Larisa Fanlo, quien desde hace tiempo desarrolla la disciplina como una instancia para mejorar la calidad de vida, planea dos clases abiertas, gratuitas y solidarias. La impronta se basa en que la danza le puede sumar muchísimo a las personas independientemente de los objetivos profesionales que cada uno elija. “Cuanto más se cierra, se pierden artistas”, indicó.
Gentileza Larisa Fanlo El cariz que le dio dio Larisa a su carrera se basa en aplicar conceptos del ballet a la salud. Pero apuesta a reencontrarse con los aspectos más tradicionales de la disciplina.
Uno de los personajes de la película “Ratatouille”, el chef Gusteau, tenía una frase de cabecera: “Cualquiera puede cocinar”. Traducido a la disciplina en la cual se mueve Larisa Fanlo, el axioma podría reescribirse como “cualquiera puede bailar”, sin perder un ápice de su sentido. Es que la premisa desde la cual desarrolla su actividad esta docente santafesina es amplificar los límites de la danza clásica para que todo aquel que lo desee pueda entrar en ese mundo y desarrollarse sin encontrar un límite en sus posibilidades técnicas.
“Creo fervientemente que la danza clásica le puede sumar muchísimo a las personas más allá de los objetivos profesionales que cada uno elija, quiera o pretenda transitar”, sostiene Larisa. “Que se puede formar y exigir amablemente, sin ofender ni descalificar, ni menos aún convencer a nadie que no sirve o no nació con las condiciones necesarias. Mejor sería intentar ayudar a las personas en su formación y trabajo para que se sientan motivadas a trabajar revisando siempre la oportunidad de mejora”, agrega.
Con la inquietud de transmitir ese mensaje, Fanlo organizó dos clases solidarias, en las cuales los que quieran participar deberán realizar un aporte voluntario. Lo recaudado tendrá como destinatario a Ayuda Gatos Santa Fe, una asociación que se ocupa de rescatar gatos abandonados para buscarles una familia y darles cuidados médicos, refugio y alimento. Las mismas tendrán lugar los sábados 17 y 24 de julio de 16 a 18.30 en el espacio Andares (25 de Mayo 3041).
Gentileza Larisa Fanlo
Foto: Gentileza Larisa Fanlo
Descubrir facetas
La orientación que le imprimió Larisa a su carrera tuvo más que ver con la aplicación de la danza a la salud, sin embargo optó por reencontrarse con las clases de ballet convencionales ante una situación muy concreta. Una mamá cuya hija tuvo que dejar la danza porque la academia a la que asistía cerró sus puertas por la pandemia, le pidió ayuda. “Nunca había pensado en dar clases de ballet convencionales, acepté por mi amiga y por la curiosidad de reencontrarme con la danza, no ya desde un proyecto puente como el de la salud, sino directamente en un salón de clase con gente dispuesta a dedicarle sus ganas, su tiempo y su pasión a esta disciplina”, confiesa.
En este punto, Larisa se encontró con una realidad muy concreta. “El mundo evolucionó y el mundo de la danza, en muchos sentidos, no lo hizo de la misma forma. Hay muchas cosas que siguen siendo rígidas. Obviamente que la danza clásica es una disciplina rígida, pero hay matices y colores. Y cuanto más se cierra, se pierden artistas”. El panorama que describe y quiere modificar Fanlo tiene que ver con la frustración de muchas personas que no encuentran la figura de referencia apropiada a sus necesidades. A quienes “alguien convenció de que no nacieron con los dotes físicos o con el talento para esta disciplina”, asegura.
Esa severidad conspira muchas veces para que las personas se desanimen ante la posibilidad de seguir en el camino del arte. “La danza clásica se queda mucho en lo técnico, que es muy importante. Pero hay otro mundo, que es el interpretativo. Entender personajes, la historia que se cuenta. Qué historia cuentan los ballets, cómo se compone un papel. Es una parte muy rica para trabajar, despierta cosas que después pueden disparar para otros lados. Por eso mi idea es poder hacer clases solidarias y abiertas, ligadas a una fundación. Tratar de ampliar el concepto y la visión de la danza, que existe para el virtuoso y el que quiere llegar a ser un primer bailarín de excelencia, pero que también incluye otras facetas”, indica Larisa.
Gentileza Larisa Fanlo
Foto: Gentileza Larisa Fanlo
Salud
La danza aplicada en la salud, para mejorar la calidad de vida de los pacientes es uno de los campos sobre los cuales más indagó Larisa. De hecho, estuvo en Estados Unidos becada para realizar un workshop en el programa internacional Dance for PD (Danza para la enfermedad de Parkinson). Una labor que busca expandir en Argentina, pero que por el momento está en paréntesis por la pandemia. “No obstante es un proyecto en el que yo sigo apostando toda mi creencia. La danza clásica puede ser amigable. Yo he trabajado en geriátricos con personas con Parkinson o Alzheimer, que pueden hacer un movimiento de ballet clásico con la mano y eso ya vale para esa persona. Para alguien dentro del ballet clásico que quiere llegar a los grandes escenarios por ahí eso es insignificante, pero para esa persona es un mundo”.
Camino recorrido
Larisa es egresada en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón con el mejor promedio de esa camada. También fue la primera becaria de la Fundación Teatro Colón y patrocinada en la participación del concurso latinoamericano de ballet Lima Perú donde obtuvo el primer premio (1985); en el concurso internacional de Ballet Varna-Bulgaria en el cual fue finalista (1986); en el Gran Prix de Lausanne Suiza, donde fue la primera argentina en obtener el máximo galardón de la competencia (1987). Obtuvo además el premio Rotary Club, Laurel de Plata a la personalidad del año (1987); el premio Jockey Club a las figuras destacadas (1987) y el premio Alfonso Stagno al Mejor promedio en danzas españolas (1988).
Se perfeccionó en el School of American Ballet (1988), fue solista y figura destacada del Royal Ballet de Flanders, Bélgica, principal Dancer de Lausanne Dance Company y miembro certificada del programa Dance for PD (Danza para la enfermedad de Parkinson).