Con un déficit fiscal primario que persiste en 2,9% a pesar del ajuste del gobierno de Alberto Fernández, y con U$ S 250 mil millones de rojo acumulado en las cuentas públicas de 2008 a 2021, la impresión de pesos para agregar demanda, no solucionó “el problema”.
El BCRA vendió más de U$ S 500 millones en la última semana hábil. A 6 días de las Paso, el gobierno dice tener controlado el “termómetro financiero” de muy corto plazo, pero quedan 2 meses más hasta las elecciones generales y los números no sobran para argumentar mejores horizontes.
Sirven en cambio para explicar los cepos, suponer más endurecimientos o inferir la devaluación que la brecha del 76% presagia ($ 182 el blue, $ 103 promedio oficial). El gobierno niega esto último pero actualiza el tipo de cambio al 1% mensual con una inflación del 51,7% año contra año. Y se acaban los dólares genuinos del campo.
Juan Manuel Garzón, economista del Ieral/Fundación Mediterránea, expone que “de acuerdo a estimaciones propias, el 80% de las exportaciones totales de granos y principales derivados industriales del año, estimadas en U$ S 37,3 mil millones, se habrían completado al cabo de agosto, quedando sólo un 20% para lo que resta del año”.
Señala que “el recorte estacional en las exportaciones agroindustriales implica perder en los próximos meses entre el 15% y 20% de las exportaciones totales, que pasarían a ubicarse (ceteris paribus el resto de envíos) más cerca de los U$ S 6,0 mil millones que de los U$ S 7,0 mil millones, una cifra que deja muy a tiro a las importaciones (U$ S 5,8 mil millones)”.
Advierte que “por tanto implica perder el importante superávit comercial que se había logrado acumular gracias a precios internacionales extraordinarios de commodities y una finalmente buena campaña agrícola”. Deja entrever así que el funcionamiento normal de la economía, sin suficientes importaciones, podría verse afectado.
Con las Reservas Netas más los derechos especiales de giro en torno de los U$ S 11,9 mil millones (es la suposición más optimista), la autoridad monetaria tiene en las tensiones electorales un desafío que se suma al calendario de pagos a realizar con esos fondos y al funcionamiento normal de la economía.
El economista Salvador Di Stefano advirtió en las últimas horas que “las reservas, al 31 de agosto, se ubican en U$ S 46.180 millones, sin embargo, las reservas netas líquidas apenas llegan a U$ S 2.693 millones, y hay que tener en cuenta que hay adelantos de exportaciones por U$ S 2.800 millones, con lo cual me atrevería a decir que son negativas”.
El especialista rosarino dejó entrever además el riesgo latente que suponen en el mercado financiero interno la existencia de $ 3,4 billones a plazo fijo -las renovaciones acortan plazos- que se suman a $ 4,8 millón de millones depositados a tasa 0% en cuentas corrientes y cajas de ahorro.
El 22 de septiembre y el 22 de diciembre debe saldar dos cuotas de U$ S 1.880 millones cada una al FMI; los vencimientos con organismos de crédito rondan U$ S 4830 millones antes de fin de año. Martín Guzmán podría ensayar alguna postergación parcial como logró con el Club de París, pero eso no entretiene a los mercados en tanto no haya acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.