Cuando la desidia se hace costumbre: un basural en plena vía pública en barrio Mayoraz
Desde hace varios meses, en la esquina de Ricardo Aldao y Pasaje Ingenieros, se ha instalado un lugar en el cual se unen la dejadez de la gente y el desinterés de quienes deben velar por la salud de los vecinos: desperdicios a cielo abierto.
No me quedan dudas que es una situación que se repite en muchos sitios de nuestra ciudad. La escena que se puede observar en la esquina de las calles Ricardo Aldao y Pasaje Ingenieros es la que lamentablemente es muy fácil ver en varios puntos de las calles santafesinas.
Lo puedo decir con mucha seguridad, dado que las recorro diariamente desde hace varias décadas. Pero hoy pido permiso para dejar de lado la imparcialidad, y por supuesto voy a ser muy subjetivo al opinar sobre lo que veo en el sitio mencionado, ya que me crie ahí y me da mucha pena contemplar un paisaje tan desagradable y a la vez tan peligroso para la salud de cualquier transeúnte.
Me parece increíble, pero no puedo mentir: ¡añoro tanto aquellos tiempos en los cuales el “verde” dominaba por sobre el “gris”! Muchos de los árboles que vivían hace años hoy le dieron paso a una “peligrosa” ciclovía, la que carece de iluminación y de mantenimiento en su trayecto, el cual es recorrido por amenazantes motos.
Aquellas épocas en las cuales el necesario y productivo tren de cargas Manuel Belgrano fue reemplazado por un inservible “trencito de paseo”, que si transitó las “muy malas renovadas vías” por el término de dos meses (interrumpidos por innumerables desperfectos) es mucho.
Pero volviendo al presente, ¡es tan desagradable lo que veo a diario! Hay mucho de cierto en que al ser humano cada vez le importa menos cuidar y cuidarse, lo estamos viviendo día a día con la pandemia que estamos transitando, eso es claramente visible.
No obstante no es de mi agrado generalizar. Ya sea por optimista o por ingenuo, creo que todavía hay personas que piensan y valoran la importancia de la limpieza; y que a pesar de todo sienten empatía por sus semejantes.
Por esa gente es por la que es imprescindible empezar a pensar y ocuparse. Por la que estoy absolutamente seguro no es culpable del escenario que habitan, el que los contamina visual y ambientalmente, ya que han visto a muchas personas que no son del lugar arrojar sus desechos sin ningún tipo de pudor.
D.R.
Foto: El Litoral
¡Se trata de la salud de todos! Es verdad que el Covid-19 está azotando a la sociedad de todo el planeta y es una prioridad, pero no nos olvidemos de que la basura acumulada en un espacio público, a pocos metros de las viviendas, cortando prácticamente el paso de los peatones y los vehículos, con la proliferación de roedores, moscas y perros callejeros, es un foco infeccioso que lugar a dudas amenaza a la sanidad.
Para finalizar, con esta respetuosa opinión y justo reclamo, insto a que tanto esas personas tan individualistas como a aquellos que deberían mantener la limpieza de la vía pública, comiencen a pensar en quienes necesitan vivir dignamente y sin la peligrosidad que significa, lisa y llanamente, convivir con la “mugre”, para no acostumbrarse a la desidia y al abandono.
¡Ahhhh! Me olvidaba, el barrio en el cual se encuentra el basural se llama “Jardín Mayoraz”, ¿hay algo más contradictorio…?