Los New York Rangers enfrentaron a los Washington Capitals en el mítico Madison Square Garden por un partido de hockey sobre hielo de la NHL donde poco se jugó. Ni bien comenzó el encuentro los jugadores tenían en mente otra idea. Sin mediar acción alguna, comenzaron las piñas.
Pasaron 4 minutos y hubo seis peleas a puño limpio y 13 penalidades. Para el final del primer período, las sanciones llegaron a 20, los minutos de castigo a 100 y no hubo goles en ese rato.
Al ratito de iniciado el juego entró al campo Tom Wilson, el culpable de todo esto, a quien lo fueron a buscar de una.
El partido se dio así debido a lo que pasó el lunes entre estos mismos equipos. De ahí venía el problema. En el hockey sobre hielo estadounidense está permitido agarrarse a piñas, no reglamentariamente ya que es motivo de sanción, pero los árbitros lo permiten.
Es descortés, por ejemplo, rechazar una pelea a un adversario. Otro código que se aplica es que la pelea se termina apenas uno de los jugadores cae al suelo.
Pero el lunes, en el partido entre estos dos equipos eso no pasó y tuvo consecuencias este jueves en la revancha.
Una de las mejores acciones de la noche sin lugar a dudas fue esta, se buscaron y se pegaron sin lugar a discusiones previas.