Por Eduardo Raúl Wernly (*)
Por Eduardo Raúl Wernly (*)
Estimado Prior:
Eduardo Raúl Wernly, Prior de la Fraternidad Laical de Santa Fe, recogiendo el parecer de los miembros de las instituciones laicales dominicanas, feligreses y amigos del Convento Santo Domingo, Casa San Pablo Primer Ermitaño, nos dirigimos a Ud. y por su digno intermedio a quienes integran el Capítulo Provincial con motivo de su carta intitulada "Tiempos de Siembra".
Las consideraciones que a continuación expresamos, de ningún modo, importan desconocer las facultades y atribuciones que les competen, conforme a las reglas de la Orden de los Predicadores. Sin embargo expresan el pesar de la comunidad laical vinculada al Convento de Santo Domingo en la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz por el modo empleado para proceder al cierre primeramente dispuesto por el Capítulo Provincial y que, según la carta que motiva la presente, sólo implicaría el "retiro" de los frailes de este Convento, ya que según la misma, el Convento continuará abierto al culto, bajo la rectoría de un sacerdote designado por nuestro Obispo.
En primer lugar queremos destacar que la decisión, conforme al #113 de las actas capitulares fue la siguiente: "Pedimos al Maestro de la Orden el cierre canónico de la Casa San Pablo Primer Ermitaño de Santa Fe. Este se efectuará de modo gradual, en un tiempo máximo de dos años, contemplando la posibilidad de realizar un comodato con la diócesis, conservando la propiedad del inmueble" (las negritas no son del original). La misma fue tomada sin haber efectuado una visita pastoral para evaluar las implicancias de tan trascedente decisión, evaluar in situ su conveniencia y dar la necesaria participación a todas las instituciones dominicanas involucradas.
Su presencia en Santa Fe sólo fue para comunicar al Arzobispo la decisión ya tomada que, a tenor del documento emitido por la Curia Generalicia en fecha 13 de mayo del corriente "En Conmemoración del 8vo. Centenario de los primeros capítulos generales de la Orden (1220, 1221)", si bien no la anula, le priva de legitimación ante los directamente afectados.
Citamos: "Santo Domingo celebró los primero capítulos generales en 1220 y 1221 en la solemnidad de Pentecostés. Si los hermanos iban a abrazar la forma de vida apostólica, entonces también debían adoptar la forma apostólica de toma de decisiones para toda la Orden. La forma de gobierno comunitario (LCO VI) que Domingo dio a la Orden es también un regalo para la Iglesia, pues la misión de la Orden es ayudar a construir la Iglesia, el Cuerpo de Cristo. Los capítulos -general, provincial, conventual- son instrumentos para construir comunión. Proporcionan un espacio para confrontar retos a los que se enfrentan los hermanos para buscar el consenso en cuestiones que producen división, para discernir las mejores formas posibles de servir a la misión de la Orden en un momento y lugar concretos y, lo que es más importante, para escucharse los unos a los otros, y aprender los unos de los otros, como hermanos".
La invocación en las actas del Capítulo Provincial 2019 en vuestra Carta "Tiempos de Siembra" como fundamento de la decisión de cierre canónico, de la restructuración integral de la Orden y la búsqueda de una mayor fidelidad a la identidad de la misma, que no sólo exige un adecuado espacio de estudio y de oración sino la forma propia de gobierno, que como tal es parte del seguimiento de Cristo, contradice el mandato del propio Santo Domingo a sus frailes de "predicar, estudiar y fundar conventos" invocado también para "cerrar" la Casa San Pablo Primer Ermitaño.
También luce contradictoria la justificación señalada en el acápite "Itinerario de cambios" para la toma de la decisión de reestructuración, porque el razonamiento empleado permite inferir la conclusión contraria a la arribada, ya que invoca la presencia de la Orden en la ciudad desde 1601, su protagonismo en los acontecimientos importantes para el país y para la vida de la ciudad, como así también el hecho que a lo largo de tanto tiempo frailes y laicos han entregado sus vidas al servicio del Evangelio y de las almas en nuestro Convento, porque actualmente no se han modificado esas circunstancias; a tal punto que las reacciones de actores de la vida empresarial, social y educativa de la ciudad y de los laicos comprometidos con la obra de la Orden en Santa Fe, han llevado a modificar la decisión capitular, según lo expresa en el documento analizado.
Con el debido respeto, la necesidad de restructuración administrativa (anexión a la Provincia San Agustín de los Conventos de Chile) y de la vida conventual, (vida y misión) no fue debidamente ponderada respecto de la realidad santafesina, porque la Santa Predicación, la observancia regular, la participación de los laicos en la liturgia (dos misas diarias, rezo de la liturgia de las horas, exposición del Santísimo), confesiones, coro, charlas y cursos de formación son demostrativas de la vida activa de todas las Instituciones Dominicanas y de la Asociación Amigos del Convento que se ve incrementada día a día. La sola visita pastoral previa a la toma de tan grave decisión le hubiera mostrado la cantidad de niños, jóvenes y familias que participan activamente de la vida y misión de Santo Domingo en Santa Fe.
En su documento asegura la continuidad de esa misión en Santa Fe, con el apoyo del Obispo y con la atención de todas las Instituciones con agenda programada de visita de frailes a la ciudad. Sabe bien Ud. que la espiritualidad "a distancia" o "remota" no alcanza el umbral exigido para la atención de las almas, conforme al carisma que nos identifica.
Queremos manifestarle nuestra más profunda desilusión y disconformidad con la decisión de retirar a los frailes de Santa Fe, por las razones antedichas y porque claramente menoscaba la vida espiritual, formativa y apostólica de nuestra comunidad dominicana en general y en particular por la desconsideración hacia la Fraternidad Laical como integrantes de la Orden.
Queremos hacerle saber que toda la comunidad ha encomendado a la Virgen María, bajo la Advocación de Ntra. Sra. del Rosario de Pompeya su intercesión para que, a través de los procedimientos correspondientes se revea la decisión de retirar a los frailes de Santa Fe, permitiendo así que la vida y misión de la Orden de los Predicadores de Santo Domingo continúe dando frutos en la tierra de Santa Fe de la Vera Cruz.
Prior de la Fraternidad Laical de Santa Fe