En “Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo”, de 2012, el narrador Benjamín Alire Sáenz se introducía en la historia de amor de dos jóvenes méxico-estadounidenses en los años ‘80. En la esperada secuela, publicada hace pocas semanas, ambos deben buscar las claves para seguir juntos en un contexto que pone en jaque su relación. El autor contó detalles en una entrevista exclusiva.
Gentileza del autor Ser poeta me enseñó a manejar el lenguaje y a ser muy cuidadoso con él. Luego, fue difícil aprender a escribir para jóvenes, pero una vez que logré mi primera novela, me sentí muy cómodo , explicó Alire Sáenz.
Nacido en Nuevo México en 1954, el escritor Benjamín Alire Sáenz emerge como uno de los creadores más valorados dentro de la literatura destinada al público juvenil, a pesar de que su trabajo ha apuntado también a niños y adultos. Sáenz, quien se declaró gay a finales de la década de 2000 y contó lo mucho que debió luchar para aceptarse en un contexto adverso, escribió en 2012 una novela que repercutió en todo el mundo: “Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo”. Allí pudo prestar atención a una tipología de relato infrecuente hasta el momento, el de dos adolescentes méxico-estadunidenses que descubren el amor y la identidad sexual a finales de la década de 1980.
Diez años más tarde, Alire Sáenz retoma esos personajes en “Aristóteles y Dante se sumergen en las aguas del mundo”, esperada secuela donde ambos se ven obligados a encontrar las alternativas para mantener viva su relación frente un mundo hostil que, como dice el autor, parece desafiar su existencia. En efecto, en este libro, editado por Planeta, está más presente el contexto en el que se mueven Aristóteles y Dante. “El primer libro era muy íntimo respecto a esos jóvenes y sus familias. Esta segunda novela se abre al mundo, un mundo que los odia especialmente en esa época, fines de los ‘80. La mayoría de la gente pensaba en esa enfermedad, el Sida que según decían había entrado por los gays o cuestionaban su forma de vida. Había prejuicios, odio, violencia y miedo”, explicó el autor en una entrevista virtual concedida a este medio desde El Paso (Texas).
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Foto: Gentileza Planeta
Debido, en parte, al éxito obtenido por “Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo”, la secuela le costó mucho tiempo y trabajo a Sáenz. Es que la expectativa entre el público que descubrió hace algunos años a estos personajes entrañables era altísima. “Tenía que hacerlo bien, porque todo el mundo lo iba a comparar con el primero. Y cómo los jóvenes están enamorados del primer libro, el segundo tenía que llegarles. Y no iba a escribir el mismo libro otra vez. Tenía que ser distinto, contener otros materiales, otras cosas que no estaban en el primero”, explicó.
El nacimiento de los personajes
¿Cuál fue el origen de Ari y Dante? El autor sostuvo que los dos tienen mucho de autobiográfico. “Cuando llegué a escribir ‘Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo’, quería escribir una novela que fuera una historia de amor entre dos jóvenes. Pero no sabía cómo manejar eso. Batallé mucho para aceptarme a mí mismo como gay, fui molestado de niño y eso me dejó con muchos problemas personales, tocantes en mi sexualidad. Luego, por fin, pude manejar esos traumas y meterme en un lugar de sanación. Pretendía escribir una historia sobre lo que hubiera querido yo: aceptarse más joven para tener una vida en paz. Vivir la vida. Entonces empecé a construir el primer capítulo. Ari es parte de mí mismo, pero también lo es Dante”, contó.
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Durante años, Benjamín vivió sin creer en sí mismo, pero con fe en su talento. “Me hice escritor y sabía que iba a lograr tener éxito. Pero no tenía confianza en mí. Era algo interesante”. Como reflejo de esas contradicciones creó a los personajes. Aristóteles, que es algo miserable y poco amigable, con mucho odio hacia sí mismo y reticente al amor. Y Dante, artista, poeta y querido por sus papás. “Lo que tienen en común es que ambos viven vidas solitarias. Muchos jóvenes no reconocen quienes son. Entonces quería que en el libro se fueran dando cuenta quienes eran en realidad”, explicó el autor.
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La figura de los padres
A través de la historia de Aristóteles y Dante, Alire Sáenz se propuso también mostrar otras realidades para intentar demoler prejuicios arraigados. Por ejemplo, que los latinos que son profesionales en Estados Unidos están muchas veces invisibilizados. “Quería que los papás de Dante sean profesionales, porque el mundo gringo no oye eso, aunque estamos por donde se quiera. Otra cosa que la gente cree es que los mexicanos rechazan a sus hijos gays inmediatamente. Y yo digo que no es cierto”, afirmó el autor.
Guiado por esa premisa, Alire Sáenz intentó no representar a los padres de los personajes protagonistas de las novelas como clichés. “Hay muchas novelas para jóvenes que no incluyen a los papás, o no son buenos o no entienden. Y los papás son muy importantes para los hijos, siempre. Por eso quería que los papás fueran parte de la historia, algo que no es común”, señaló.
Gentileza del autor
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En síntesis, además de contar una historia de amor que, en su zona más profunda trasciende espacio y tiempo, el escritor se propuso exponer una realidad concreta para que los jóvenes de hoy conozcan lo que se vivió hace tres décadas atrás en relación a los prejuicios y la aceptación. “Para que sepan que hemos progresado, pero se necesita mucho más”, finalizó.