"Que la cultura nos ayude a poner de pie al resto de la sociedad"
El ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, pasó por la ciudad para la presentación de la Semana del Cine en Santa Fe, de la que forma parte la muestra itinerante del Bafici. También se reunió con gestores culturales públicos e independientes, a fin de tender puentes a los intercambios federales. De estas y otras cosas conversión el funcionario con El Litoral.
Flavio Raina Soy optimista, porque siento que la cultura va a ser protagonista de esta post pandemia: la gente necesita encontrarse a través de la cultura , afirma Avogadro.
El ministro de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Enrique Avogadro, llegó a Santa Fe de la mano de la muestra itinerante del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici), que se integró en la Semana del Cine en Santa Fe, de la que también participan la Municipalidad en forma conjunta con la Universidad Nacional del Litoral. La actividad fue presentada el miércoles en el Museo de la Constitución Nacional, uno de las sedes junto al Mercado Progreso, el Foro Cultural UNL y el Cine América.
Además de participar del acto formal, el funcionario desplegó poco una serie de reuniones con referentes locales de la cultura, a fin de estrechar lazos de cooperación. Sin ir más lejos, antes de recibir a El Litoral Avogadro se despedía de su homólogo santafesino, Jorge Llonch: “Cada vez que viajo me junto con los responsables de cultura de la ciudad o de la provincia en la que estoy. Con Jorge compartimos presencia en el Consejo Federal de Cultura; le avisé que estaba acá en la provincia: ‘Che, estoy acá, si querés nos tomamos un café’”.
Itinerante
-Lo del Bafici se hace con la Municipalidad.
-Sí, con Paulo Ricci, que es el secretario de Educación y Cultura. De hecho la apertura se hizo ayer (por el miércoles) en el Museo de la Constitución, con la película “López”, sobre Marcos López. Muy contentos de estar nuevamente en Santa Fe con el Bafici, que por la pandemia dejó de hacer estas itinerancias. Pero nuestra vocación es seguir trabajando en los vínculos con todo el país, entendiendo que la cultura es un puente. Por eso regularmente estoy viajando: estuve este año en Córdoba, en Jujuy, en Santiago del Estero, aquí en Santa Fe. Mi próximo viaje va a ser a la ciudad de Corrientes. Hay una agenda que no para, donde la cultura justamente es esta posibilidad de conectarnos.
-Paulo Ricci había sido de los primeros, antes de que exista la red federal del Bafici, en armar la Santa Fe Muestra para traer el festival.
-Efectivamente. Santa Fe es una ciudad que queremos mucho, y que tiene una vida cultural muy activa: ayer me fui al Instituto de Cine, estuvimos de visita en diferentes espacios culturales, fuimos a ver las muestras de Bienalsur. Visité muy cerca de ahí el Teatro (Municipal); más tarde en Tribus hice un encuentro con referentes de la cultura independiente de la ciudad de Santa Fe.
El objetivo del viaje es consolidar estos vínculos culturales, y Paulo ha sido muy activo en promoverlo con esta iniciativa, que puede que surgió de él; me escribió: “Me encantaría que vuelva el Bafici a la ciudad de Santa Fe”, con todos estos antecedentes.
-Un festival que viene de la virtualidad.
-El año pasado no lo pudimos hacer porque la pandemia nos agarró a pocos días de estrenar. Estaba todo listo, tuvimos que cancelar todo, encerrarnos: no hubo tiempo por supuesto de programar nada al respecto. Este año por suerte es un año largo; adelantamos la fecha del Bafici para hacerlo en pleno verano, y tuvimos la oportunidad de hacerlo de manera presencial: de hecho el Bafici coincide con la apertura de los cines en la ciudad de Buenos Aires, con un aforo inicial (si mal no recuerdo) del 30% en ese momento.
Por primera vez el Bafici se hizo presencial y virtual, a través de Vivamos Cultura, que es la plataforma del Ministerio de Cultura; y por primera vez se puede asistir en simultáneo de forma gratuita desde todo el país. Algo que esperamos mantener, más allá de la pandemia: un Bafici híbrido, que tenga un formato presencial en la ciudad de Buenos Aires, en abril del año próximo, y en simultáneo la posibilidad de ver las películas por Internet. Porque es parte del aprendizaje que nos deja la pandemia: cómo la tecnología nos permite acercarnos.
Repensar espacios
-Hay cosas que se “ganaron” en la pandemia, que tenían su costado positivo, más allá de que fue por obligación.
-Totalmente. En nuestro caso el aprendizaje tuvo que ver por un lado en cómo la tecnología justamente nos permite ampliar públicos, llegar más lejos. A los tres días de comenzada a la pandemia, junto a Horacio (Rodríguez Larreta) lanzamos lo que fue el antecesor de Vivamos Cultura, que en ese momento se llamaba Cultura en Casa. Estábamos encerrados en nuestras casas y teníamos récord de público asistiendo a las funciones del Colón online; recuperamos el archivo del Teatro San Martín, con las obras de teatro históricas; recitales.
El segundo aprendizaje fue, a partir de que se empezó a habilitar la actividad, como la cultura salió a tomar el espacio público, al igual que la gastronomía y otros usos (el deporte, etc.): como el Covid circula menos al aire libre, todo nuestro esfuerzo estuvo puesto en cómo ayudar al sector cultural con lo que teníamos a mano. En enero salimos a programar a los jardines de los museos, cortamos calles, programamos en parques. Y lo hicimos en conjunto con los espacios culturales que en ese momento no podían abrir sus puertas: les dimos nosotros un escenario al aire libre para que pudieran hacerlo.
-Una cosa que ya existía era el autocine en el Rosedal, por ejemplo. Fue salir a repensar esos lugares.
-Totalmente. Había una tradición de trabajo al aire libre, pero la novedad fue entender que todo espacio al aire libre podía recibir gente. Los jardines de museos son un fenómeno interesante: habíamos hecho alguna actividad suelta en el pasado, pero en el verano estuvimos en todos los jardines de museos actividad de manera continua.
Y también lo que hicimos en el Abasto, un barrio que tiene muchas salas de teatro y música: juntamos a todos los actores culturales en el barrio, cortamos calles, pusimos escenarios en parques, en la misma calle; y le dijimos a los bares y a los espacios culturales: “El escenario es de ustedes, programen ahí”. Incluso vendiendo entradas, porque lo que buscábamos era darle trabajo a artistas, a técnicos, al propio espacio cultural. Soy optimista, porque siento que la cultura va a ser protagonista de esta post pandemia: la gente necesita encontrarse a través de la cultura.
Me interesa mucho ayudar a que artista santafesinos tengan la posibilidad de venir a Buenos Aires; a que la cultura de la provincia y de sus ciudades puedan aprovechar a Buenos Aires como una plataforma para mostrarse. Parte de esto es lo que va a venir en el futuro:
Flavio Raina Si no logramos que todas las personas tengan la misma capacidad de participar de la cultura estamos consolidando situaciones de desigualdad, que van a continuar en el tiempo , remarcó.
“Si no logramos que todas las personas tengan la misma capacidad de participar de la cultura estamos consolidando situaciones de desigualdad, que van a continuar en el tiempo”, remarcó.Foto: Flavio Raina
Intercambio
-Hace crecer a todos: ese intercambio le amplía los públicos a los artistas de cada lugar.
-Sí, y es parte de la posibilidad de, desde la propia identidad, contar una historia interesante. Ayer lo hablábamos con estos referentes del sector independiente: me parece que hay una posibilidad de contar una historia de la cultura santafesina muy potente, muy contemporánea; que aproveche la tradición, la historia, pero sobre todo cuente lo que está pasando ahora: ¿Quiénes son los artistas que están en este momento generando conversación? ¿Cómo hacemos que en una ciudad como Buenos Aires (que tiene una escala diferente, por tamaño) podamos mostrarlo?
Y que sea un ida y vuelta: que un artista emergente en la ciudad de Buenos Aires sepa que puede venir a tocar a Santa Fe, o a hacer una obra de teatro; o un artista visual venir a hacer alguna muestra. La Argentina es un país tan potente en términos culturales que es nuestra obligación general estos vínculos.
-Para los artistas de provincia llegar a Buenos Aires es una plataforma importante. A su vez la Caba tiene un montón de artistas que más allá del dicho de “Dios atiende en Buenos Aires” no tienen una proyección federal.
-Por eso hay que fomentar estas relaciones. Pero además porque un artista, una escena, se nutre cuanto más abierta y diversa sea. En un país tan rico culturalmente como Argentina mi obligación es para la gente Buenos Aires: poder mostrarles la riqueza de la cultura de todo país. Estuvimos conversando también con la Universidad (Nacional del Litoral), conecté al equipo nuestro de la Bienal de Arte Joven con la gente de cultura de la UNL, con “Lula” Reyna. Para un viaje tan corto ha sido muy intenso en los vínculos que hemos ido generando.
-Una visita relámpago.
-Pasa que tenemos una agenda muy intensa: el sábado cerramos el Festival Mundial de Tango, con una gran milonga al aire libre en Diagonal Norte, mirando al Obelisco. Tenemos por delante la nueva edición de la Noche de Librerías, una gran fiesta de la cultura en la calle Corrientes; también el Festival Ciudad Emergente. En noviembre vamos a hacer el mes de la cultura independiente, promoviendo a los espacios que estuvieron muy golpeados por la pandemia.
Estamos relanzando el Pase Cultural: es una tarjeta que lanzamos hacia tres años con Horacio para chicos de la escuela pública en la ciudad. Si tenés entre 16 y 19 años te damos una tarjeta que tiene plata adentro; esa plata solamente la podés usar en cultura: podés ir al teatro, al cine, podés comprarte un libro. Lo que busca es igualar oportunidades: que todos tengan las mismas posibilidades de acceso a la cultura. Lo estamos relanzando ahora porque por la pandemia bajó el uso de la tarjeta; estamos duplicando los montos.
-¿Qué referentes santafesinos se reunieron con vos, y qué inquietudes te transmitieron?
-Nos encontramos con productores de música, gestores de espacios culturales independientes, de arte visuales. Básicamente lo que me planteaban era la posibilidad de ir colectivamente a Buenos Aires a desarrollar una movida, alguna presentación de la cultura santafesina. Por otro lado el interés por trabajar en red con espacios similares en la ciudad de Buenos Aires: eventualmente facilitar que un artista santafesino pueda ir a Buenos Aires, pero también a la inversa que un artista de Buenos Aires pueda venir para acá.
Por supuesto me manifestaron los problemas que tuvieron espacios culturales y artistas en todo el país por la pandemia, la dificultad de incertidumbre. El artista vive no solo de pararse arriba de un escenario, sino de dar clases, de generar proyectos; y todo eso se cortó de un día para el otro.
Por eso fue en nuestro caso tan importante el acompañamiento económico al sector, pero no solo el económico; a través del diálogo fuimos pioneros en encontrar formas para que volvieran a trabajar: los protocolos de streaming (la actividad sin público pero ya de vuelta a los escenarios); la apertura al aire libre, después de espacios cerrados; hoy el aforo del 70% en teatros, cines; los museos abiertos, las bibliotecas, las librerías. Un estar permanentemente escuchando al sector para trabajar en conjunto, viendo de qué manera facilitarles la actividad.
Nuevos públicos
-Uno de los problemas, antes inclusive de la pandemia, es que uno puede generar un montón de espacios, pero lo que cuesta más es generar carreras, o la posibilidad laboral.
-Tenemos una herramienta muy exitosa que es la Ley de Mecenazgo de la ciudad de Buenos Aires, que permite un financiamiento mixto (público-privado) a una cantidad muy grande de proyectos culturales. Este año en mecenazgo vamos a estar apoyando unos 1.500 proyectos culturales, por un total de 1.200 millones de pesos: es mucho dinero que se vuelca a instituciones culturales, a artistas, para alguien que quiere grabar su primer disco, que quiere desarrollar una muestra de arte o que va a editar un libro.
Las empresas desgravan un porcentaje de lo que pagan en impuestos locales; pero hay otra parte, sobre todo para los proyectos grandes, que tiene que ser un aporte genuino, real. O sea que estamos agrandando la torta en términos de dinero disponible para la cultura, y eso permite ir consolidando eso que decías: carreras. Muchas veces uno se focaliza en el artista que empieza, y a veces es más difícil el artista que está a mitad de camino: porque ya tiene una carrera en marcha pero no es un país muy sencillo para poder consolidar una carrera.
-Está la sala, está el escenario abierto para que se presenten, alguno puede decir “tuve una oportunidad”.
-Pensar en dónde están dentro de la cadena de valor de la industria cultural y creativa. ¿Falta público? Bueno, trabajemos en conjunto el sector público y el sector cultural en formar ese nuevo público. Porque si no termina siendo endogámico: va la misma gente a ver las mismas cosas; en el fondo ampliar el acceso a la cultura por un lado es una necesidad, porque la cultura es mucho más que entretenimiento: es una herramienta para el desarrollo. Y en la situación en la que está el país en términos de crisis económica y social la cultura es más importante que nunca.
Pero además si uno amplia el acceso a la cultura lo que está haciendo es generándole un nuevo público al sector cultural y artístico. Entonces ahí hay una oportunidad de trabajo que me parece muy interesante.
-O sea que va más allá de apalancar la oferta sino de generar público genuino.
-Bueno, el Pase Cultural es el primer programa de cultura en la Argentina que estimula la demanda, no la oferta. Porque te doy plata a vos, un chico de una escuela pública, y vos elegís que hacés con esa plata: te doy la libertad a vos de decidir, en lugar de decirte: “Bueno, vení, acá hay un recital gratuito”; que está bien, también lo hacemos. Es: “Tomá, acá tenés plata y vos elegís. ¿Te querés comprar un libro, querés ir al teatro, querés ir a ver una banda? Vos podés elegir”.
Acceso y trabajo
-Hablábamos de una agenda muy intensa de acá a fin de año. ¿Qué cosas decís “me gustaría poder hacer en los próximos dos años”, que entre la pandemia y otros factores todavía no hayan podido concretar?
-Tengo la suerte de venir trabajando hace ya tiempo en el cargo, desde principio de 2018. Nos pusimos varios ejes que hoy están en marcha: uno de ellos fue ampliar el acceso a la cultura con el Pase Cultural. Un segundo eje fue reconocer la importancia que tiene la cultura independiente: en Buenos Aires hay un entramado de más de 500 espacios culturales independientes (salas de teatro, salas de música, centros culturales): si no entiendo que son parte de este desafío de ampliar el acceso a la cultura tenemos un problema. Hay una ley, que ya tiene como tres años, de Espacios Culturales Independientes, que resolvió todo el problema que había de clausuras, problemas con las habilitaciones. Tuvimos una tragedia como Cromañón, que nos hizo reflexionar mucho sobre cómo hacer que la cultura fuera segura. Esto terminó de ordenar el tema, y es un estímulo a que cualquiera pueda abrir un espacio cultural.
El tercer eje y el más importante es ampliar el acceso no solo en términos del público joven. Trabajamos mucho con las personas mayores: con revistas, programas de radio, con actividades que hacemos en forma directa. Y a nivel territorial: romper la lógica de centro-periferia que tienen todas las grandes ciudades. Estamos presentes en diferentes barrios de la ciudad a través de espacios culturales, de programas, y sobre todo el trabajo en conjunto con el sector cultural independiente. Tenemos una plataforma que se llama Barrios Creativos, que justamente estimula el trabajo cultural a nivel barrio.
El Estado está sobre todo para acompañar, para estimular y para resolver los problemas donde efectivamente se detectan. El principal es para mí es esta falta de acceso a la cultura: si no logramos que todas las personas tengan la misma capacidad de participar de la cultura estamos consolidando situaciones de desigualdad, que van a continuar en el tiempo. Ese es el gran desafío que tenemos a nivel país; Argentina tiene en la cultura y en las industrias culturales y creativas un potencial gigantesco: no solo en términos de nuestra identidad, sino también en la posibilidad de generar trabajo.
Uno de los sectores más potentes en Buenos Aires, que por suerte pudimos acompañar durante la pandemia, es el audiovisual: hoy tenemos todo los días rodajes en las calles de la ciudad, de actores y actrices argentinos, directores, productores, técnicos. Se está trabajando para Netflix, para Amazon, para Disney; para plataformas locales, como es el caso de Flow; los canales públicos.
En la medida que uno apuesta por el talento lo que hace es generar mucho empleo de alto valor agregado; en general de jóvenes capacitados, formándose; y es el tipo de trabajo que uno quiere desarrollar a futuro. En Buenos Aires el 10% de la economía de la ciudad está vinculada a estos sectores; a nivel nacional todavía falta mucho: por supuesto es un país más grande, tiene otros sectores que tienen mucho peso. Pero sobre todo en los grandes centros urbanos, como es el caso de la ciudad de Santa Fe, que hay una oportunidad de crecimiento.
No hay tiempo para perder: esta pandemia nos deja en una situación de mucha fragilidad; y estoy convencido de que a la cultura no solo hay que ayudar a ponerla de pie, sino hacer que la cultura nos ayude a poner de pie al resto de la sociedad.