La semifinal y la final, dos partidos impecables para ser campeón...
San Juan, la tierra prometida
En esa ciudad cuyana fundada por Juan Jufré de Loaiza Montesa un 13 de junio de 1562, Colón jugó los dos mejores partidos del torneo y terminó de escribir la página más gloriosa de su historia.
Pablo Aguirre El Pulga Rodríguez apenas arribado al aeropuerto metropolitano de San Juan, antes del partido contra Independiente. Se notaba la enorme confianza que había en los jugadores sabaleros.
Ya estaban los cuatro semifinalistas definidos. Colón e Independiente por un lado, Boca y Racing por el otro. También estaban determinadas las fechas. El 22 de mayo se iba a jugar una semifinal y el 23 la otra. Y la final, el 30 de mayo. Las dos semifinales, en San Juan. La final, en Santiago del Estero. Parecía todo armadito hasta que la situación por el Covid se agravó con la llegada de los primeros fríos. El jueves 20 por la noche, habló el presidente Alberto Fernández. Los rumores de suspensión empezaron a sonar fuerte. Dicen que el viernes a las 3 de la mañana, hubo un llamado a Tinelli, desde el Gobierno, ordenándole que se suspendan las semifinales. Ese viernes 21 a la mañana era todo confusión. "Nosotros tenemos todo organizado para salir a las 14.45 desde Sauce Viejo", comentaban los dirigentes de Colón, que pasadas las 9 de la mañana se enteraban de la decisión.
Vignatti explotó ese mismo día. "Es una medida distorsionada y desacertada. Nos dijeron que se iba a mover todo a julio, luego que iban a intentar adelantarlo. Se vencen contratos de jugadores y del cuerpo técnico. Colón es el más perjudicado". Más allá de no tener la fecha cierta, en ese momento, de la disputa de las semifinales y la final, también surgía otra duda: ¿iba a poder entrenar Colón con este nuevo DNU?. Enseguida, desde el Gobierno provincial le dieron el visto bueno. Los otros equipos tenían autorización, pues jugando copas internacionales se les iba a permitir que entrenen y hasta que jueguen. Toda una maraña de contradicciones: el presidente Alberto Fernández anunciando que Argentina se comprometía a organizar en forma completa la Copa América, si se bajaba Colombia, pero suspendiendo la definición del torneo local; y otra más, sin fútbol de entrecasa, pero con ¡nueve partidos de copas internacionales que se disputaron la semana siguiente en distintos lugares de nuestro país!. Muy difícil de entender.
Pablo Aguirre Como en todos lados, en San Juan también hay hinchas de Colón y fueron a esperar la llegada de la delegación al hotel.
Como en todos lados, en San Juan también hay hinchas de Colón y fueron a esperar la llegada de la delegación al hotel.Foto: Pablo Aguirre
Las nuevas fechas quedaron estipuladas: 31 de mayo y 2 de junio, las dos jornadas en San Juan. Se movía la sede Santiago del Estero para la final (el 3 jugó Argentina ante Chile por Eliminatorias), pero entre semifinales y final, apenas 48 horas de descanso. Otro despropósito. ¿Por qué?, ¿cuál era la razón de tan poca diferencia de días entre un partido y otro, máxime tratándose de dos finales?. No había motivos, como tampoco reinaba el sentido de común. Hasta que alguien se le "prendió la lamparita" y patearon la final al 4 de junio. Quedaba otro aspecto por resolver: el de jugar las dos semifinales el mismo día. Se podría haber evitado, pero no querían que nadie sacase ventaja jugando, por ejemplo, una semifinal al día siguiente y, por ende, contar con 24 horas menos de recuperación. Y ahí quedó establecido: lunes 31 de mayo a las 15, Boca-Racing; el mismo día, a las 19, Colón-Independiente. Y la final, entre los dos ganadores, el viernes 4 a las 19.
Colón repitió el mismo operativo. Viajó el domingo 30 a las 14.45, arribando a San Juan apenas pasadas las 16. De allí, al hotel Villa Don Tomás, en un barrio no muy apartado del centro, a hacer la vigilia esperando el momento de salir a la cancha, con un protocolo bien estricto que Colón cumplió a la perfección (Independiente no, porque se adelantó la llegada al estadio y hubo algunos incidentes en la salida del micro con los jugadores de Racing, que ya eran finalistas al vencer a Boca por penales). Del estadio, una vez consumada la victoria, al aeropuerto y de allí el regreso a Santa Fe, para volver a viajar el jueves 3 repitiendo exactamente el mismo operativo para disputar la final ante la Academia.
Pablo Aguirre El niño sostiene la pelota de la gran final entre Colón y Racing
El niño sostiene la pelota de la gran final entre Colón y RacingFoto: Pablo Aguirre
El planteo ante Independiente fue irreprochable, Colón lo atacó, se puso en ventaja, resignó algo de protagonismo en el cierre del primer tiempo y el inicio del segundo y lo recuperó luego, para ganar con total justicia. Fue el mejor partido de Colón hasta ese momento, después comparable con el excelente segundo tiempo ante Racing. La semifinal y la final fueron muy bien jugadas por Colón, desterrando aquel concepto futbolero que señala que "las finales no se juegan, las finales se ganan". Colón demostró, en absoluta plenitud, que el mejor camino para ganar es jugando bien. Y Colón no jugó bien, lo hizo muy bien.
Contra Independiente, Domínguez sorprendió al poner a Bernardi de titular, jugando de enganche delante de la línea de tres volantes. Y además, modificando el esquema defensivo con el que había jugado desde el primer partido. En lugar de parar a los tres de atrás, con dos marcadores-volantes obligados al retroceso si las circunstancias lo aconsejaban, directamente armó una línea de cuatro y el equipo funcionó.
Pablo Aguirre El micro con los jugadores dobla la esquina y se dirige al hotel Villa Don Tomás. El hincha sabalero recibe de esta manera a los jugadores en la inolvidable San Juan.
El micro con los jugadores dobla la esquina y se dirige al hotel Villa Don Tomás. El hincha sabalero recibe de esta manera a los jugadores en la inolvidable San Juan.Foto: Pablo Aguirre
En la final con Racing pasó algo parecido. Más allá de que tenía al Pulga en una pierna, mantuvo a Bernardi y lo puso a Cristian Ferreira, un jugador al que sólo había apelado en el partido ante Rosario Central en la Copa de la Liga (y contra Argentinos en la Copa Argentina). Inclinó el juego por el sector derecho y allí se juntaron Ferreira con Castro. Los dos descollaron y fueron los abastecedores de juego del equipo. Seguramente, Domínguez estudió que la falencia de Racing estaba en el sector izquierdo de su defensa y por allí lo atacó. El primer gol llegó a través de un desborde de Mura, el tercero en cuestión cuando el equipo atacaba por ese costado, con un centro abajo que capitalizó Aliendro en una de sus tantas diagonales. Luego, el golazo de Bernardi y la gran definición de Castro se encargaron de poner el 3-0 definitivo, algo infrecuente si se habla de finales por la holgura del resultado, clara consecuencia de la diferencia que hubo en el juego.
Las noches del 31 de mayo y del 4 de junio de 2021 serán inolvidables para Colón. Tan inolvidables como esta ciudad de San Juan, tremendamente castigada por los terremotos que en algunas oportunidades la entristecieron y que, para Colón, se convirtió sin dudas en la "Tierra prometida".