Más allá del contexto actual, que provocó que muchos niños y jóvenes comiencen el ciclo lectivo sin haber afianzado los contenidos del 2020, es una realidad que el sistema educativo hace años viene pidiendo un cambio de estrategia.
La crisis sanitaria por Covid-19 dejó en evidencia las falencias que tiene la educación hace años y mostró que es necesario repensar las estrategias de enseñanza.
Más allá del contexto actual, que provocó que muchos niños y jóvenes comiencen el ciclo lectivo sin haber afianzado los contenidos del 2020, es una realidad que el sistema educativo hace años viene pidiendo un cambio de estrategia.
Desde el año pasado todos los niveles del sistema se encontraron con este grandioso desafío; el formato escolar que se venía teniendo fue creado para otro momento histórico, en un tiempo y un espacio que hoy está detenido. La profesora de Ciencias de la Educación, Julia Bernik, contó a El Litoral que el procedimiento educativo “ya venía trastocándose con el impacto de las culturas digitales, internet y las redes sociales”
Las instituciones debieron reacomodarse y para eso hubo lineamientos oficiales de cómo reorganizar el tiempo, los espacios y hubo una decisión por parte de cada establecimiento de resolver los problemas que iban surgiendo. La realidad es que “tampoco los docentes tenemos las condiciones de formación necesaria y esto también nos exige hacer una reflexión sobre nuestros itinerarios de formación, los institutos de formación docente y la universidad. Debemos debatir al calor de todos estos desafíos”, explicó Bernik .
¿Qué hacer y cómo?
El sistema educativo necesita volver a agarrar el timón, revisar sus tiempos, sus formatos escolares, la relevancia de los contenidos. Pensar ¿para qué nos sirve acumular contenido?, y comenzar a tener en cuenta otros tipos de prácticas educativas.
Por ejemplo, sugiere la especialista, “organizarnos en proyectos, muchas instituciones lo hacen, hay experiencias alternativas que hace años vienen trabajando con otro formato escolar. Es necesario volver a esas prácticas, repensar la escuela secundaria. Para los adolescentes ha sido muy duro el confinamiento, porque es un momento en donde la escuela pasa a ser un espacio muy importante en sus vidas, sobre todo la presencialidad, el acompañamiento”.
Lo cierto es que es preciso adaptarse para poder seguir funcionando y brindarles a los jóvenes la mejor enseñanza para el futuro. No es tarea fácil para los docentes quienes tendrán que dedicar más tiempo a pensar las estrategias y armas los contenidos, “pero es más simple en el trabajo cotidiano, porque se distribuyen de otra manera las tareas; los estudiantes piensan a partir de problemas, los chicos no pueden seguir pensando en temas por separado”, remarcó la entrevistada.