Alejandro Rubén Ruíz tenía 54 años y fue brutalmente asesinado en su propia casa de barrio Centenario, en el sur de la ciudad de Santa Fe. El crimen ocurrió en horas de la siesta del jueves pasado y las primeras versiones que circularon apuntaban a un "ajuste de cuentas", lo que generó gran indignación entre todas las personas que lo conocían. "El que dice una cosa así es porque no tiene idea de lo que era el "Ale", coincidieron familiares, amigos, vecinos y comerciantes de la zona.
Este hombre, padre de tres hijos, no paraba de trabajar. "Sabía de albañilería y de herrería. Manejaba todo tipo de herramientas. Cuando no había laburo, también le cortaba el césped a toda la cuadra", contó un pariente muy cercano.
Hacía aproximadamente cinco años que Ruíz vivía, con uno de sus hermanos, en un departamento interno de calle Vera Mujica al 600.
Según se pudo reconstruir, Alejandro volvió de trabajar ese mediodía y antes de ir a su hogar pasó por el almacén de un amigo, ubicado en la esquina.
Compró algo para "picar" como almuerzo, cruzó un par de palabras y se fue para su casa.
Aparentemente, comía sobre la mesa de la cocina y miraba televisión cuando fue sorprendido por el o los asesinos.
Lo habrían apuñalado con la misma cuchilla con la que cortaba el salamín, la que heredó de su padre y que luego desapareció de la escena. Tampoco se encontró en el lugar su billetera.
"Alejandro era un hombre grandote y tenía una fuerza descomunal. No creo que haya sido atacado por un solo tipo. Deben haber sido varios. Personalmente, creo que lo mataron porque él los reconoció cuando ingresaron para robar", manifestó un familiar.
El crimen se produjo entre las 14 y las 16 de ese día. A esa hora regresó su hermano de trabajar y al ingresar al domicilio se topó con la dramática escena. Alejandro estaba en el suelo, sin vida, en medio de un charco de sangre. Su cuerpo también había sido prendido fuego. En la cuadra, nadie entiende la saña con la que fue atacado. "Era un genio, nunca le hizo mal a nadie. Todo lo contrario. No entra en la cabeza de uno lo que le hicieron. Lo queríamos todos, en la cuadra, en el barrio", aseguró un vecino.
Los habitantes de la zona afirman que no se trata de un hecho aislado. Todos enumeran una serie de robos domiciliarios ocurridos durante los últimos días. "Los hechos son frecuentes, como en toda la ciudad, pero esto es distinto. Los otros asaltos no son tan sangrientos como este", puntualizó una mujer.