La frase, atribuida con bastante certeza a don Arturo Umberto Illia, la escuché tres veces en la versión teatral que hizo Brandoni de uno de los presidentes sin ateos en la política nacional. Vi varias veces ese trabajo (tres al menos). No había dramaturgia, había documentación.
En grueso el asunto es que, ya enfermo, lo internan, lo cuidan, tiene buenos médicos y atenciones especiales y don Arturo, viejo médico de pueblo, sabe del costo de hotelería y los recargos por aparatología que sumaban deuda a su enfermedad, por eso pregunta: quién va a pagar todo esto… No fue un presidente rico. Ni tierras fiscales compradas a precio vil ni departamentos prestados por los jefes de campañas publicitarias. Nada. Pobre.
Estos días recuerdo especialmente a ese viejo. No es de mi afecto político, es de mi respeto por lo que fue, un demócrata al que voltearon los milicos con aplausos de la cruel aparatología mediática de Buenos Aires, los radicales tontos y los peronistas más tontos. Subió con menos del 25% de los votos. Hoy tiene el 100% de buenos recuerdos.
Después de Illia llegó el Primer Gobierno del Partido Militar. Gobernaron discrecionalmente de 1966 a 1973. El comienzo de la furia y la tempestad (título prestado). Los medios deberían revisar qué hicieron en esos tiempos previos a la furia… y la tempestad. Deberían…
La frase del habla común sostiene que, si se elige mercadería -los tomates, las mejores manzanas-, el precio es diferente que si se pide una docena de manzanas, las que toquen.
El caso de Don Umberto explica porqué Argentina comenzó a pagar, tal vez desde aquella década, con desviaciones y excusas, trampas del relato, por las elecciones generales, con nombres prestados y excusas inverosímiles que sin embargo se tornaban reales, posibles de creer, verosímiles. Eligieron otro precio.
Su presencia en el poder, con menos del 25% del total de los votos y su argumento de Democracia hasta que Duela, como una Madre Teresa local, provinciana y simplemente buena, sirvió para que nadie, desde entonces, llegase descuidado de este punto: ejercer el poder como si se tuviese el cien de los votos, como si se los hubiese contenido en un recuento que jamás dio esa cifra. Para nadie. Como si eso fuese posible. Creerlo ha sido tan funesto que cuesta explicarlo ante diferentes sociedades que no entienden algunos comportamientos típicamente argentinos. Nada heroicos, poco claros, definitivamente pecaminosos para la salud social. Elegimos despreciar las minorías y peor, despreciar el diálogo y el acuerdo ¿Quién pagó todo esto? La secuencia que acompaña desde entonces los desencuentros y tropiezos.
EL COSTO DE TENER UN NOMBRE FAMOSO
Cuando Ricardo Lorenzo hijo, hijo del periodista Lorenzo, uruguayo, apodado Borocotó, apodo que asume, seudónimo en rigor, que continúa, Borocotito legitima que la presencia televisiva ayuda a traer votos. Fue un saltimbanqui que volvió el seudónimo de su padre en un verbo de nuevo cuño: borocotizar. El que lo sedujo fue Alberto Ángel Fernández, el porteño… y abogado. Lo votaron por una cosa, fue otra en el recinto.
Clotilde Acosta, más conocida como Nacha Guevara, fue candidata testimonial, daba testimonio de su amor, pero no se casaba. Renunció. Scioli lo fue. Reutemann lo fue. Bonfatti lo fue.
Aventuras muchas. Corzo Gómez, el morocho que hablaba de los jubilados y se la creyó, como se la creyó Mirta Tundis. Pinky fue candidata y la leyenda cuenta de un conteo y reconteo mal contado… vaya usted a defender o sostener en la historia un fraude más, un voto menos.
Recordemos que un humorista no fue Gobernador de Santa Fe por menos de 1500 votos en un recuento que nunca terminó de contarse. Lifschitz le ganó de ese modo a Miguel Torres del Sel. Baldassi era referí y Pichi Campana hombre del baloncesto.
¿CUESTAN MÁS O MENOS DE LO QUE VALEN?
En las listas ya formalizadas de candidatos a concejales, como a diputados nacionales y senadores representando a la provincia, figuran muchos nombres incluidos con el supuesto argumento de que se gastará menos en publicitarlos para que los conozcan.
Una absurda inversión en las cargas, porque no se debe probar conocimiento del tema Gestión del Estado sino certificar un alto grado de conocimiento, más positivo que negativo, en la memoria popular, más específicamente en la simpatía de quienes lo recuerdan; mientras más y más positivo, pues, mejor que mejor.
El poseer un alto grado de "te quiero mucho" aseguraría candidaturas. Reflexionar sobre este punto es necesario ¿Se los elige porque cuesta menos en afiches, cartelería, medios y redes decir y decir y decir vote a Pirulo ya que Pirulo es conocido? La respuesta es una. Sí. Cuesta menos en dinero. El costo en sedimento en la sociedad tiene vertientes. Aguas que siempre van al mar.
LOS MALOS CONOCIDOS Y LOS MALOS POR CONOCER
El sistema que se desarrolla en Argentina para la conformación de listas electorales no será gratuito, nada lo es. Dejará sedimentos.
El primer sedimento es este: cualquiera puede ser candidato y es cierto. Así lo dicen todas las articulaciones de la Ley Electoral, la Constitución y las ganas. Ah… si yo fuera presidente…
Bueno, ahora se podría o, para aclararlo: siempre se pudo y ahora se atreven. Se atreverían. Versión optimista. Vieron, vieron, democracia más amplia y participativa. Versión pesimista. No tienen idea de dónde se meten, harán un desastre peor del que tenemos. Vox populi…
El segundo sedimento es la inutilidad del partido político que sólo es un club que presta el carné de afiliado y ni siquiera eso, un extrapartidario que los ama a más no poder. Bienvenido a casa.
El tercer sedimento es el juego discepoliano: lo mismo un burro que un gran profesor.
El cuarto la borocotización, muchos que integraban un frente con socialistas, muerto el gran elector (Lifschitz) dan ejemplo de su canción manifiesto: Cambalache. Va de suyo el traicionero olvido de las formas, llevar el cajón pero largar la manija en la puerta del cementerio.
Al peronismo no K los Pro-Cambiemos, mientras estaba Reutemann lo trataban de un modo. Muerto el Lole es otra cosa. Vucasovich asumió sobre las listas ya discutidas.
Complicación en la complicación: Amalia Granata como caballo de Troya del grupo Los Pastores. El grupo evangélico tiene fe, conducta y escaso conocimiento fuera de su grey. La Granata abrió la puerta. Bolsonaro aplaudió.
El quinto sedimento es pescar en los conocidos mediáticamente con la complicación, sí, complicación, sin hipocresías: complicación que trae el uno y una, la igualdad de género es un problema, si el mediático es varón irá, debe ir e irá pero a continuación una niña de la cofradía partidaria, rosca partidaria. ¿Qué hacemos con Clara García? ¿Es número dos o es número uno? Uff, no se gana ni para sustos.
LA TOMA DEL PALACIO VASALLO
La horizontalidad y escaso conocimiento de las formas y el fondo de la gestión de los cuerpos colegiados, muy visible en los que entraron el 2019, permite suponer una tranquilidad parcial en los viejos habitantes del Palacio Vasallo (Sede del Concejo) y la Casa de los Leones, la Muni de Rosario. Cuestión de un par de años. En el 2023 los mediáticos sumarán el 60%. Já.
Hasta Bonfatti, el tema los narcos, la vida cotidiana, la ciudad mal repartida y los blanqueos era una, el almanaque juntó esa gobernación con la explosión mediática de la droga. No hubo retorno.
La Peste pone a cualquiera en trance de ser gobierno. Juguemos al imposible cercano. ¿Si Lionel Messi quiere ser Gobernador, cómo hacemos…? La democracia está pagando la cuenta de todo esto.