Hace poco más de un año, El Litoral reflejó lo que sucedía en barrio Esmeralda Este II. Los vecinos exponían una infinidad de reclamos que aún están vigentes, e incluso agravados. Los yuyos altos, la poca iluminación, problemas con las cloacas, la basura y la falta de líneas de colectivos, se suman a lo que más preocupa: la inseguridad.
Este complejo habitacional se ubica entre las calles Gorriti y French (de norte a sur) y entre Alvear y Belgrano (de este a oeste), allí viven los adjudicatarios de las 78 viviendas que se entregaron en mayo de 2019. En las inmediaciones de este barrio hay varias manzanas sin edificación y que son propiedad de la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo, el mismo organismo público que hizo entrega de los 78 hogares.
Sin embargo, estos terrenos lucen abandonados y carecen de mantenimiento. Según contaron los vecinos a este medio, estas tierras del Estado provincial tienen como fin un proyecto de viviendas. "Lo que pasa que mientras no preparen los terrenos para las obras, el abandono es total y hay mucho pastizal. En el verano la pasamos muy mal con los mosquitos porque con los yuyos altos proliferan más estos insectos", comentó el vecino Ignacio Brizuela.
Estos terrenos descampados, para los que viven en el lugar, no sólo representa el problema de los pastizales, sino que son un buen "escondite" y vía de escape para los ladrones que merodean el barrio. Cansados de las entraderas, de los arrebatos en la zona y de la ausencia de patrullaje policial, los vecinos decidieron contratar vigilancia privada en horario nocturno. Coincidieron en que el Estado "no nos está protegiendo".
"Estamos asediados por ladrones, motochorros, gente que se trepa en los departamentos y entran en los pisos de arriba y se llevan lo que encuentran. Por eso contratamos un servicio de seguridad a fines del año pasado que está desde la hora cero hasta las 6 de la mañana", mencionó Claudia Sobrero, ciudadana del barrio, y agregó: "Un poco disuadió a los delincuentes, pero al ser sólo una persona en un lugar tan grande se complica y se necesitaría el refuerzo de la Policía. A nosotros nos corresponde la Seccional 8va, y nos dijeron que paguemos policías adicionales".
Basurales, iluminación y cloacas
En algunas esquinas del barrio, los ciudadanos denuncian que se han convertido en microbasurales. "Hay vecinos desaprensivos que vienen de otros lados y tiran su basura en los alrededores de nuestro barrio, y a la Municipalidad se le hizo el reclamo pero hace 'oídos sordos', y no los retira", lamentó Brizuela.
Al enumerar las complicaciones que afectan al día a día en Esmeralda Este II, el vecino Héctor Olivera resaltó la falta de iluminación. "Eso potencia la inseguridad, sumado a los pastizales", indicó. Quienes habitan el lugar advierten que observan personas que se "camuflan" desde los yuyos y ante el carente alumbrado, hallan un terreno ideal para registrar los movimientos en el barrio.
También la falta de cloacas es otra problemática, ya que solo cuentan con "pozos negros" cada tres departamentos. "Son muy chicos y los pozos viven rebalsándose, hay agua servida en algunos lugares y es una cuestión grave de insalubridad. Ya se presentó la inquietud a Vivienda y Urbanismo, pero no nos han dado solución", se quejó una de las vecinas.
Pasó un año y pocos meses desde que este diario contó lo que sucedía. Al consultar a los vecinos sobre si la situación había mejorado en algo, al unísono la respuesta fue: "Estamos peor".
El pedido de recorridos más cercanos
El servicio de transporte público ya no pasa más por el barrio. "La línea de colectivos que llegaba, más o menos cerca, hasta El Alero era la línea 8, pero han dejado de circular por ahí. Desde la Municipalidad le dijeron a un vecino que nosotros tenemos que gestionar ante la empresa de colectivos el recorrido. Me parece raro porque es una gestión que se debe presentar en la Municipalidad y ellos tienen sus áreas para actuar", cuestionó uno de los vecinos.
Al consultar sobre cuántas cuadras deben caminar para tomar un colectivo, indicaron que "tenemos hasta seis y ocho cuadras hasta la parada. En este contexto de inseguridad que hay en el barrio y con poca iluminación, esto no es para nada propicio", reclamaron.