Artesanos de todo el país elaboraron un protocolo para el cuidado de esta actividad en tiempos de pandemia. La guía sugiere que las medidas se pongan en práctica en los niveles individual-taller.
Trabajadores y organizadores de ferias fueron convocados por Nación para elaborar de manera conjunta una “Guía de recomendaciones para el cuidado de la profesión en el marco de la pandemia de covid-19”.
Artesanos de todo el país elaboraron un protocolo para el cuidado de esta actividad en tiempos de pandemia. La guía sugiere que las medidas se pongan en práctica en los niveles individual-taller.
El Ministerio de Cultura de la Nación, el Mercado de Artesanías Tradicionales e Innovadoras Argentinas (Matria), la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) y el Grupo de Estudio e Investigación sobre el Cuidado del Artesano, convocaron a artesanos y organizadores de ferias de todo el país a elaborar de manera conjunta una “Guía de recomendaciones para el cuidado de la profesión en el marco de la pandemia de covid-19”.
Romina Primo es una de las artesanas que participó de esta iniciativa y contó que en la misma se consignan tanto los cuidados generales y preventivos ante el Covid como los específicos del trabajo de este sector. Esto abarca por un lado, los cuidados individuales y en el ámbito de la producción del taller y por otro parte los cuidados en los espacios colectivos o en las salas de venta (ya sean espacios abiertos o cerrados).
De este modo, la Guía se presenta con datos al respecto de cómo actuar ante una situación de emergencia y los teléfonos de cada dependencia de Salud en las distintas provincias así como una ficha de declaración jurada. También se agregan afiches que dan cuenta de cómo prevenir y cuidarse a través de la síntesis en la gráfica y los íconos que sirven no solo para les trabajadores, sino para el público visitante.
Hay un aspecto en el que se hizo especial hincapié y es la manera de prevenir la transmisión del virus, a través de la cuarentenización del producto sugerido por el laboratorio de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), aislándolo en bolsas selladas, lo cual en muchos casos fue una solución muy concreta debido a que algunas materialidades con las que se trabaja en este sector no son plausibles de sanitizarlas directamente puesto que ello provocaría una alteración o una reacción desfavorable.
Vale remarcar que la incursión en cómo reacciona cada material ante el virus sigue siendo un aspecto a investigar, pero para la Guía se tomaron en cuenta aspectos como su porosidad o no.
Víctor Szejer, otro de los artesanos que participó del trabajo marcó: “Lo que destaco del protocolo es que toma el proceso de producción en su totalidad y trata de dar una respuesta de cuidado sanitario a cada paso de ese proceso, hasta su parte final, que es la exhibición y comercialización del producto. Abarca desde la adquisición de la materia prima e insumos, su ingreso al taller, los cuidados en la manipulación y transformación de éstos en el producto artesanal, la cuarentenización del mismo o sea el garantizar que el producto no sea un vector de contagio, los cuidados de los espacios colectivos, donde los artesanos suelen exhibir y comercializar sus piezas y que, muchas veces, nacieron o existen en un nivel de informalidad que, sin los debidos protocolos, son, claramente, inapropiados para el desarrollo seguro de la actividad artesanal.
El protocolo se pensó para cubrir desde lo individual o familiar hasta la expresión comunitaria o colectiva de nuestro trabajo, con la amplitud suficiente para que pueda adaptarse a las más variadas circunstancias sociales o geográficas en las que los artesanos desarrollen su labor. Es de suma importancia la homologación y supervisión del protocolo por instancias oficiales, relacionadas a la seguridad laboral y a la revisión académica de los aspectos más técnicos del mismo. Ambas supervisiones figuran dentro de la guía respaldando y completándola”.