"Un amigo es uno mismo con otro cuero". Atahualpa Yupanqui
"Un amigo es uno mismo con otro cuero". Atahualpa Yupanqui
Julio está acabando y los memes referidos a Julio con la imagen del cantante Julio Iglesias llegan a su climax. Verdadera demostración de ingenio popular y humor sin barricadas, los memes de julio inundaron nuestras pantallitas de nuestros móviles inteligentes que atontan a varios; demostrando que para cada día del mes hay un Julio dispuesto a arrancarnos una sonrisa. Su imagen, con ese eterno bronceado mediterráneo, su dedito y su sonrisa perfecta, resucitan cada día del séptimo mes desde hace varios años, demostrándonos que el cantante madrileño esta más vivo que nunca, y que, aunque se olvide de vivir, los usuarios de habla hispana se lo recuerdan cada día, compartiendo sus memes que son tendencia en todas las redes existentes. Pero el mes de julio no fue solamente memes de Julio.
Me pongo a escribir en estado friolento. Desacostumbrados al frío de la calurosa Santa Fe (y que nuestros cueros lo perciben como frío extremo) vamos paseando nuestras congeladas humanidades enfundadas en camperas, bufandas, gorros y barbijos al tono; nos quejamos a diario y constantemente del calor santafesino, pero cuando la temperatura baja a menos de 10 grados centígrados y la sensación térmica resta un par de décimas más, nos sentimos desorientados y desprotegidos ante este clima adverso que automáticamente asociamos al calentamiento global. Por suerte existe la "Sensación Térmica", ese invento novedoso cuya fórmula matemática nos indica que una persona siente mucho más calor que el vecino, que otro individuo padece más el frío que su amigo que deambula sospechosamente muy suelto de ropa; y que la señora adolece extremadamente del calor en comparación con la nuera que le echa la culpa a la humedad o a la menopausia. Así es la sensación térmica. Antes hacía frío o calor. Ahora, gracias al parte radial; a los informes meteorológicos; a la humedad; a la intensidad del viento y a las charlas obligadas junto al primer saludo de la mañana, la temperatura es solo una cuestión subjetiva; cada uno siente la temperatura que quiere. ¿Falta mucho para que termine el frío? Quiero empezar a quejarme del calor.
Como cualquier excusa es buena para salir, y mucho más en estos pandémicos atardeceres/anocheceres, el 20 de julio hicimos la vista gorda, el abrazo ancho y la risa fácil para dedicarnos a disfrutar de nuestros amigos; esos qué según Atahualpa Yupanqui, comparten su individualidad siendo como nosotros. No importaron las restricciones, ni los controles; nos amuchamos en bares, pubs y restoranes repletos de gente, de risas, de abrazos, comidas y anécdotas. Nos compartimos un momento.
La anécdota del inicio del festejo de este día, recalcitrada, es la contada por el odontólogo bonaerense Enrique Febbraro. Este dentista que entre endodoncias y limpieza de caries envió 1000 cartas a ciudadanos de todas partes del mundo aprovechando sus contactos por pertenecer al Rotary Club y tratando de instalar la idea de celebrar al amigo, no a la amistad, dio resultado; y sin internet como herramienta de transmisión (eran los años 70´s). Así que todos los 20 de julio, haciéndolo coincidir con el día del alunizaje (cuestión que muchos, me incluyo, no relacionamos) nos disponemos a festejar. Cuenta la historia que le respondieron 700 de esas misivas y que la idea pegó, así, de a poquito. La internet hizo lo suyo estos años y ya es una fecha establecida desde hace décadas y que es festejada en unos cuantos países. Y nosotros, los argentinos, tan afectos a los afectos, encontramos en ese día la manera de multiplicar las sensaciones del encuentro (pero con sabor a cerveza santafesina) lo que J. L. Borges dijo respecto a la amistad: "Es que la amistad no necesita frecuencia. El amor sí. Pero la amistad y sobre todo la amistad de hermanos, no necesita frecuencias. El amor está lleno de ansiedades, un día ausente puede ser terrible, pero yo tengo tres o cuatro amigos a los que veo una o dos veces al año". Anoten: dulce de leche, birome, colectivos, amigos y tantas otras cosas más que nos definen. Ja. Todo un visionario.
Pero bueno, se siente en el ambiente que de un día para otro comenzaremos a vivir como se vivía antes. O no. Las noticias del nuestro diario de mañana, esas que se nos anticipan con seis meses de diferencia y que nos llegan de Europa y del hemisferio norte no son para nada alentadoras. Las nuevas cepas, en este caso la variante Delta, se multiplica como la inflación y el precio del dólar blue (triste dólar) del que muchos atan sus sentimientos capitalistas.
El Covid19 es nuestro, universal, es de todos, no tiene banderas ni política; ya no es cuento chino ni cosa de indios, ni culpa de negros o de flemáticos ingleses. No hace falta cerrar aeropuertos ni países, solo hace falta abrir el corazón y la cabeza y someternos a la vacuna, hasta ahora la única solución viable y factible. De todos modos, siempre nos vacunan, en el área que sea, pero esta vez, pongamos el cuerpo con la generosidad de los buenos actos.
Casi asomándonos a la casi normalidad que, según dicen, casi es un hecho, nos vamos preparando, pasito a pasito, vacunación mediante, a las P.A.S.O. Qué hermoso lío. Obedeciendo a la norma general, las listas cerraron en tiempo y forma, a paso redoblado, alineándose a sus capitanes y tratando de no dejar cabos sueltos. En la provincia que es la oficina mundial del mandamás celestial y que atiende solo allí, se la vieron en figuritas. Figuritas gastadas; de recambio; de toma y daca, de enroques capitales y roscas provinciales; de orgullosos personajes independientes dependientes de ideas que penden de un hilo. Es la política ¿vio? El ex mandamás, que es de armas tomar (y según algunos denuncian, de contrabandear) se quedó varado en el país más neutral del mundo. Al menos las balas van a pegar cerca, mientras tanto, sus abogados tratan de evitar la munición gruesa devenida en bombas de humo y tratar de dar en el blanco en tan negro futuro. ¿Más claro? Echále agua…
Agua, esa que está faltando en nuestro balcón al este; donde nuestro amado espejo de agua es hoy apenas unos cuantos charquitos vacilantes que nutren el vital líquido, despejados y herrumbrosos pozos de barro. Lo sufrimos cada día al ver nuestro viejo puente acostado en una laguna ecléctica y vacilante. Agua que de nuestras canillas sale con gusto (no gustando) a barro. Miramos al cielo, miramos al norte, rogamos por lluvia, por playas francas y sabores de aguas cristalinas, esa que tanto adoramos decir que es la más rica del país. Otra que aguafiestas la falta de agua
Ante tanta sequía natural y de naturaleza humana, julio acaba. Y esta vez, no es un meme.