Sólo para el registro

La semana pasada, en el sureño departamento General López, el gobernador de la provincia presidió sendos actos en Melincué y en Elortondo, con licitaciones de obras esperadas para la región: el bacheo de la deteriorada ruta 90 y la construcción de un nuevo puente sobre el canal de bombeo que desagota excedentes de la laguna.

Llamó la atención la ausencia del senador departamental, Lisandro Enrico, en ambos actos. Pues bien: no fue invitado. El senador se abstuvo de comentar la cuestión, pero desde su entorno confirmaron que jamás llegó la invitación a estos actos, lo que generó, desde luego, también, malestar.

No es la primera vez que el gobierno provincial tiene algún olvido selectivo, especialmente con autoridades de la oposición (Enrico es radical y preside la Convención Provincial de su partido), pero es lamentable confundir lo institucional (dos actos públicos presididos por el gobernador, claramente, lo son) con lo partidario.

Enrico debió ser invitado porque es el representante del departamento General López, y porque ciertas formas que hacen a la institucionalidad y a la convivencia deben ser respetadas, siempre. En consecuencia, no es un desdén personalizado, sino hacia toda la comunidad que lo consagró con el voto y que el senador representa, con la misma legitimidad que el gobernador lo hace con todo el territorio.

Más extrañeza y malestar le habrá causado a Enrico y a su entorno saber que el parte de prensa oficial, lo incluyó alegremente entre las autoridades presentes. Pero no. No fue. No lo invitaron.