Sabina Melchiori
Este jueves fallecieron dos mujeres en el hospital de Gualeguaychú pero el cuerpo de una de ellas fue entregado a la familia de la otra. La despidieron a cajón cerrado por protocolo Covid y la sepultaron en el cementerio sin saber que no se trataba de su abuela.
Sabina Melchiori
Entre la noche del miércoles y madrugada del jueves murieron dos señoras en el hospital de Gualeguaychú, una de las cuales tenía coronavirus. Tal como indica el protocolo, quienes fallecen con Covid son entregados a sus familiares de modo tal que éstos no pueden verlos. Fue así que una de las familias en duelo recibió, veló y enterró el cuerpo equivocado pero no pudo advertirlo.
La mujer que no había fallecido con coronavirus estaba siendo despedida y llorada por gente que jamás conoció, sus familiares estaban a la espera de que les entregasen el cuerpo para velarla. La demora fue de horas y cuando finalmente llegó una ambulancia al Cementerio Norte, el nombre que figuraba en la etiqueta del cuerpo que traía no correspondía al que esperaban sino al de la señora que estaban enterrando.
“Era el cuerpo de una mujer que había tenido Covid, a la cual supuestamente ya habían enterrado. Nosotros estábamos esperando el cuerpo de nuestra abuela y la otra familia llorando un cuerpo que no era”, expresó Érika Cardinaux, nieta de la abuela enterrada por una familia que no era la suya.
“La que enterraron era mi abuela y la que estaba en la ambulancia era la otra señora”, especificó Érika, y agregó: “Desde el cementerio nos dijeron que no se podían hacer cargo porque desde el hospital nunca informaron que el cuerpo de mi abuela iba a ser llevado al cementerio. La cuestión es que nadie nos garantizaba que esa que habían enterrado era mi abuela. En la morgue nos dijeron que el cuerpo había salido, en el Bicentenario nos dicen que de ahí no salía ningún cuerpo sin autorización de familiares pero tampoco estaba ahí”.
La duda se disipó recién cuando exhumaron el cuerpo de la señora y corroboraron el error. Ambos cuerpos fueron llevados nuevamente al hospital, sus familiares reconocieron a cada señora y realizaron el correspondiente velatorio y sepultura. “Desde las 5 de la mañana que falleció, recién a las 5 de la tarde pudimos ver a mi abuela en un cajón, lo cual fue un alivio”, manifestó Érika.