La especulación inicial daba cuenta de que por los resultados electorales adversos del 14 de noviembre, Omar Perotti no tendría más remedio que comenzar a generar un gobierno de mayor apertura. En rigor, el propio mandatario lo había advertido cuando emitía su voto en Rafaela; hablaba de colaboración y abogaba porque pasados los comicios, se pudieran generar "instancias de diálogo con todas las fuerzas políticas". En los hechos, terminaron siendo los temerarios hechos de inseguridad y violencia registrados nuevamente en la ciudad de Rosario los que apuraron la agenda.
Tras las balaceras generadas esta vez en dos locales gastronómicos hiriendo a un mozo y aterrorizando a los comensales, la Casa Gris hizo llegar a oídos de los legisladores la decisión política de convocar para esta semana a los presidentes de todos los bloques de la Cámara de Diputados. Es el cuerpo en el que el oficialismo se ve en franca minoría; apenas seis de 50 diputados. Es, entonces, un puente que se tiende sobre todo a la oposición. "Es un pedido que hemos hecho insistentemente. Creemos en el diálogo y estamos convencidos de que la inseguridad y la violencia necesitan de un acuerdo político", dijo a El Litoral el jefe de la bancada socialista, Joaquín Blanco, a propósito del programado encuentro.
Como "gesto", la cámara terminó convirtiendo este jueves una potencial interpelación al ministro de Seguridad, en una "invitación" a la presidencia. Jorge Lagna y su par de Gobierno, Roberto Sukerman, deberán concurrir a dar explicaciones sobre el indiscutible incremento de la violencia en el sur provincial, pero será en una instancia más amigable que la de una exposición en el recinto; y una vez que se haya consumado la reunión con el gobernador.
La posibilidad de iniciar el diálogo – excepto algún encuentro en plena pandemia o conversaciones puntuales con algún legislador, no hubo en casi dos años reuniones institucionales entre Perotti y la oposición- también fue fundamento - "excusa", según el interlocutor- para diferir el tratamiento de una nueva ley de emergencia en materia de seguridad. En el Senado, el oficialismo había intentado promover la norma, con un proyecto de Alcides Calvo. En Diputados, se insinuó una negociación a partir de un proyecto que había ingresado la oposición. Pero ninguno de los dos prosperaron. En la Cámara alta, no hubo acuerdo. En la Baja se decidió esperar, de nuevo, el encuentro con Perotti para escuchar de su boca los argumentos y el plan de acción que ejecutaría en el marco de dicha emergencia. Deberá ser, en ese caso, un proyecto que el Ejecutivo envíe ya en período de extraordinarias.
Mientras tanto, implosiona el Ministerio de Seguridad. Lagna fue ratificado y respaldado políticamente pero, en medio del revuelo por los procedimientos del MPA para recabar información sobre causas que involucran a Marcelo Sain (compra de armas y supuesto espionaje ilegal), se produjo el alejamiento de los funcionarios de las segundas líneas de la cartera, "heredados" de la gestión anterior. La tensión entre unos y otros ha generado una interna expuesta e indisimulable. Con el nombramiento de Sain como nuevo asesor en materia de criminalidad compleja en el Ministerio de Seguridad de la Nación, se descuenta que el equipo que había constituido cuando conducía el la cartera provincial, también migrará. Sería la previa a otros cambios ministeriales que planifica el gobernador Omar Perotti, a días de cumplir exactamente dos años de gestión.