Christian Erikssen se desplomó y cayó en el campo de juego. Los médicos que lo socorrieron declararon que "estuvo muerto por unos minutos", lo cuál le agrega dramatismo al, ya de por sí, cuadro límite vivido en el choque Dinamarca-Finlandia por la Eurocopa. Todo lo que siguió fue de un matiz altamente emotivo e incierto. Sorprende que el partido haya continuado, más allá de las "buenas" noticias que llegaban sobre su estado de salud. Era una situación horrible para todos y la conmoción se había apoderado del mundo entero, que por varios minutos estuvo en vilo por el estado de salud de ese número 10 danés que había corrido una pelota que estaba perdida y que cuando se ubicaba para ser una alternativa de pase en ese saque de costado, comenzó a trastabillar y cayó al suelo con los ojos abiertos y en un estado de conmoción que provocó un pronunciado estupor. A muchos se le pasó por la cabeza, en ese momento, lo que ocurrió ese 25 de agosto de 2001 en la noche de la reinauguración del estadio, que pintaba para fiesta y terminó en drama con la lesión de Migliónico. Esa noche, uno de los médicos de Colón era el doctor Miguel Bravo, cardiólogo, quien pertenecía al staff de Lalo Vega. Y debió intervenir.
-¿Le encontrás similitud con lo del otro día?
-Esa noche de Migliónico, creo, fue más simple que lo de Erikssen. Ya con el comienzo de masajes cardíacos lo pude reanimar... Con Erikssen hubo que hacerle resucitación cardiopulmonar y la utilización del desfibrilador, que hay que tenerlo siempre.
-¿Estuvo muerto, como algunos médicos dicen?
-... A ver, se produce un paro cardíaco, el corazón deja de latir, no recibe sangre el cerebro y se produce el colapso... En ese momento, el cerebro y el resto del cuerpo deja de recibir sangre y eso se siente... Que haya estado muerto, me parece mucho... En Europa dijeron que estuvo muerto, pero para mí, afirmarlo es complicado... Tengo la certeza de que hizo una arritmia ventricular y como el cerebro es el más sensible de los órganos, la persona pierde el conocimiento, se desploma y con las maniobras de resucitación lo pudieron sacar adelante.
-¿Algo falló en los controles?
-Estoy seguro de que el jugador estuvo sometido a un estricto control y en ningún momento detectaron la enfermedad cardiovascular.
Tenés que leerReviví el especial: "Colón Campeón"-A grandes rasgos te lo comento. En cardiología, se toma a los 30 años como parámetro. Los deportistas mayores de 30 años tienen a la enfermedad coronaria como algo más frecuente. Se les tapa las arterias del corazón, sufren un infarto cardíaco y ahí viene la muerte súbita. Entre los deportistas menores de 30 años, son dos las causas principales de muerte súbita y son hereditarias. Una es la miocardiopatía ritmogénica del ventriculo derecho, se destruye el tejido muscular y queda el tejido adiposo. Eso es detectable. Por el otro lado, la miocardiopatía hipertrófica, que es una enfermedad del músculo del corazón, las paredes aumentan su grosor, es imposible bombear la sangre, no llega al cerebro y se produce el síncope. Hasta un 30 por ciento, es de origen indeterminado.
-¿Pensás que se moría sin el desfibrilador?
-Es difícil ser contundente, pero creería que sí o hubiese quedado con muchas alteraciones cerebrales. La falta de nutrientes del corazón complicaba demasiado al resto del cuerpo si es que no estaba el desfibrilador. Por eso, pienso que todos los que están adentro de una cancha deben estar entrenados para la resucitación, desde los jugadores, los árbitros, todos... ¡Hasta el que maneja la ambulancia tiene que estar preparado y tener una idea precisa de saber qué calles debe tomar para llegar al nosocomio...! Parece algo menor lo que digo, pero te aseguro que hasta a eso lo trabajamos en la Sociedad de Cardiología.
-Volviendo a aquélla noche de hace 20 años, ¿qué fue lo que pasó?
-Estábamos con Lalo Vega como médicos del plantel. El choque con el arquero de Nueva Chicago, Velásquez, le produce a "Gaviota" el traumatismo cráneoencefálico, el golpe es en la cara, pierde el conocimiento y cae desplomado. Ahí me dicen que estaba en paro cardíaco y entonces le realizo la maniobra de resucitación y a la tercera o cuarta vez que comprimo, veo que hace una bocanada de aire... Eso me tranquilizó mucho, le tomo los pulsos centrales y veo que estaba latiendo. Allí lo trasladamos al hospital Cullen primero y luego a un sanatorio privado.
-¿Estuvo al borde de la muerte?
-... En un primer momento, hizo un paro... Por eso, Lalo me llama y entro a la cancha con él... Me tranquilicé cuando su corazón empezó a latir, pero seguí haciendo algunos masajes para ayudarlo... Al menos hasta el momento de que lo empiecen a atender en el hospital.
-¿Te acordás que se cayó de la camilla?
-¡Claro...! Vino Píccoli, con toda esa fuerza y el ímpetu que tenía Alcides, y se cayó de la camilla... Hoy es algo que me hace reir, pero imagínense ese momento. Los estudios arrojaron que fue un traumatismo cráneoencefálico muy duro, tanto por el golpe del arquero como por el impacto... A las pocas horas ya estaba recuperado y afortunadamente no tuvo secuelas... Pero en el momento fue algo muy complicado.
-Habiendo vivido tantas cosas en el club y en momentos duros de la vida sabalera, ¿cómo recibiste este título de campeón?
-Mirá, me resulta difícil poder manifestarlo, no pude internalizar en mi mente el concepto de Colón campeón, estoy soñando despierto... En mi bandera mental, la estrella del campeonato todavía no está incorporada... Espero que con el correr del tiempo la pueda incorporar... Para mí, es un sueño, jamás imaginé que esto podía pasar. Así es como me siento...