Con sabiduría y convicción, durante casi 30 años trazó una huella indeleble en el Club Náutico El Quillá y en el rugby santafesino todo. Fue jugador, entrenador, referee y dirigente.
Pablo Aguirre Alfredo Doldán en un rinconcito de su hogar, destinado al rugby, la gran pasión de su vida. Fue en 2020, durante la última entrevista con El Litoral.
Con profundo pesar, en las primeras horas del viernes 2 de julio de 2021 recibíamos la triste noticia del fallecimiento del querido Alfredo Doldán, quien durante casi tres décadas fuera un emblema del rugby del Club Náutico El Quilla, formando parte del primer lote de jugadores y posteriormente, como destacado entrenador.
Un pérdida que debe extenderse al rugby santafesino todo, ya que este verdadero Maestro formó parte inequívoca de la construcción de las bases de la expansión que hoy nos rodea. El repaso de su trayectoria nos entrega no solamente un cúmulo de valiosísimos conocimientos relacionados al juego, que supo proyectar con su irrenunciable convicción, sino también los valores que supo transmitir como solamente los grandes pueden hacerlo.
Su vínculo con el rugby se había producido en 1956, a los 14 años, cuando en la quinta del Colegio de la Inmaculada Concepción de María (del que era alumno), se había sumado a un grupo de adolescentes del Nacional, que habían comenzado a practicarlo informalmente.
Dos años más tarde formó parte de un equipo de juveniles en Santo Tomé, con el cual llegaron a jugar oficialmente en la recientemente fundada Unión Santafesina de Rugby. Para finalmente recalar a los 18 años al Club Náutico El Quilla, que por entonces tenía como presidente a Don Pedro Candioti.
Archivo Un sabio Hombre de Rugby. Alfredo, hablando con integrantes de la Primera División de El Quillá, en el entretiempo de un partido ante el Club Atlético Estudiantes de Paraná, en la capital entrerriana.
Un sabio Hombre de Rugby. Alfredo, hablando con integrantes de la Primera División de El Quillá, en el entretiempo de un partido ante el Club Atlético Estudiantes de Paraná, en la capital entrerriana.Foto: Archivo
Tras jugar unos años en Primera, con la obtuvo el primer título del Oficial USR en 1961, Alfredo Doldán tuvo que asumir como entrenador, en medio de un marcado crecimiento del deporte. Inexorablemente, bajo su conducción, la insitución se transformó en una referencia sobresaliente del rugby santafesino.
Por ende, a nadie extraño que se sucedieran los títulos (seis más), en una época donde la atracción principal eran los clásicos con Cha Roga Club, entidad con la que muchos años después, tras la desaparición del rugby en El Quillá, tuvo la satisfacción de brindar su admirable aporte.
En los albores de la década del ochenta, Alfredo decidió dejar su función de entrenador del plantel superior y mutó a la de Maestro de Rugby Infantil. Rápidamente transformó su iniciativa en un éxito rotundo, ya que El Quillá llegó a tener más de un centenar de niños de 6 a 12 años, en tiempos en que las categorías formativas eran apenas un proyecto en vías de construcción.
Lógicamente, también fue de manera reiterada entrenador de los Seleccionados de la Unión Santafesina de Rugby, que en aquellas décadas poseían una gran base de jugadores de El Quillá. "Creo que lo más importante, fue que año tras año los seleccionados fueron logrando un desarrollo destacado para la época, lo que no hacía más que reflejar lo que el rugby estaba creciendo en en la zona", recordó con firmeza el año pasado, en la última nota con El Litoral.
Otra de los roles que asumió con la dedicación de siempre, fue la de referee, donde tuvo una extensa y destacada performance; como así también la de dirigente, que no abandonó hasta que el rugby dejó de formar parte de la entidad del Parque General Manuel Belgrano.
El mítico Seven
Como no podía ser de otra manera, Alfredo Doldán también fue factótum del Seven de El Quillá, que desde el inicio de la década del sesenta y hasta 1989 marcó un verdadero hito para el rugby de nuestra región y sobre el que se transformó en guía del diminuto grupo de jugadores y dirigentes, que con tanto entusiasmo, logró imponerlo a través del tiempo.
* "Creo que lo primero que deberíamos decir sobre el Seven de El Quillá, es que durante más de dos décadas fue un acontecimiento de magnitud: no solo para el rugby de nuestra región, sino para el argentino todo en sus momentos de esplendor. Y ni que hablar para la ciudad de Santa Fe, que disfrutaba de un fin de semana en el que el deporte y las actividades sociales alcanzaban una especial magnitud", expresó en ocasión de la entrevista concretada en 2020.
* "Cuando arrancamos solo existía el seven de la URBA y el de Córdoba Atlétihc en el país. Más allá del paso del tiempo, y aún cuando ya no existía, el reconocimiento hacia nuestro querido torneo fue un común denominador de muchísima gente del rugby argentino. Y eso, es una satisfacción muy difícil de precisar", concluyó en la ocasión, visiblemente emocionado.
Además...
Este breve repaso no solo podría extenderse por muchas líneas más, sino que además podría ser enriquecido por quienes también tuvieron el honor de tenerlo como entrenador, amigo o simplemente compartiendo las bondades de nuestro deporte. En todos los ámbitos, Alfredo Doldán supo enarbolar su dotes impregnados de convicción y buenas costumbres, ejecutados con la firmeza y el afecto que lo distinguieron desde siempre.
Hasta los últimos momentos de su vida, apagada a los 79 años, encontró tiempo para hablar encendidamente de su querido rugby, remitiéndose a infinitas vivencias. Las que inexorablemente estuvieron aferradas a los principios que la direccionaron, aferrado al amor por sus hijos José Gustavo y María Cecilia.
Es extremadamente difícil expresar en palabras lo que quienes lo disfrutamos como entrenador (léase Maestro) y entrañable amigo sentimos en este momento. Quizás lo más oportuno sea elevar nuestra plegaria a Dios, quien seguramente tendrá reservado un selecto sitio celestial para quien fue capaz de transitar una vida impregnada de enseñanzas tan valederas.