"Sigue estando en mis oraciones" expresó durante la audiencia de apelación, el único patovica condenado por el homicidio de Emiliano Arri. Aunque aclaró que "yo no me arrepiento, no tengo arrepentimiento porque realmente nunca pensé que fuera a terminar de una forma tan trágica". Arri tenía 38 años cuando falleció, la madrugada del domingo 24 de septiembre de 2017, luego de que intentaran retirarlo por la fuerza del boliche On-Club de Gálvez.
En una audiencia con interrupciones, y que duró más de 3 horas, los jueces de la Cámara de Apelaciones Roberto Prieu Mántaras, Jorge Andrés y Alejandro Tizón escucharon los argumentos de la querella y la defensa del único condenado por el homicidio. Ambas partes, representadas por el abogado Raúl Berizo y los Dres. Néstor y Sebastián Oroño, respectivamente, presentaron una serie de agravios respecto de la sentencia del 22 de febrero, cuyos fundamentos se dieron a conocer el 3 de marzo pasado.
En la misma, los jueces Sergio Carraro, Octavio Silva y José Luis García Troiano resolvieron condenar a Juan Pablo Rivero (42) a 9 años de prisión tras considerar que cuando el patovica aplicó la "llave" para reducir a Arri "asumió los riesgos y confianza en su destreza hasta las últimas consecuencias, sin reposar que con ello culminaría en definitiva con la muerte de su oponente". Además, absolvieron por el principio "in dubio pro reo" a tres de los cuatro coimputados: Claudio Sebastián Ojeda, Juan Pablo Ortiz y José Francisco Carrizo.
El primero en hacer uso de la palabra fue el abogado querellante, Raúl Berizo, quien representa los intereses de la madre de Arri en la causa. No sólo manifestó su disconformidad con el fallo de primera instancia, sino que lo consideró "subjetivo, contradictorio y pseudo arbitrario".
Sus agravios se centraron, principalmente, en el rechazo a las absoluciones dictadas, y a que no se resolviera conforme la calificación legal seleccionada por la querella que además del "homicidio", hizo hincapié en que se agravara la figura por la "privación ilegítima de la libertad".
"Acá resulta claro, absoluto, certero y contundente que con la sola apreciación del video surge claramente cómo ocurrieron los hechos y de la forma que se le da muerte a Arri", a quién redujeron entre cinco personas y llevaron hasta la zona del guardarropas del boliche. Fue entonces que Rivero le aplicó una "llave" conocida como "mata león" por menos de un minuto, tras lo cual la víctima terminó en el piso y pasados varios minutos, falleció.
La defensa del único condenado señaló que "hay dudas que aún no se han podido despejar: ¿Cómo murió Arri?". Oroño advirtió que si bien "se plantearon múltiples hipótesis, ninguna ha podido ser totalmente confirmada".
Mientras que la acusación y el tribunal de juicio sostuvieron que el deceso se debió a una "asfixia por compresión mecánica", cuando Rivero aplicó presión en block cervical al realizar la "llave"; según Oroño, Arri "murió por una cuestión orgánica" derivada del consumo de estupefacientes.
Por su parte, la defensora de Ojeda, Natalia Giordano, solicitó que se rechace el recurso de apelación presentado por Berizo y se confirme la absolución de su cliente; y advirtió que la querella "cambia la calificación por tercera vez a lo largo del proceso".
"Estas modificaciones las fue ajustando debido a que se fueron rechazando todas sus posturas por erróneas y la última, en el juicio oral, por inexistente. Esto no es un taller de costura, uno no puede cortar, ajustar y emparchar. Esto es una causa penal que debe, obligatoriamente, estar rodeada de principios y garantías". En cambio, Berizo no sólo "utilizó argumentos inválidos " sino que también "distorsiona la realidad y las pruebas".
Los defensores de Ortiz -Martín Montegrosso y Guillermo Morales-, y la representante del policía Carrizo -Hilda Knaeblein-, adhirieron a lo expuesto por sus colegas. Esta última también resaltó que luego de que los imputaran, los cuatro pasaron tres años privados de su libertad a la espera de juicio.
Luego, los defensores de Rivero expusieron sus agravios, ya que esta parte también apeló el fallo de primera instancia. Solicitaron que las sentencia "sea anulada por considerarla sumamente arbitraria, por ser contraria a la prueba producida en el debate y a la legislación vigente, y contradictoria; y que se resuelva la situación de Rivero conforme a derecho", propiciando su absolución.
Subsidiariamente, los Oroño pidieron que se revoque la sentencia en lo que hace a la condena y que se dicte la absolución de su pupilo.
El fiscal que llevó adelante la investigación, Martín Torres, sostuvo que si bien existe una disconformidad de la defensa de Rivero con el fallo, "de modo alguno permite tildar a la sentencia de arbitraria". "En lo que el apelante se agravia o pretende hacerlo es pura y exclusivamente en discrepancias de criterio"·, resaltó antes de solicitar la confirmación de la sentencia.
El tribunal de la Cámara de Apelaciones posee 20 días hábiles para analizar la causa antes de dar a conocer su resolución. La proximidad de la feria judicial podría retrasar los fundamentos.
Al culminar las exposiciones de las partes, Juan Pablo Rivero se dirigió al tribunal: "Nosotros buscamos trabajar lo más limpio posible, por eso fuimos a la policía, y ahí fue cuando se fue a hablar a esta persona, y él comenzó con la agresión". Quiso "dejar en claro que nadie fue a querer sacar por la fuerza a Arri, lo que nosotros hicimos fue tratar de contener una agresión que recibimos al hablar con esta persona, al manifestar que se tenía que ir, con la policía presente".
También, "aclarar que ninguno de nosotros nunca jamás tuvimos pensado semejante final, como lo que le sucedió a este chico. Es lamentable. Lo sufrimos todos a eso… La intención nuestra era sacarlo, no pudimos. Era imposible sostenerlo, tenía una fuerza terrible". "Emiliano Arri sigue estando en mis oraciones", pero "yo no me arrepiento, no tengo arrepentimiento porque realmente nunca pensé que fuera a terminar de una forma tan trágica".
Juan Pablo Ortiz, uno de los hombres que fue absuelto, dijo que "más allá de todo esto que sufrimos nosotros y el dolor que pasamos, no puedo arrepentirme de algo que no cometimos".