Por Emilio Grande (h.)
Argentina tiene padecimientos de todo orden, un Estado que ya no da más con su alma. Al milagro no lo hace una sola fuerza política, no se trata de que en octubre gane la oposición.
Por Emilio Grande (h.)
Encarnación Ezcurra y Hugo Caligaris son los autores de "Escribano. 60 años de periodismo y poder en La Nación" publicado recientemente por Editorial Planeta. En sus páginas encontramos detalles sobre la profesión periodística del doctor José Claudio Escribano, pormenores sobre la redacción del diario La Nación y temas políticos sensibles. Ingresó en el diario en 1956 y se retiró como subdirector en 2006, permaneciendo en la empresa editora como accionista. Con 65 años de profesión, sigue escribiendo en La Nación.
Escribano llegó a Rafaela en tres oportunidades: en 1996 para la asamblea de ADEPA organizada por el diario La Opinión en la que resultó presidente, en 2004 para dar una charla organizada por el Círculo de la Prensa de Rafaela y en 2015 para la asamblea de ADEPA organizada por el diario Castellanos.
"Había tenido varias invitaciones para que se escribiera una biografía mía a partir de narraciones que yo hiciera a propósito de mi vida y había contestado todas las veces que no. Hace 3 años me pidieron verme Ezcurra y Caligaris, ambos fueron redactores de La Nación y trabajaron conmigo. Encarnación propuso escribir una biografía no para halagarme sino en el tono de dos periodistas que tratarán de ser lo más rigurosos posible. Y en esa fracción de segundo en la cual muchas veces pensamos lo que no pensamos en toda la vida, les contesté que sí. Estuvieron trabajando unos 2 años y 8 meses, revisando 40 biblioratos que puse a consideración de ellos con bastante material que no conozco -o conocí por sus comentarios-. Yo no leí una sola línea hasta el momento en que tuve el libro en mis manos. Es un libro duro sobre el cual no tengo nada que objetar", expresó en el programa "Sábado 100" por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela, conducido por quien firma esta entrevista.
-¿Cuáles fueron los hechos y momentos más conflictivos de su profesión con el poder?
-Los momentos más difíciles e incómodos fueron los años del lopezreguismo (fue ministro de Bienestar Social en el gobierno peronista de 1973-1976), las juntas militares y (Néstor) Kirchner.
-¿Cuáles fueron las situaciones positivas en 65 años de periodismo?
-Lo positivo ha sido el enamoramiento con un oficio, un abogado que ejerció muy poco su profesión. De nacer de nuevo, ¿sería periodista?, no lo sé. Tengo un enorme amor por el campo y he estado muy vinculado con la provincia de Santa Fe en el extremo norte lindando con Chaco en la zona de los bajos meridionales y en el sur con el departamento Constitución.
-En una reciente entrevista televisiva por La Nación+, dijo que solamente un milagro salvaría a la Argentina. ¿Cuáles son hoy las prioridades más urgentes políticas (republicanas), económicas (deuda e inflación) y/o sociales (aumento de la pobreza)?
-Soy un hombre escéptico. Aunque tengo un inmenso respeto por la cultura católica de hace dos milenios, creo que solamente un milagro salvaría a la Argentina porque tiene padecimientos de todo orden, un Estado que ya no da más con su alma. Supongamos que mañana nos encontramos con otro Gobierno por acto de magia, ¿habría cambiado el país si 20 millones de argentinos se presentaran por alguna razón a cobrar un cheque del Estado? Hay más de 10 provincias argentinas que tienen más del doble de empleados públicos que privados regularizados; hay una provincia, Formosa, manejada como un ejido por alguien que se comporta como un "sheik", de manera absolutamente autoritaria. De cada 100 pesos que gasta, la provincia genera no más de 9. Llegará el momento en el que los argentinos deberán preguntarse si este sistema de provincias que heredamos de la época colonial tiene sentido en los hechos, ¿ tiene sentido prolongarse en los términos en que está configurado? ¿Tiene viabilidad económica un cierto número de provincias con sus legislaturas y sus concejalías? ¿Cómo salimos de esta encrucijada de la inseguridad pública? La ciudad de Rosario tomada por bandas de narcotraficantes, criminales enseñoriados en la calle y muchas veces en connivencia con los poderes públicos; el Gran Buenos Aires tomado en gran parte por el narcotráfico; en cualquier parte del país es un albur salir a la calle y en este momento que vivimos, las cuestiones de género están exacerbadas como nunca. Se bate más el parche en relación a que haya igualdad en los cupos para un concejo deliberante o una legislatura, que en salvar a las mujeres de la violencia de los hombres. Hay inseguridad jurídica cuando un ministro de Justicia (Martín Soria) al asumir el cargo dice que ha llegado al Ministerio para dejar impune a la vicepresidente de la Nación (Cristina Fernández) por los delitos que se le imputan; no digo que debe ser condenada pero sí debe respetarse la independencia del Poder Judicial. Es un desastre de república, este Estado así no tiene destino y en algún momento nos estrellamos; pero no le echemos la culpa solamente a los gobernantes, el conjunto de nosotros debe reflexionar sobre qué visión de país tenemos, dónde se ha perdido de manera alarmante la cultura del estudio y del trabajo, hay gente que rechaza trabajo porque con los planes de asistencia estatal no necesita más para cubrir sus necesidades, no hay un sentido de dignidad de la propia vida. Ese milagro no lo hace una sola fuerza política, no se trata de que en octubre gane la oposición, se necesita un acuerdo político sobre diez o veinte cuestiones esenciales que una a las cabezas más clarividentes, con más entusiasmo y energía, incorporando a gente joven. A las ideas hay que darles encarnadura, exige la participación de los mejores elementos justicialistas y estoy mirando al gobernador santafesino (Omar Perotti).
-¿Cuáles son los recuerdos sobre Rafaela en sus visitas en 1996, 2004 y 2015?
-Cuando fui elegido presidente de ADEPA en 1996, tenía a Carlos Reutemann al lado mío, le pregunté dónde están las mejores tierras de Santa Fe, me dijo en Santa Emilia (departamento General López); tengo muchos amigos en la provincia. He tenido muy buenos encuentros en Rafaela con sucesivos intendentes, recuerdo aquel médico famoso que tenía una clínica y fue diputado provincial, el doctor Luis María (Pachún) Barreiro y cuando iba a Buenos Aires algunas veces me visitaba. He tenido una particular relación con El Litoral de Santa Fe en calidad de columnista y mantengo una gran relación con su ex director Gustavo Vittori.
-¿Cuáles son los secretos para ejercer esta profesión frente a los nuevos paradigmas comunicacionales signados por la tecnología y las redes sociales?
-El periodismo como lo conocemos existe desde el siglo XVIII y siempre para subsistir ha tenido en claro que debía ser contemporáneo de sí mismo, es decir siempre actualizado en los aspectos técnicos y tecnológicos. La revolución de las comunicaciones que arrancó con tanta fuerza en los últimos años del siglo XX ha llegado para quedarse. Hay algo que es de la esencia del periodismo y no puede cambiar en modo alguno. ¿Qué periodismo vamos a hacer? ¿Vamos a publicar lo que extraigamos de cualquier cloaca o vamos a tomarnos el trabajo de fiscalizar debidamente lo que publicamos? El activo más valioso con el que un medio de comunicación puede contar es la credibilidad de los lectores, oyentes y televidentes.
Argentina tiene padecimientos de todo orden, un Estado que ya no da más con su alma. Al milagro no lo hace una sola fuerza política, no se trata de que en octubre gane la oposición.
Se necesita un acuerdo político sobre diez o veinte cuestiones esenciales que una a las cabezas más clarividentes, con más entusiasmo y energía, incorporando a gente joven.