Un bombero zapador y una gata protagonizaron ayer una increíble secuencia donde estuvo en juego la vida y la muerte de ambos, y que mantuvo en vilo a gran parte de la ciudad de Rosario.
El felino había trepado hasta la punta de una vieja antena donde permaneció dos días. Tras varias horas de máxima tensión, un bombero zapador la rescató sana y salva.
Un bombero zapador y una gata protagonizaron ayer una increíble secuencia donde estuvo en juego la vida y la muerte de ambos, y que mantuvo en vilo a gran parte de la ciudad de Rosario.
Toco comenzó cuando una mujer se comunicó con los servicios de emergencias y dio cuenta de la presencia de un felino que había trepado hasta la punta de una vieja antena (de unos 40 metros de altura) y que hacía 48 horas que permanecía allí.
A partir de entonces se montó un megaoperativo de rescate, del que tomaron parte agentes policiales y bomberos zapadores de esa ciudad.
Luciano Montoya (32), un bombero que tiene 11 años de experiencia, fue quien tuvo la difícil misión de ir al encuentro con el animal.
"Lo primero que vimos es que el lugar de trabajo estaba complicado. El estado de la antena era precario; había dos cables tensores cortados y la base de esos tensores estaba inestable", dijo en diálogo con El Litoral.
"Al notar que iba a ser imposible subir por la antena, tuvimos que activar un Plan B, el que consistió en intentar llegar hasta el felino con la escalera mecánica de una autobomba", agregó.
Y esta parte hubo que superar un nuevo inconveniente. Es que la escalera propia de los Zapadores de Rosario se encontraba en reparación, motivo por el cual se solicitó la colaboración de sus pares de Arroyo Seco que asistieron con la suya.
"Una vez tomados todos los recaudos de rigor (colocación segura de las patas de la escalera para darle estabilidad) inicio el ascenso", prosiguió Luciano.
"Me doy cuenta que la tarea no iba a ser sencilla porque el felino se encontraba en la punta de la antena, a unos 3 metros de distancia de la punta de la escalera. Entonces tuve que comenzar a hacer maniobras para hacerlo bajar un poco".
"Por fortuna la gata descendió algo y allí me di cuenta que estaba muy alterada, seguramente por el stress de la situación. Primero intenté agarrarla con un lazo, pero no pude. Entonces me fui acercando hasta que pude agarrarla del lomo. Una vez que la tuve asegurada la metí adentro de una bolsa y procedí a bajar".
Más adelante Luciano comentó que "los rescates en altura siempre son peligrosos. En este caso si bien yo estaba atado con cuerdas, tenía arnés y todo lo demás, el riesgo era muy alto por el mal estado de la antena. De todos modos estamos entrenados para este tipo de situaciones. Y eso te da seguridad", precisó.
Consultado si había tenido intervenciones similares, Luciano indicó que "ya tuve varios rescates de animales, tales como felinos, cigueñas, iguanas, algun perro en un balcón. También hice rescates de personas; obreros atrapados en altura, personas en un departamento, etc."
Por último el bombero reveló que una vez en tierra firme la gata traviesa fue llevada a un veterinario para que haga una evaluación de su estado de salud.
Hasta el momento todo parece indicar que el animal no tendría dueño. No obstante una vecina del lugar, conmovida por todo lo que significó el rescate, se ofreció a adoptarla.