Hernán (25)y Araceli (26) son una joven y esforzada pareja embarcada en un sueño. Lograr la casa propia que les permita una vida junto junto a su pequeña beba, de 1 año.
Hernán (25)y Araceli (26) son una joven y esforzada pareja embarcada en un sueño. Lograr la casa propia que les permita una vida junto junto a su pequeña beba, de 1 año.
Para concretar dicho anhelo trabajan duramente en la elaboración de productos de panadería, los que luego son comercializados entre los vecinos de la zona de la costa.
Hace poco tiempo Hernán y Araceli tuvieron una gran noticia cuando un familiar de ellos, generoso, les ofreció un terreno en Villa Añatí, en San José del Rincón, donde podrían concretar su proyecto.
Fue así como decidieron encarar la construcción de una vivienda pre fabricada. Pero entre la actual situación económica, más los gastos de alquiler de la casa donde actualmente residen, hacen que el sueño de esta pareja navegue por aguas turbulentas.
Y por si fuese poco los "amigos de lo ajeno" también hicieron su "aporte" para agravar las cosas.
"Ayer al mediodía una vecina llamó y nos avisó que había daños en la casita. Nos fuimos hasta allá y nos encontramos con un verdadero desastre", dijo hoy Araceli, en diálogo con El Litoral.
"Faltaban todas las aberturas. Las dos ventanas de aluminio corredizas. Además se habían llevado la puerta placa de un dormitorio y la puerta corrediza del baño. Hasta nos robaron dos sillas y una mesita de madera que usamos para tomar mate", comentó resignada.
"Acá la situación de inseguridad es tremenda", -prosiguió-. "Hace unos días entraron a una obra en construcción que está en la misma cuadra de nosotros y les llevaron la máquina hormigonera y muchos materiales. A su vez en otro inmueble vecino los ladrones palanquearon aberturas y doblaron una reja como si fuese de papel".
En otro tramo Araceli sostuvo que "hay muchos vecinos que quieren que pongamos cámaras y paguemos un servicio de vigilancia entre todos. Pero eso lo veo bastante difícil por la situación económica actual".
"Esto que pasó nos atrasa todo. Nosotros tenemos que reponer todas las aberturas que nos robaron y la verdad es que no sabemos cómo vamos a hacer. Tenemos que empezar todo de vuelta".
Sumidos ya en la desesperación y ante el temor de nuevos robos, la pareja tomó una arriesgada determinación.
"Anoche con mi marido y la beba llevamos un colchón y nos quedamos a dormir en la casita. No nos importó que nos falten todas las puertas. Pero es para que no se roben lo poquito que queda", concluyó.