La proximidad de las elecciones de medio término, que parecían lejanas y ya están aquí, incidiendo más que lo acostumbrado, llevan a una pregunta: ¿cómo conquistar los votos rosarinos…? y de qué modo sostenerlos. Son dos cuestiones diferentes.
Rosario puede ser, en algunos casos lo es, el barrio porteño más alejado del Obelisco. La deformación es grave. Social, económica, política y lo peor: culturalmente. Transculturación y dependencia.
La proximidad de las elecciones de medio término, que parecían lejanas y ya están aquí, incidiendo más que lo acostumbrado, llevan a una pregunta: ¿cómo conquistar los votos rosarinos…? y de qué modo sostenerlos. Son dos cuestiones diferentes.
Hay un punto ineludible. El cocinero televisivo Megna por los radicales, la exitosa empresaria periodística Susana Rueda por los socialistas, el comentarista deportivo Marcelo Lewandowski por los peronistas, más la avalancha de votos de Amalia Granata y los pastores evangélicos por una sigla que no era un partido tradicional y se legitimaba por sus actores. Realidad. Esta es la mejor y la única encuesta válida. Quiénes ganaron y qué argumentos usaron.
El punto en común es obvio: conocimiento televisivo de personajes que, sin temores, entraron a la política desde una fragua diferente. Considerar esta fragua, la de los medios, como una casualidad, solo puede deberse al olvido de Susana Rinaldi, Nacha Guevara, Carlos Reutemann, Daniel Scioli, Elbio Martínez, Evaristo Monti… y una lista que engrosan todos los partidos en diferentes sitios, incluyendo, en otras provincias, gente de silbato en la boca, como Baldassi.
ROSARIO, EL BARRIO MÁS LEJANO DEL OBELISCO
Una nota del colega Adrián Gerber es tan sólida como un cross en la mandíbula (cito a Roberto Arlt con la frase). Su análisis de los medios que escucha, ve, lee el habitante de la Región Rosario ayuda a definir la situación.
"La concentración en términos federales de los medios de comunicación es extraordinaria. En lo mediático, lo nacional es porteño. En cualquiera de los siete canales de noticias "nacionales" una información trivial de Capital Federal vale más segundos televisivos que un hecho importante en el interior".
"Argentina es el país de Sudamérica con mayor oferta de canales de alcance nacional dedicados a la información. Hay en total siete señales: TN, C5N, A24, Crónica TV, IP, La Nación+ y Canal 26".
Los dichos del colega, citado textualmente son eso: un puñetazo al blá blá blá. La penetración es tan seria como peligrosa. Rosario puede ser, en algunos casos lo es, el barrio porteño más alejado del Obelisco. La deformación es grave social, económica, política y lo peor: culturalmente. Transculturación y dependencia. Vivir espejándose en algo lejano, ajeno y extraño tiene, siquiátricamente, un nombre; eliminemos tal calificación. Los hechos están presentes. No votamos según nuestras esenciales necesidades, son las que llegan en la sugerencia de los medios nacionales las que definen. Variante: ventanitas de los medios locales.
Rosario es "porteño dependiente". Sin contar los "canales de aire". Sin agregar las repetidoras radiales (Fuera de la Ley) distribuidas en el espectro rosarino de Frecuencia Modulada sin ningún amor, con total crueldad… e impunidad. Es una colonización peligrosa. Necesita cómplices locales. Los tiene. Quien domina la cultura domina el idioma y define el futuro. De eso se trata.
La nota del colega Adrián Gerber es definitiva ya desde su título:… "#Urgente: el periodismo porteño tiene atrapado a la Argentina en su burbuja…". Fue publicada en el diario La Capital, edición impresa.
No hay defensa posible para una demostración tan apabullante de poderío. Canales, canales que repiten, otras repetidoras que reformulan y la apabullante exageración de avisos indicando que allí están, esos son los personajes que nos importan. Todo truco, mágica ilusión, que todo en broma se toma… todo menos la canción (cito a Tuñón). Atención, atención… Los que se desentienden claramente saben qué pasa. Acaso sea conveniente tal distracción. Los votos son, antes que un hecho político trascendente, una confesión cultural inapelable. Somos lo que votamos. Megna, Rueda, Granata, Lewandowski; hay más para este boletín….
AGUANTAR LOS TRAPOS
Quedan pocos ejemplos de libertad y aún los que parecen ser resabios libertarios están distorsionados. Colón y Unión en Santa Fe, como Ñul y Central en Rosario, constituyen un hecho atípico de autonomía afectiva. Era un pasado de independencia e hidalguía. Se fue. No existe más.
La unificación de competencias a cualquier hora y desde cualquier sitio lleva a entender la advertencia. No desaparecieron porque la pasión no reconoce tantos ajetreos marquetineros pero eso, la pasión, sólo aflora en circunstancias especiales: cuando se la exacerba, entonces la definición deportiva se convierte en una muestra de territorialidad, de bandería, vamos, de clara dependencia cultural. Lo transmiten… lo transmiten…De eso se trata. Venta de avisos. Los nombres de los políticos tienen mismo tratamiento, esperanza y destino.
Somos cuanto imaginaron. Tal y como si perteneciésemos, en Región Rosario, a un barrio porteño alejado pero dependiente de sus ceremonias al pie del Obelisco (cito con esto a Walter Operto). Desde las centrales se excita la pasión. Pulsión / reflejo. Viva mi club. No hacen falta los fanáticos en la cancha que, por otra parte, no reciben avisos liminales ni subliminales. Reparemos en el asombro de la ausencia. No hacen falta espectadores. Solo el sonido. Y la condescendencia de un relato. Otro más.
EL VOTO COMO PRODUCTO CON PACKAGING Y DEGUSTACIÓN
La referencia nominal a las elecciones 2019 en Rosario permite entender que eran el envase y la degustación del producto, las que permitieron la adhesión en el voto popular. Muchos votos. El sistema de "Boleta Única", con el rostro en la boleta, definió la historia individual y la convirtió en colectiva. Ganaron los conocidos. Ahora son los buenos. Tienen la espalda popular de sostén.
"Visite Cucha Cucha, tierra de ensueños y libre albedrío"… El aviso, inopinado claro está, en mitad de una programación porteña, es la llave para que el concejal, el intendente, el diputado, cuando no el gobernador donde se asienta Cucha Cucha, sea invitado -poco después- a una nota que pegará, rebotará, impresionará en Cucha Cucha. Ni bien ni mal. Sucede. Es la forma. La dependencia cultural en ejercicio pleno de su potencialidad.
UNA CUESTION PERSONAL
Debemos preguntarnos si es posible revertir esta centralidad. Soy periodista. Soy escéptico. Pesimista. La proximidad de las elecciones de medio término, que parecían lejanas y ya están aquí, incidiendo más que lo acostumbrado, llevan a una pregunta: ¿cómo conquistar los votos rosarinos…? y de qué modo sostenerlos. Son dos cuestiones diferentes. Contrataría todo lo que indica la nostalgia, el sentido común y la ciencia política… y le agregaría visitas domiciliarias a todos los canales porteños, para ganar Santa Fe. El alambrado se perdió hace rato. Rosario se mide en encuestas y se gana con votos y popularidad. El fin de las ideas llegó a Barrio Pichincha y al Monumento hace rato. Lo saben los que deben saberlo (de los candidatos no tengo certeza. Son candidatos).
Rosario puede ser, en algunos casos lo es, el barrio porteño más alejado del Obelisco. La deformación es grave. Social, económica, política y lo peor: culturalmente. Transculturación y dependencia.
Contrataría todo lo que indica la nostalgia, el sentido común y la ciencia política… y le agregaría visitas domiciliarias a todos los canales porteños, para ganar Santa Fe. El alambrado se perdió hace rato.