedad, como marionetas sin razonamientos, han entrado en ese juego perverso de la influencia mediática ilógica e irracional. Subyugadas por el odio, muchas personas despotrican contra el gobierno actual, sin tener en cuenta que es lo que el pueblo argentino votó en las urnas y deben ser acompañados. Y eso no implica que yo sea del partido que gobierna, simplemente soy una ciudadana que piensa con sentido común, queriendo de una vez por todas un país mejor".