Graciela (64), una vecina que vive en el corazón de Guadalupe Oeste, esta mañana despertó y lo que quedó ante sus ojos le hizo pensar de estar dentro de una pesadilla.
Sin violentar ninguna puerta, delincuentes ingresaron a una vivienda de Pavón 1100 y robaron gran cantidad de elementos. Todo ocurrió mientras la dueña de casa dormía.
Graciela (64), una vecina que vive en el corazón de Guadalupe Oeste, esta mañana despertó y lo que quedó ante sus ojos le hizo pensar de estar dentro de una pesadilla.
Cada uno de los ambientes de su casa (ubicada en Pavón 1100) estaba en completo desorden. Muchas de sus pertenencias tiradas por el suelo y otras que ni siquiera estaban en su lugar.
Pasaron algunos segundos hasta que logró ordenar sus ideas y comprender qué había sucedido. Uno o más intrusos habían ingresado a su casa mientras ella se encontraba durmiendo.
Si bien el hecho no es nuevo, vale señalar que tiene algunos detalles perturbadores. Por ejemplo que quien ingresó a la propiedad se valió de alguna llave maestra, ganzúa u otro impemento similar, ya que ninguna de las puertas y ventanas de la casa estaba violentada.
"La sensación que tengo es horrible... lo que es despertar y encontrar todo dado vuelta. Saber que alguien te estuvo observando mientras dormías. Que pudo estar pensando '¿qué hacemos?... la violamos, la matamos?'. Es terrorífico", comentó Graciela en diálogo con El Litoral.
"Antes de acostarme cerré todas las puertas con llave y alguna hasta tiene candado. Lo extraño es que hoy aparecieron todas abiertas y ninguna estaba violentada. No sé cómo hicieron para abrir todo", se preguntó.
Más adelante la mujer describió que los ladrones se llevaron gran cantidad de cosas, aunque desestimaron otras. "Se llevaron televisores, tablets, algo de dinero, zapatillas, en fin... todo lo que les pareció útil. Pero es raro todo porque también se llevaron una cajita con mis remedios personales; un monedero con hebillas y colitas. No tocaron las tarjetas de crédito, en fin.. como si hubiese sido un chico el que actuó. Alguien que no sabía qué llevar".
"Lo peor de todo es que cuando empiezo a recorrer la casa, en el otro dormitorio sobre una cama encontré una cuchilla. Quiero pensar que se la olvidaron, que no fue un mensaje. Porque si es así me tengo que ir de mi acá", sentenció.
"Doy gracias a Dios a los ángeles que no me desperté. Porque soy una persona de reaccionar, no me hubiese quedado quieta. Entonces si eso pasaba podía ocurrir un verdadero desastre", pensó.
"Barrio Guadalupe es un infierno", dice Graciela sin vacilaciones. "Los vecinos ya no sabemos qué hacer para cuidarnos. Tenemos un grupo de whatsapp, tenemos alarma comunitaria y los hechos delictivos siguen ocurriendo. Cada 5 minutos nos estamos avisando de alguna situación de peligro. No se puede vivir así".
"No pienso hacer la denuncia porque siento que la policía se nos caga de risa. Tenemos mil denuncias y no se arregló nada. Ahora lo que voy a hacer es intentar mejorar la seguridad. Mucho más todavía, porque tengo alarmas, perros, rejas y sin embargo me entraron igual".
"Todas las noches patean puertas, forcejean ventanas. A la tardecita es un infierno salir a la calle y ni hablar si tenés que andar de noche. Volver a tu casa es una aventura, entrar el auto a una cochera una odisea. En cualquier momento te revuelcan por la calle o te meten un tiro", cerró.