Los principales frentes políticos de la provincia deberán definir en las primarias de setiembre con qué candidatos competirán en las próximas elecciones legislativas nacionales. Pero hasta aquí, todas las miradas están posadas sobre la virulenta interna que protagoniza el peronismo. Y no es para menos. En apenas una semana, a tan sólo horas del cierre de listas, la confrontación de dos propuestas en el Frente de Todos provocó consecuencias que fueron desde el pedido de renuncia a Agustín Rossi como ministro de Defensa de la Nación; hasta la licencia sin goce de haberes de la vicegobernadora de Santa Fe, Alejandra Rodenas. Un verdadero movimiento sísmico en las estructuras no sólo de un partido, sino de la coalición que, justamente, gracias a la estrategia de unidad, le permitió al PJ recuperar el poder en la provincia después de doce años.
Rossi eligió como adversario no a su contrincante en la interna (Marcelo Lewandowski), sino a Omar Perotti. Lo acusa de haber dinamitado la unidad y de haber conspirado en pos de sus intereses, para evitar que hubiese una lista única. Por eso le dice que busca un "conchabo" al incluirse como pre candidato a senador suplente, y un "reaseguro personal" para cuando termine su gestión como gobernador en 2023. En ese marco le exige que también él tome licencia en el Ejecutivo, aunque suene más a provocación que a pretensión real.
Alberto Fernández quería a Rossi para el Senado; Perotti promovía a su hombre de confianza, Roberto Mirabella. Perotti terminó, entonces, discutiendo con Cristina, que tampoco aprobada a Rossi. La vicepresidenta planteó que Lewandowski era "el plan posible" y Perotti debió resignar su aspiración; Mirabella no fue candidato a senador, sino cabeza de la lista de diputados. Rossi no declinó su pretensión, y aun cuando había sido el propio presidente el que lo había alentado, terminó fuera del gabinete nacional.
Rossi centra en Perotti (y no en los pre candidatos titulares) su crítica; Perotti sostiene que se trata de una compulsa entre "la nueva y la vieja política". Cuida las formas, y hasta se define "aburrido" antes que contestar agravios de manera pública. Pero insiste en que será consecuente con lo que dijo cuando prometió que llegaría "para hacer cosas nuevas, para cambiar y para que nueva gente" apareciese. "Seguramente esto – deslizó con sutileza-, a quienes tenían aspiraciones de seguir siendo y de estar, no les gusta. Pero eso tendrán que dirimirlo los santafesinos", expresó.
La crónica del frenético fin de semana del cierre de listas cuenta que uno de los detonantes que terminó definiendo la interna fue la difusión de parte del sector de Agustín Rossi de una foto junto a – entre otros- los senadores provinciales que integran la bancada peronista no oficialista. Pero esos mismos referentes que para Perotti hoy retratan la "vieja política", traccionaron en su momento para que lograse ser electo gobernador. Por eso cruje la coalición de gobierno, que aún puede deparar novedades sobre la continuidad de los ministros identificados con la lista que no apadrina Perotti.
"La situación se ha desmadrado", dijo con pesar a El Litoral el presidente del PJ, Ricardo Olivera. Los hechos dirán si los decibeles descienden con el transcurso de los días de campaña, y si después de las internas se logran amalgamar otra vez las piezas. O, si como lo expresa el dicho popular, la pelea engendra en verdad una nueva regeneración.