Inmunidad al alcance de un pinchazo: 20 vacunas en el calendario nacional
Desde el primer día y hasta la edad adulta, la prevención de enfermedades o de su manifestación en las formas más graves está garantizada por una o varias dosis. Los controles médicos son claves para conocer cuál corresponde en cada momento de la vida.
Guillermo Di Salvatore No todo es Covid-19. Los centros de salud sostienen el esquema de vacunación desde la primera infancia hasta la edad adulta.
El calendario nacional de vacunación es, dicen quienes saben, uno de los más completos de la región y el mundo. Es dinámico, al punto que en junio del año pasado incorporó la inyectable Salk en reemplazo de la Sabin oral para prevenir la poliomielitis. Y prevé formas de protección desde los primeros días de vida y aún antes, desde el embarazo, hasta bien avanzada la edad adulta, pasando por la preadolescencia con la vacuna contra el Virus de Papiloma Humano.
Sin embargo, desde hace unos meses se insiste desde organismos científicos (como la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología) en el correcto cumplimiento de este calendario debido a una baja en la cobertura. Es que la pandemia por Covid-19 y la urgencia por evitar contagios, puso en segundo plano otras estrategias de prevención. Sin embargo, es bueno recordar que muchas enfermedades lograron ser erradicadas, precisamente, a través de vacunas.
Soledad Guerrero es Coordinadora del Programa de Inmunizaciones del Ministerio de Salud de la provincia, y dialogó sobre este y otros temas con El Litoral.
- En los primeros meses del año, la SAVE lanzó una campaña para advertir sobre la importancia de completar el esquema de vacunación. ¿En Santa Fe también se observó una disminución en su cumplimiento?
- El año 2020 fue atípico, todo el mundo lo sabe, por una situación de aislamiento social en algunas etapas obligatorio y en otras no tanto, con menor o mayor posibilidad de que la gente pueda circular. Eso perjudicó la realización de actividades habituales, entre ellas, la vacunación. Además, se observa desde 2018 un descenso en la cobertura, tema que es seguido con preocupación. Y la tendencia se profundizó por esta situación social vivida por la pandemia. Tenemos coberturas que en algunos casos no superan el 80 % mientras que el objetivo es llegar a un 95 % de la población.
En 2021 la pandemia no ha terminado y no va a ser fácil elaborar estrategias para que la población sea estimulada a cumplir con este calendario. Sin embargo, siempre estamos buscando espacios para que la población acceda a esta práctica. La provincia de Santa Fe aprovechó el operativo del Plan Detectar y convocó al Programa de Inmunizaciones para que a través de puestos móviles la gente acceda a vacunas para niños y adultos en lugares cercanos a su domicilio.
También lo hicimos con la vacuna contra fiebre hemorrágica, que tiene un problema de producción dado que el Instituto Maiztegui sufrió, en la gestión anterior del gobierno nacional un "parate". Esta vacuna se desecha si no fue utilizada en 30 días de estar en la heladera; por eso y para aprovechar las dosis disponibles, convocamos a grupos poblacionales de áreas endémicas y se logró aumentar en un 30 % la cobertura. Así, aún durante la pandemia, algunas localidades como Las Rosas, Las Parejas y Montes de Oca, desarrollaron operativos muy importantes.
Además, con el Ministerio de Educación hicimos un entrecruzamiento de datos con ingresantes de 2020 (ahora para 2021) con el fin de detectar a niños y niñas que pudieran no estar vacunados de manera que puedan completar su esquema en los centros de salud.
También lo hicimos con menores de 2 años que es el grupo poblacional sobre el que más tenemos que insistir y en el cual la cobertura baja a partir de los 15 meses: la mamá, el papá, el cuidador viene vacunando bien todos los meses, y las coberturas suelen bajar a los 15 meses que es cuando se recibe un refuerzo muy importante para lograr una buena inmunogenisidad. Por todo eso elaboramos una serie de estrategias y creo que hay que seguir por ahí.
Archivo Soledad Guerrero (derecha) junto con la ministra de Salud Sonia Martorano en uno de los habituales reportes brindados en 2020.
Soledad Guerrero (derecha) junto con la ministra de Salud Sonia Martorano en uno de los habituales reportes brindados en 2020.Foto: Archivo
- ¿A qué atribuyen ese descenso del cumplimiento del calendario obligatorio previo a la pandemia?
- A muchos factores: además del ya mencionado por la pandemia, hay un movimiento antivacunas y mucha información por redes sociales que a veces confunde a la población que decide no vacunar. También la vorágine en la que vive la población que trabaja muchas horas y no cumple con otras obligaciones. Eso entre los factores sociales, pero también hay razones religiosas y culturales. Mientras tanto, en Latinoamérica y Centroamérica tenemos buenas coberturas y nos declaramos exentos de poliomielitis, pero unos años atrás un grupo de viajeros reintrodujo el sarampión en poblaciones que, por distintas razones, no habían sido vacunadas.
Un científico explicaba en un gráfico que a medida que la vacuna va provocando la ausencia de una enfermedad, la población empieza a dudar de la vacuna que fue la herramienta que nos hizo dejar de tener a la enfermedad. ¿Se entiende? Una persona se olvidó de que existe una enfermedad como la poliomielitis y empieza a desconfiar de la vacuna que posibilitó su erradicación. Como puede ocurrir con la antigripal o con la vacuna de Covid cuando pasen muchos años y le perdamos el miedo a la enfermedad.
- Si la gente quisiera ponerse al día con el calendario de vacunación, ¿están las dosis disponibles?
- Están las dosis. En períodos anteriores hubo un descenso de cobertura por falta de vacunas (a nivel nacional) pero eso no sucedió ni en 2020 ni en lo que va de 2021. Tenemos disponibilidad de las 20 vacunas del calendario y están distribuidas en centros de salud, Samco en localidades más pequeñas y vacunatorios de hospitales donde la gente tiene accesibilidad a la vacunación en horarios que van, prácticamente, de 8 a 18. Por supuesto que los médicos, como pediatras, infectólogos, obstetras en el caso de embarazadas, son quienes hacen la indicación y estimulan la vacunación.
- Veinte vacunas son las que están en el calendario de vacunación. ¿Desde recién nacidos hasta qué edad comprende este esquema?
- Hasta la edad adulta. El recién nacido ya sale de la maternidad con dos vacunas: la hepatitis B pediátrica y la BCG. A partir de los dos meses y hasta los 7, recibe la pentavalente. En el primer año la de Hepatitis A, sarampión y rubeola, paperas. A los 15 meses vacunación contra varicela que incluida en el calendario obligatorio.
En el ingreso escolar se aplican refuerzos con la triple bacteriana, triple viral y Salk (que reemplazó a la Sabin oral)
Luego, a los 11 años, la vacuna de la HPV para la prevención del cáncer de cuello de útero. Veníamos vacunando a niñas nacidas en 2000 y luego incorporamos a niños nacidos en 2006 con dos dosis a intervalos de 6 meses.
Sin embargo, la cobertura es baja porque se trata de una población difícil de captar que no asiste a controles médicos periódicos. No es la única vacuna que se recibe en esa etapa: también corresponde un refuerzo de la triple bacteriana acelular, triple viral, Hepatitis B (para iniciar o completar esquema) y menincococo.
En cuanto a la población adulta, la prevención empieza en el embarazo, como la antigripal en cualquiera de los trimestres en curso, y la triple bacteriana acelular (para prevenir, entre otras, coqueluche en recién nacidos) y Hepatitis B.
También hay vacunación de personas adultas con Hepatitis B (3° dosis), la doble bacteriana que requiere un refuerzo cada diez años.
Hay vacunación contra la fiebre hemorrágica en zonas endémicas para personas de entre 15 y 65 años. Y antigripal para mayores de 65 años a la que se agregó antineumococo.
En definitiva, tenemos un completo calendario con objetivos muy claros de prevención y hay que lograr cumplirlos y elevar las tasas de cobertura.
A toda edad
Hay vacunas para cada etapa de la vida y todas son importantes. Las autoridades sanitarias ponen el acento en la primera infancia (hasta los 2 años), ingreso escolar, 11 años, embarazo y mayores de 65.
¿De dónde es? La pregunta que nació con la pandemia
¿Alguna vez, cuando llevamos a hijas e hijos al dispensario, cuando hablamos con quienes nos llevaron en nuestra infancia, o concurrimos ya en la vida adulta a recibir nuestras propias dosis, preguntamos sobre el origen de una vacuna? Soledad Guerrero, coordinadora de Inmunología de la provincia, asegura que en tantos años de trabajo en un campo que conoce bien nunca escuchó ese interrogante. Sin embargo, la procedencia de las vacunas para frenar el avance de Covid-19 en sus formas graves fue motivo de controversia aun antes del inicio efectivo de la campaña. Y la Sputnik V, la primera que se aplicó en el país, fue durante un largo tiempo "la vacuna rusa".
"Cada vacuna incluida en el calendario tiene indicado su lugar de procedencia y laboratorio", aclara Guerrero. "Antes de que el periodismo y las redes sociales pusieran el tema del lugar de origen de las vacunas para Covid, nadie se preguntaba por ese tema", reflexiona, mientras confirma que hay fórmulas incluidas en el calendario nacional que se producen en India, otras en Alemania, Inglaterra, África. "India -de donde proviene la Covishield, con fórmula de Oxford-AstreaZeneca- es un excelente productor de vacunas. Hemos comprado allí dosis contra la fiebre amarilla".
"De los años que llevo en el programa de inmunización nadie me preguntó sobre los componentes de una vacuna o sus efectos adversos", tema sobre el que se insistió fuertemente en razón de la vacunación Covid. Sin embargo, "todas las vacunas y todos los medicamentos pueden tener efectos adversos, con mayor o menor incidencia".
En ese punto pidió una comunicación responsable, alejada de la infodemia -concepto que también nació en 2020- para asegurar que las personas tomen decisiones en base a la evidencia científica.