No debe haber peor cosa en el fútbol que arrancar perdiendo un partido cuando la mayoría de los jugadores propios no tocaron la pelota. Y eso le pasó a Colón, que al minuto perdía con un tiro libre de Alcaraz que fue parte de responsabilidad de Burián, que armó una barrera corta, casi subestimando la posibilidad del remate al arco. Sin embargo, Burián (9) se convirtió luego en figura indiscutida: atajó un penal, tapó dos pelotas de gol a Lisandro López, un mano a mano a Chancalay y brindó una seguridad y una sensación de imbatible que resultó determinante en el resultado.
En el fondo, el rendimiento individual no fue bueno. Meza (4) tuvo problemas en la marca y cometió un penal grosero. Lo mismo pasó con Gallardo (4) por el otro costado, complicado con las subidas de Pillud en el primer tiempo y con los desbordes de Copetti y Chancalay. Es cierto que mejoró en el final, pero anteriormente fue el jugador más frágil en la marca. Bianchi (6) fue el más seguro de todos, evitando inclusive una jugada de gol muy clara que tuvo Racing en el primer tiempo y Piovi (5) empezó con problemas, atareado en el trabajo de cuidar las espaldas de Gallardo y luego fue mejorando, siendo el encargado de colocar un pelotazo largo de más de 50 metros para la corrida de Beltrán en el segundo gol.
En el mediocampo, Lértora (5) tuvo una labor más bien posicional, parado delante de la línea de cuatro; Aliendro (5) no estuvo a la altura de otros partidos, pero tampoco pasó desapercibido en cuanto al despliegue y sacrificio. Poco de Castro (4), volcado más por el sector derecho y con poca gravitación por parte de Bernardi (4), que tuvo una jugada muy propicia en el segundo tiempo (mano a mano que terminó demorando en la definición y permitió la recuperación de Arias, que había quedado descolocado en primera instancia).
Completa ese sector Christian Ferreira (5), que marcó un lindo gol de tiro libre y jugó un aceptable primer tiempo, pero que luego fue perdiendo importancia en el juego y hasta terminó dilapidando una jugada que también era propicia, entrando por el callejón del “8” y demorando el remate final en el segundo tiempo.
Arriba, interesante lo de Lucas Beltrán (6), porque además de no haber dado por perdida la pelota larga de Piovi (que parecía de fácil resolución para Nery Domínguez) y de convertir el gol de la victoria, corrió muchísimo y fue muy generoso y solidario para el equipo.
De los que entraron, bien Mura (6) porque le dio solidez al equipo en el costado derecho en la parte final y hasta le quedó aire y recorrido para ir al ataque en un par de proyecciones.
También fue interesante lo de Pierotti (5), en tanto que Leguizamón se esmeró por darle una mano a sus compañeros tratando de ser un estorbo para los defensores de Racing que pretendían salir desde el fondo con pelota dominada y Góez entró sobre el final, con la misión de aportar piernas y pulmones cuando sólo quedaba defender una victoria que tuvo dos ejes fundamentales: 1) la gran labor de Burián; 2) la eficacia para convertir las pocas situaciones de gol que se crearon.