Los trabajadores de las empresas del sector no se van en avión, sino a plataformas freelance con las que ganan dólares cash que no entran al país. El fenómeno se acelera y daña al rubro más dinámico de la economía, que exportó por más de U$ S 5 mil millones en 2020 y emplea a 420 mil personas.
En Córdoba acaban de sancionar una ley que les rebaja impuestos, en Tucumán hacen las cuentas para verificar si el sector ya genera más empleo que la zafra. La Economía del Conocimiento -que define a los países de punta- hoy representa el tercer rubro exportador de Argentina (5650 millones U$ S en 2020) sin importar insumos, y genera 420 mil puestos de trabajo estables y de calidad. Pero enfrenta el problema de la fuga de cerebros.
“Hay un fenómeno marginal que se volvió masivo: individuos que renuncian a las empresas en la Argentina”, relató Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon, la entidad que nuclea a las firmas del sector. “No se van en avión” sino mediante plataformas “freelance”, que online les consiguen contratos y les facilitan pagos en dólares en el exterior, billetes que no entran al país.
Galeazzi explicitó que las causas son las asimetrías. “Tenemos un alto costo endémico, mayor al de nuestra competencia internacional. Altas cargas patronales e impositivas más derechos de exportación del 5% y ‘witholding tax’ por el cual, sin acuerdo de doble tributación, las firmas argentinas son las únicas del mundo que pagan retenciones de exportación más derechos para entrar en otros mercados”.
El hecho se agrava por la “brecha cambiaria que oscila entre 40 y 80%. Hoy el blue cotiza $ 140 contra un oficial de $ 92. Las empresas reciben un valor neto en pesos muy disminuido respecto del valor en dólares facturado al exterior”, lo que tienta a los trabajadores a “mudarse” a la informalidad global.
Durante una conferencia de prensa virtual de Argencon, Galeazzi señaló que en este escenario, “en el mercado del trabajo se genera un ruido en la lucha por el talento” de “un ecosistema poderoso que desarrolló en dos décadas capacidades intelectuales y operativas de profesionales” que hoy “fugan” y, con ellos, disminuyen la recaudación fiscal y el ingreso formal de divisas.
“Se ha creado un mercado laboral paralelo” entre quienes se preguntan “por qué trabajar para el mercado argentino si puedo vender servicios y cobrar en el exterior”, mediante un contrato de locación de servicios de personas para clientes en el exterior.
Daño al “ecosistema”
“Los trabajadores se van a un mercado en negro que incumple normas y precipitan la pérdida de competitividad del país. Es nocivo para el ecosistema de empresas y sistémicamente grava para la Economía del Conocimiento”.
Galazzi advirtió a quienes abandonan las empresas que la decisión es “pan para hoy y hambre para mañana”. Pero reconoció que mientras tanto la mesa sectorial de la Economía del Conocimiento no puede más que promocionar advertencias a clientes en el exterior, ya que en terceros países los criterios de fiscalización son importantes para quienes contratan a los trabajadores argentinos, muchas veces incumpliendo también las normas en sus países.
Consultado si están pidiendo un “desdoblamiento cambiario” como solución sectorial, expuso que esa sería una medida macroeconómica para evitar que “se roben la gallina de los huevos de oro”.
“Llevamos diez trimestres consecutivos de caídas en el volumen de exportaciones”, dijo el directivo de Argencon. No es un riesgo potencial; está ocurriendo”, apuntó, mientras el sistema político -que en todo su arco expresivo reconoce la importancia de las empresas y la generación de riqueza- no dan con políticas públicas que contengan el daño.
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Archivo El Litoral
Ocupación plena
Angel Pérez Pulletti (Bauffest) explicó que el de la Economía del Conocimiento es “un mercado que tiene pleno empleo desde hace muchos años. El que estudia sistemas tiene trabajo toda la vida. Hay más demanda que programadores disponibles; en el tema de software -es el que me compete- hay alta tasa de ocupación formal que se diferencia de la precariedad del trabajo freelance. Las empresas argentinas venimos compitiendo contra eso de toda la vida; es más común hoy verlo con el teletrabajo: gente que dice que le pagan 50% más afuera. No podemos competir con eso. La imposibilidad de la competencia no se da por las característica de la empresa sino por el contexto del país”.
Solución Política
Emiliano Galván (Wunderman) sugirió “concientizar a quienes generan políticas públicas”. Relató que la Economía del Conocimiento ya se ha instalado en la opinión pública pero “ no corta calles, es un trabajo silencioso. La conflictividad social no existe y no concientiza a quienes tienen la responsabilidad de hacer políticas públicas. Así el país termina en su conjunto perdiendo una oportunidad histórica. Hablamos de las industrias de los últimos 10 años, de la economía actual; no podemos vender más servicios al exterior porque no tenemos gente. Si tuviéramos 10 mil ingenieros más, estarían trabajando”.
El sueño evadido
Pablo Vittori (BGH Technical Group) comentó que cuando preguntan a los empleados que se van por qué lo hacen (los “sub 30 son los más tentados”), responden con el sueño de comprar su departamento. “Es la tentación de los dólares y el cobro en el exterior” que tiene como contracara la imposibilidad de justificar ingresos si se pretende adquirir un inmueble. “No hay un ingreso legítimo y están la familia, la pérdida de cobertura de salud… a veces el negocio no es tan positivo”. Señaló que existe la necesidad de “educación al mercado”, desde las compañías,pasando por las plataformas hasta los individuos.
¿No es lo que parece?
Christian Fuciños, socio de impuestos internacionales de Deloitte, refirió que un empleado promedio (sub 30) gana en una empresa de la Economía del Conocimiento unos $ 150 mil. “El tipo de cambio implícito, contado con liqui, son mil dólares” en el país con obligación de liquidar las divisas.
Evaluó que un freelancer que se anota en el monotributo, que no tiene vacaciones pagas, ni sueldo anual complementario, que paga Ganancias por encima de lo que tributa un asalariado, “tendría que facturar 2300 dólares para terminar ganando lo mismo que un empleado en relación de dependencia que gana 150 mil pesos”.
Fuciños relató el beneplácito de las empresas ante el reciente decreto 234 por el cual el gobierno nacional promociona inversiones y libera la disponibilidad de divisas hasta el 20% de las exportaciones que generen. Sugirió que ese esquema “es una opción sin llegar al desdoblamiento cambiario”.
“Podríamos plantear un esquema similar no por ingresos superiores a 100 millones de dólares sino por contratar empleo o generar exportaciones”, sugirió el especialista.