Fue en el clásico del 2 a 0 en cancha de Unión, en el '98, cuando Pablo Ricchetti marcó el segundo gol, anticipándose a Cavallero. "Nosotros entramos con Lalo porque Ricchetti quedó lesionado y Cavallero estaba enojado con sus compañeros y les recriminaba por el gol. Entonces, aprovechando la montonera que se había armado en torno a Ricchetti, alguien le dijo: 'Cavallero, andá a buscarla adentro'... Pasó unos segundos y otra vez, lo mismo. Cuando levanto la cabeza, mientras atendía a Ricchetti, Cavallero estaba mirándome y se me vino... ¡Parecía Usaín Bolt de la manera en que salí corriendo para el banco de suplentes!... El me corrió unos metros y después se freno", cuenta el Tano Porta, el histórico kinesiólogo sabalero que trabajó hasta el año 2018 después de haber iniciado su trayectoria en el club en 1985.
-Entonces al día siguiente, yo estaba trabajando y la secretaria de la clínica me dice que me llamaba Pablo Cavallero por teléfono. Atiendo y cuando me dice que era él, yo le digo: "¿Ah si?, yo soy Ubaldo Matildo Fillol. No estoy para cargadas". Y le corté... A los diez minutos, de vuelta el llamado... Y 20 minutos después se me aparece por la clínica...
-Yo lo veía a la distancia y veo que me grita, adelante de toda la gente: "Señor, le quiero pedir disculpas, yo estuve mal con usted ayer. En el vestuario me dijeron que usted es un señor, que es incapaz de cargarme"... Le dije que no se hiciera problemas, pero la verdad que me sorprendió y eso habla a las claras de la clase de gente que es... El tipo había perdido el clásico y al día siguiente se tomó el trabajo de ir hasta mi trabajo para pedirme disculpas... ¡Increíble!