"Lo que pasó el fin de semana en Chile fue un terremoto anunciado"
Las elecciones rediseñaron un nuevo mapa político en el que la derecha fue la gran perdedora. Por el contrario, los candidatos independientes fueron los grandes ganadores de una jornada histórica.
"Lo que pasó el fin de semana en Chile fue un terremoto que a diferencia de los que tenemos en tierra, que no sabemos ni cuando ni como van a suceder, estaba anunciado. Fue la culminación de un proceso que Chile venía viviendo desde antes de las protestas del 18 de octubre de 2019. Venía de una acumulación de malestar, de tensiones, de desafección de la ciudadanía con su clase política. En general con sus elites, porque no es solamente con el gobierno y con los partidos tradicionales. En Chile hay una desconfianza muy grande con las instituciones en general, incluyendo a la Iglesia Católica, a los medios tradicionales, al Ejército, Carabineros, el Congreso. Y los mas mal evaluados son los partidos políticos", dice Paulina Astroza, Abogada. Prof de Derecho Internacional y RRII en la Universidad de Concepción y Dra. Ciencias Políticas y Sociales (RRII) de la UC de Lovaina, Bélgica.
Este malestar con sus clases dirigentes, dice Astroza, "ya se venia demostrando porque la gente estaba yendo muy poco a votar. En Chile el voto es voluntario y la tendencia era a la baja. Y antes de que fuera voluntario había un abstencionismo escondido, porque el sistema que teníamos era de inscripción voluntaria y voto obligatorio, pero había muchos jóvenes que al cumplir 18 años no se inscribían, quedaban fuera del sistema y no eran tenidos en cuenta cuando se sacaban los porcentajes en los resultados de las elecciones. Había un abstencionismo enmascarado".
-En las ultimas elecciones la participación rondó el 50 %
-Para el plebiscito del año pasado, que rompió la tendencia a la baja, fue del 51 %. La mas baja fue en la elección de alcaldes en 2016, el 36%. Ahí ya había signos de malestar en la ciudadanía, la no participación por no sentirse representada. Después se sumaron una serie de situaciones que generaron una olla a presión y lo único que faltaba era el detonante que fue un aumento de 30 pesos en el metro, que desató el estallido en 2019.
-El aleteo de la mariposa que fueron un grupo de chicas saltando los molinetes del subte terminaron con uno de los pilares del modelo chileno que es la Constitución pinochetista. Eso habla de una sociedad que estaba mal y nadie hizo nada por revertir nada.
-Creo que esa es la sacada de cuenta del domingo pasado. Los partidos políticos tradicionales, tanto de derecha como de izquierda, fueron los damnificados. Claramente el oficialismo mucho mas que la centroizquierda. Con un gobierno en el suelo, que tiene solo un 9% de aceptación, donde muchos de la propia coalición oficialista han votado proyectos de ley contra lo que el gobierno quería. Las disputas internas son tremendas, el mal manejo de la pandemia, a pesar que tenemos una muy buena campaña de vacunación. Haber ido con ayudas directas a las familias hubiese evitado el tema de los retiros de dinero de los fondos de pensiones. Y el otro fenómeno son los independientes. Muchos fueron candidatos y se transformaron en una vía de escape político para la ciudadanía, por eso la sorpresa es el alto porcentaje de independientes elegidos.
-¿Quienes ganaron el domingo? ¿La izquierda, el Partido Comunista, los jóvenes, los independientes?
-Como primer dato ganó la ciudadanía, aquella que ya no se sentía representada por los partidos tradicionales, que quiso decir "no más" por la vía institucional, no por afuera de la democracia, que incluso rompieron la lógica del sistema D'Hondt en el reparto de los convencionales. En realidad hubo 4 elecciones y cada una tiene una lectura distinta. Creo que primero ganaron claramente aquellos independientes y movimientos sociales que levantaron candidaturas y les fue muy bien, con muy poco dinero, con un trabajo territorial muy fuerte que levantaron temas como el medio ambiente, los feminismos, el territorio, los temas que son mas de nichos y que en un país tan desigual antes ni si quiera estaban contemplados dentro de la discusión. Segundo, hay un reforzamiento de un eje de izquierda donde esta el Frente Amplio y el Partido Comunista que les fue bien en estas elecciones y que representan también una izquierdización dentro de la izquierda. Dentro de la Unidad Constituyente o ex Nueva Mayoría o ex Concertación salieron dañados, solo el Partido Socialista salvó la ropa.
--¿Qué opinión tiene de la autocrítica que hizo Pitear el domingo a la noche?
-Hizo un mea culpa débil, pero sigue con esa idea triunfalista de "vamos a escuchar, pero lo hemos hecho bien, pero hemos hecho esto". Hay una suerte de negacionismo a aceptar derechamente la derrota. De decir con humildad, nos equivocamos, no escuchamos, compartimos por últimos la responsabilidad con todos los que hemos estado gobernando. Pero no. A Pitear le cuesta mucho aceptar las derrotas y escucha solo a un grupo muy cercano y cada día está más solo.
-De todas maneras hay un avance desde el "vamos a tener que disminuir nuestros privilegios" de octubre de 2019 a "no estamos en sintonía con la gente".
-Lo hay. Pero siempre termina diciendo "pero hemos hecho esto, pero hemos logrado lo otro" No asume cien por ciento la responsabilidad que le cabe y los partidos al interior de la coalición están directamente señalando el factor Pitear como la causa de la derrota de la derecha.
-¿Puede haber una renuncia del presidente o un adelanto de las elecciones?
-No lo veo factible. La verdad es que es muy bueno que la Convención Constitucional haya quedado tan diversa. Pese a la baja participación, un millón de votantes menos en relación al plebiscito de octubre del año pasado, nadie esta cuestionando la legitimidad de la convención constituyente porque quedaron muchos representados, la ciudadanía siente que tiene su espacio, hay mucha diversidad. Eso hace que la presión social baje. El gobierno tiene que llegar en los 10 meses que le quedan como pueda. Pero no veo que haya petición de renuncia en las calles. Hay demasiadas elecciones como para concentrarnos ahora en pedir la renuncia de Pitear. Más complicado aún en tiempo de pandemia, cuando hay muchas ciudades que están en cuarentena.
-¿Y la gobernabilidad? No por la gente en la calle sino por los factores de poder. El lunes la Bolsa en Chile cayó 14%, el peso se devaluó. No es fácil para quienes gobiernan desde hace casi 50 años tener que enfrentarse a esto.
-Pero van a tener que hacerlo por la fuerza de los hechos. Ya los estaban haciendo girar un poco la aguja y conectarse más con la ciudadanía, que es la gran queja, porque los partidos políticos abrieron cupos para muchos independientes. Haberles presionado para que las listas las integraran independientes y no los mismos de siempre ya fue un triunfo. Y muchos de los mismos de siempre ahora perdieron. La fuerza del mensaje de la ciudadanía los va a obligar a cambiar y eso es lo que están haciendo ahora. Hay negociaciones, bajadas de candidaturas, ya se ven los coletazos. En cuanto a la gobernabilidad, creo que Chile todavía tiene, a diferencia de otros países, una base institucional que va a lograr mantener hasta el cambio de gobierno. Y a eso lo vimos el fin de semana con elecciones absolutamente pacíficas. Se temía que en la noche del sábado pudiese haber algún problema con las urnas porque era la primera vez que las elecciones duraban dos días. No paso absolutamente nada. Creo que el hecho de que la Convención este tan diversa hace bajar la tensión, hace que la ciudadanía sienta que hay una válvula de escape, una salida política, institucional, cosa que otros países no tienen. Si se hubiese bloqueado esto, hubiera sido muy peligrosa una salida no institucional.
-¿La diversidad de la representación no será un problema para la redacción de la nueva constitución? Teniendo en cuenta que para aprobarse un determina articulo van a necesitarse dos tercios de los votos, no va ser fácil conseguirlos ante tanta dispersión.
- Mas difícil sería si la derecha hubiera obtenido un tercio de los escaños porque eso les daba poder de veto para frenar los cambios. Eso es lo que querían pero no lo lograron y más del 70 % de la Convención será oposición. Todos los independientes tienen matices entre ellos, no hay uno solo, hay muchos, con sensibilidades distintas, más de centro, más de izquierda. Lo que va a pasar es que va a obligar a negociar y esto significa que también haya que negociar con algunos votos de la derecha cuando no se quiera ir a cambios tan radicales como quiere la izquierda. Va a obligar a que el texto constitucional sea el acuerdo de los dos tercios pero ya no con una amenaza de veto de la derecha para no cambiar nada. No digo que va a ser más fácil, pero va a ser distinto al escenario que se esperaba si la derecha obtenía un tercio de los constituyentes.
-¿Que tipo de Constitución se imagina va a salir de esa Convención?
-En términos generales creo que va a salir una Constitución que va a abandonar definitivamente el modelo neoliberal establecido desde la década del 80. Y no me refiero a abandonar el capitalismo, que es una cosa distinta al neoliberalismo. El principio de subsidiariedad que, si bien no esta escrito en la Constitución, se ha interpretado siempre de la misma manera: los privados en la salud, en la educación, en los fondos de pensiones. El Estado muy pequeño y los privados teniendo todo. Creo que eso se va a cambiar y vamos a un modelo mas social, con una protección más parecida a la de un estado de bienestar. Creo que ese va a ser el gran giro de la nueva Constitución: mayores derechos sociales, porque están muy restringidos en la actual que privilegia mucho el derecho de propiedad, el recurso de protección frente al derecho de propiedad. Pero el derecho a la educación, a la salud, a la vivienda digna, están mencionados como el derecho a elegir, a elegir un colegio, a elegir un sistema de salud. Creo que ese punto va a cambiar y hay consenso para eso. Incluso en algunos sectores de la derecha entienden que Chile necesita un estado mas activo, que no por eso va a ser mas ineficiente, y que haya una protección social para todos los ciudadanos. En Chile las desigualdades son demasiadas y en parte vienen del modelo que surge de la Constitución.
-En las protestas, una de las quejas más enfáticas era contra la desigualdad de oportunidades, de trato. Eso no se puede resolver con una nueva Constitución pero un piso de cobertura social, sobre todo el acceso a la educación, serviría para achicar esta brecha.
-Aquí hay dos problemas. Efectivamente en Chile tenemos mucha desigualdad pero de distinto tipo. Un informe de Naciones Unidas de 2017 indicaba que la desigualdad de ingresos estaba mejorando. Sin embargo la gente estaba mas molesta por la desigualdad de trato, de acceso a la salud y a la educación más que por la desigualdad de ingresos. Y eso esta muy ligado al tema de la dignidad, porque efectivamente en Chile la desigualdad de trato va desde el apellido que uno tiene hasta del sector donde vive. Cuando una persona en Chile dice donde vive está respondiendo varias preguntas a la vez. Esta diciendo a que colegio va, a que universidad va a ir, cual es su red de amigos, si vive una zona rica o pobre. No es como en otros países donde dice donde vive y no esta diciendo mas que donde vive. Si bien se necesita de un cambio cultural y no se puede poner directamente en la Constitución, la filosofía que este detrás de la nueva Constitución tiene que tender a eso porque aquí hay diferencias si uno es de pueblo mapuche o no, si su apellido tiene origen europeo o no. Si tengo que reducirlo a algo es al tema de la dignidad de la persona humana, tenga o no dinero, y eso va a unido a la igualdad de oportunidades, al acceso a la educación y a la salud,. En Chile solo si tenemos plata tenemos acceso a una buena salud y una buena educación, además de una red de contactos que le aseguran a uno que finalmente va a ser un profesional. Entonces se van creando burbujas. Hay varios países en uno y eso es lo que hay que romper porque solo una parte de Chile estaba gobernando y estaba ignorando a la otra parte.
-¿Por que una joven comunista ganó a la alcaldia de Santiago de Chile? ¿Por que una joven de izquierda ganó Viña del Mar? Es extraño que eso pase en esas ciudades.
-Aun no están todos los datos como para hacer una análisis mas preciso pero mi primera conclusión en base a especulaciones es que la gente de derecha no fue a votar. A la derecha le costaba también, con un gobierno en el suelo, motivar a la gente. Muchos no fueron a votar como rechazo a sus partidos, al gobierno, y al mismo tiempo los que se movilizaron fueron aquellos que buscaban cambios, transformaciones. Con un 41% del padrón que fue a votar tenemos un alto porcentaje que no fue y creo que fue la derecha.
-Y parece haber otra cosa, que es el clima de época y contra el cual es muy difícil ir, por mas plata y buen candidato que se tenga.
- Exactamente. Leí hoy que de las 20 campañas que mas dinero gastaron solo 9 fueron elegidos. Hasta en el vinculo entre política y dinero la gente no siguió el mismo patrón que en campañas anteriores. Campañas ciudadanas, por redes sociales, sin mucho presupuesto y muy conectado con los territorios ganaron. Y campañas mediáticas, de mucho dinero, con inserts en los diarios y mensajes radiales perdieron. Hasta en eso Chile cambió.