“Faltaban pocos minutos para el final del partido, cuando el técnico pidió el cambio.
A propósito del último partido que jugó con la Selección Argentina de básquetbol su capitán, Luis Scola, y del aplauso de compañeros, rivales y público que hizo parar el partido, el presidente del Club Rivadavia Juniors de Santa Fe, Darío Basile, nos hizo llegar este escrito, titulado “De pie”.
“Faltaban pocos minutos para el final del partido, cuando el técnico pidió el cambio.
“La cámara lo enfocó de espaldas, yendo al banco de suplentes, el número 4, casi sin quererlo, se encaminó lentamente hacia sus compañeros, luciendo por última vez la camiseta de la selección que tanto dignificó. El paso del tiempo se podía ver en el reflejo plateado de sus sienes...
“El “oveja” lo esperaba y el abrazo fraternal los unió como tantas otras veces, pero esta vez era diferente. Todos los que mirábamos, sabíamos que esa imagen se iba a repetir con los demás jugadores de “su” equipo, con los contrincantes, y con nosotros... los miles de argentinos que, emocionados, saludábamos a nuestro Gran Capitán, abrazándolo de pie, a la distancia.
“El último eslabón del Ciclo Dorado comenzó, en ese instante, a recoger la espontaneidad de los merecidos aplausos, que surgieron sin conocer fronteras, ni saber de límites. Desde todos los rincones del básquet se podía sentir como se anudaban las cuerdas vocales mientras se veía la imagen de un grande que comenzaba a despedirse con los brazos en alto, orgulloso de haber dejado “el alma “en cada disputa.
“Pocos son los elegidos que logran tener momentos de gloria en el transcurso de la vida, y menos son los que pueden acariciarlos delante de una teleaudiencia mundial. Imposible evitar que las lágrimas broten. Por más que se quieran ocultar, algunas siempre logran escaparse, transformando el serio rostro, en uno permeable y transparente que no puede evitar conmoverse por la tormenta de emociones desatada en su interior, como un tifón incontenible.
“De pie, todos aplaudimos de pie, porque siempre estaremos orgullosos del Luifa, porque supo lucir la celeste y blanca como un estandarte, dando el ejemplo para que nuestras futuras generaciones quieran, con orgullo, parecerse un poquito a semejante pedazo de basquetbolista”.