Arde La Sangre, La banda que reúne a los ex Carajo Marcelo “Corvex” Corvalán y Hernán “Tery” Langer con el santafesino Luciano “Tano” Farelli y Nacho Benavides debutó el sábado en Rosario y se presentará hoy domingo en Santa Fe. El Litoral dialogó con el histórico bajista y cantante, sobre esta nueva aventura que se gestó en pandemia y debutará en nuestra provincia antes de hacerlo en Caba.
Gentileza Laurita Church Langer, Corvalán, Benavides y Farelli: una química especial para un nuevo proceso.
Arde la Sangre estrena en la provincia las canciones de su álbum debut “La cura”, antes de su salida el lunes 8 y de su show presentación en Buenos Aires, previsto para el 12 de noviembre en el Teatro Ópera. De este modo, el sábado 6 se presentaron en la rosarina Sala de las Artes (Suipacha y Güemes). El domingo 7 desde las 20 es el turno de Santa Fe capital, en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572); las localidades se consiguen en la boletería de la sala, al WhatsApp +54 9 3424 21-8187 o por sistema Ticketway.
Así, los santafesinos tendremos la primicia de del nuevo proyecto que reúne a los ex Carajo Marcelo “Corvex” Corvalán y Hernán “Tery” Langer junto a Luciano “Tano” Farelli (Parteplaneta) y Nacho Benavides. Del proceso de este nuevo comienzo habló El Litoral con el mítico “Corvata”, como así también del desafío de comenzar una nueva aventura con la mística de siempre.
Encuentro
-¿Cómo fue el proceso que llevó del final de Carajo a este presente con Arde La Sangre?
-Se mezclaron dos cosas: primero el tema laboral musical con el cierre de Carajo y querer empezar algo otra vez; y por otro lado coincidió con todo este problema mundial de la pandemia. Todo ese proceso se atravesó al mismo tiempo: lo que se vivía a nivel social y por el otro lado con toda la intención de empezar algo y trabajar en eso.
Así que pudimos aprovechar de la mejor manera todo ese año del 2020 que no había actividades, estaba todo frenado. De alguna manera eso nos dio el tiempo para poder armar el proyecto más tranquilos, trabajando paso a paso, para tener las cosas armadas para hoy: que es más o menos lo que calculábamos que íbamos a demorar en armar el proyecto, grabar un disco, etc.
-Por un lado estás tocando con Tery, que había sido tu compañero; y por otro lado hubo un encuentro con el Tano Farelli y Nacho Benavides, que venían de otras experiencias.
-Eso también fue muy loco. Con Luciano, con el Tano Farelli, nos contactamos a principios de marzo del 2020 porque él estaba produciendo a Flou, que es una banda de Paraguay con la que somos muy amigos desde Carajo. Ellos me estaban invitando a cantar un tema para el disco, entonces me puse en contacto con Luciano, que los estaba produciendo: él había viajado a Paraguay a grabar y volvió a Argentina para mezclar en su estudio. En ese momento fui para lo de Luciano a cantar la canción estaba Walter (Cabrera), el cantante de Flou; ahí los tres laburamos y quedó una muy buena onda .
Ahí le pedí si no me daba una mano; en ese momento estaba con unas canciones mías, personales, de lo que después se transformó en Corvex (que es un proyecto paralelo personal). Viéndolo trabajar y charlando, compartimos un montón de música, el mismo gusto y la verdad que pegamos una buena química. Ahí hablé con Tery con el que nos manteníamos en contacto por la amistad y por venir tocando juntos tantos años. Fue como una sorpresa ver que con el Tano había una onda de juntarse a charlar, y ver qué se podía hacer: ya sea darnos una mano, producirnos las canciones, o ayudándonos a armar unos demos, unas maquetas; sin todavía saber definitivamente qué iba a pasar.
Después Tery conoció a Nacho por otro amigo en común que tenemos, Pablo Olivares, un músico argentino que vive en Estados Unidos: cuando él vino de gira a Argentina tocó con Nacho y nos recomendó que hablemos con él; que era muy buen batero y muy buena persona.
Ahí se fue triangulando todo, y ya más o menos en abril hicimos la primera reunión: la primera juntada para conocernos los cuatro y charlar sobre el futuro, si se podía dar de hacer algo. En esa charla hubo muy buena química, nos pusimos de acuerdo enseguida, estuvo buenísimo. Creo que a partir de allí todo empezó a cobrar fuerza, y en el transcurso de ese año se empezó a armar el proyecto, las canciones, a grabar los demos; y nos fuimos conociendo sobre la marcha.
Laboratorio
-¿Cómo fue ese momento de empezar a componer con otra gente, otra estructura?
-La verdad que nos pasó algo muy curioso, que todos sentimos lo mismo: parecía que nos conocíamos de toda la vida, lo que no siempre sucede. Congeniamos fácil, rápido, entre los cuatro. Al principio componíamos todo de manera virtual, enchufados a la compu, en el estudio del Tano; armábamos las baterías también de manera virtual, una idea de por dónde iba cada maqueta, y después Nacho las tocaba en su casa, practicaba, e iba mandando las ideas. Fue una etapa más de laboratorio: de estar todos probando cosas, opinando, charlando y viendo, trabajando más dentro de la compu.
Mucho más adelante, ya para agosto de 2020, nos pudimos meter en una sala por primera vez: creo que ahí se terminó ya de consolidar la banda y pudimos terminar de cerrar bien las 14 canciones (que era todo lo que teníamos en ese momento), las mismas que terminaron quedando en el disco.
-¿Cuándo entraron al estudio a grabar “La cura”?
-Ahora, en abril de 2021. Laburamos todo 2020, a fines de ese año filmamos y grabamos la sesión “El comienzo”, con cuatro temas: ese fue como el primer paso que dimos, anunciamos el nacimiento de la banda.
En abril nos metimos al estudio a grabar, y fue ya como una segunda etapa de trabajo, donde ya las canciones estaban hechas, estaba todo en su lugar, pero quedaba la parte más del audio, el sonido y la producción discográfica. Nos concentramos más en eso para terminar de darle forma a todas las canciones y armar el disco.
-La sesión se grabó antes que el disco, y ahí ya se notaba que la banda estaba como para sonar en vivo.
-Sí, bueno gracias (risas). Como decía al principio, nos jugó a favor el tema de la pandemia porque tuvimos todo ese tiempo para trabajar a puertas cerradas, ensayar mucho, practicar, y tratar de elaborar cada canción con el mínimo detalle. No teníamos el apuro de tener que salir a tocar en vivo ya, porque no se podía.
Eso nos dio el tiempo suficiente para preparar todo; es una banda que empezó de cero, así que teníamos que trabajar todas las cosas al mismo tiempo: la composición de las canciones; la búsqueda de identidad de la banda; las letras, el mensaje; y obviamente hacer sonar las canciones en vivo.
Cuando grabamos “El comienzo” habíamos elegido esas cuatro canciones porque nos parecían una buena carta de presentación, como para que la gente conozca por lo menos de qué se trataba Arde La Sangre, por dónde venía el estilo, el sonido. Quizás había otras canciones más complejas, o que eran un poco más elaboradas, dijimos: “Esas las preparamos más tranquilos para el disco y les damos su tiempo”.
Creo que esas cuatro las elegimos porque sonaban bien; nos dábamos cuenta que en los ensayos salían bárbaras, redonditas y ya estaban listas como para poder grabarlas. Aprovechamos el tiempo de la mejor manera posible.
Con la gente
-Grabaron esa sesión en el Malvinas Argentinas, un lugar al que te has subido un montón de veces, pero esta vez sin la gente.
-Sí, y hasta el día de hoy: hasta el momento en que estamos haciendo esta nota no hemos tocado con público. Hicimos la sesión, hicimos un par de especiales para distintos medios de prensa, videoclips, de todo; pero todavía no tuvimos el encuentro cara a cara con el público: estamos muy ansiosos por debutar oficialmente en vivo.
-Ahora se viene justamente la oportunidad de salir a mostrarlo; en Santa Fe va a ser antes que en Buenos Aires. La expectativa y las ganas deben jugar fuerte.
-Tratamos de canalizar toda esa ansiedad y toda esa adrenalina de la mejor manera, para este debut y este comienzo: es una etapa muy importante para nosotros, porque son los primeros pasos que estamos dando. Show a show, cada vez que arranquemos, las cosas se van a ir terminando de acomodar y vamos a terminar de encontrar toda la parte técnica, más que nada. Nos vamos a ir dando cuenta también un poco, con la reacción del público canción a canción, por dónde funciona la cosa; y seguir trabajando todo lo que sean puntos débiles que podemos llegar a descubrir a medida que vayamos tocando en vivo.
-Cada show va a ser una primera vez: la primera en cada lugar.
-Sí, creo que lo lindo es eso: este es el último paso que nos faltaba dar, y el que te termina de afianzar lo máximo posible. Porque cuando uno toca en vivo ahí se termina de afianzar la banda. En el rock sobre todo, en nuestro estilo, es sumamente importante el vivo: es donde la magia sucede, por así decirlo.
Las grandes bandas de rock, las que llegaron a ser importantes, son justamente las que en vivo nunca te defraudan. Hoy en el disco es mucho más fácil, porque la tecnología y todas las herramientas que hay hacen que suene bien y todos podemos tocar bien (risas), y ayuda. Pero cuando uno ve las bandas en vivo después se da cuenta cuánto de verdadero hubo en el disco, y cuánto no.
En nuestro caso somos siempre muy conscientes de que el vivo tiene que sonar, tiene que funcionar; y realmente las canciones tienen que transmitir eso que uno imaginaba cuando las compuso.
Oportunidad
-Esta banda es tu tercer proyecto grande en 30 años de carrera: se dice así pero es un montón.
-Sí, estamos grandes (risas)
-¿Cómo se vive esto de, después de tanta vivencia, arrancar de cero con un proyecto nuevo, y cómo se renueva la energía como para arrancarlo con las mismas pilas que los anteriores?
-Muchos me preguntan, y yo también me sorprendo. Pasan los años y el amor por la música, por tocar y seguir haciendo canciones no se acaban. Es como que uno no se aburre de hacer esto, y lo sigue disfrutando como el primer día. Me siento muy feliz por tener una nueva oportunidad, la tercera en mi carrera; no a cualquiera se le da. Y venir de dos proyectos que fueron súper importantes para el rock nacional también es como un buen antecedente, como para uno estar confiado y darle para adelante.
En mi caso lo importante es pasarla bien, disfrutar, divertirse, tratar de seguir creciendo, seguir aprendiendo; porque todo el tiempo se aprenden cosas nuevas, uno va mejorando. Creo que en este caso toda la buena experiencia y el aprendizaje anterior que uno tiene hoy lo puede aprovechar: ya podemos arrancar con una base que antes quizás yo no la tenía. Eso también hace interesante ese proyecto.
Justo como se dieron las cosas con la pandemia, toda esa cosa muy triste que estaba pasando, fue como la música vino como anillo al dedo para ayudar a sobrellevar esos malos momentos. Y termina siendo una herramienta para los que escuchan y disfrutan, que les ayuda a pasar el mal trago; nosotros tratamos de canalizar también en nuestra música una especie de “cable a tierra”: tanto para nosotros que tocamos como para los que la consumen. Y poder cantar o decir esas cosas que sabemos que mucha gente comparte y siente lo mismo.