Ropa y productos usados, un "shopping" cada vez más elegido ante la crisis
El Roperito de la Fundación Manos Abiertas abrió sus puertas y ofrece una amplia variedad de donaciones a precios módicos. El fin es reunir fondos para continuar con las obras comunitarias que llevan adelante en Alto Verde y en instituciones más necesitadas.
Guillermo Di Salvatore En el lugar se ofrece desde ropa de abrigo para niños, hombres, mujeres, calzados, frazadas, ropa de cama, electrodomésticos y demás artículos de bazar en buen estado.
El Roperito de la Fundación Manos Abiertas funciona en Santa Fe desde el 2014 con la función de contribuir a obras solidarias que realizan en distintos espacios de la ciudad. En el lugar, ubicado en calle 3 de Febrero 2472, se reciben donaciones desde ropa de abrigo para niños, hombres, mujeres, calzados, frazadas, ropa de cama, electrodomésticos y demás artículos de bazar en buen estado.
Este Roperito, que funciona de lunes a viernes de 10 a 12 y jueves y viernes de 16 a 18, es el motor para obtener el dinero que después se devuelve en las obras que realiza Manos Abiertas en la escuela de oficios de Alto Verde; también los fondos son para colaborar con los grupos de voluntarios "Cuenta Conmigo" y "San José" que trabajan con los pacientes oncológicos del hospital de Niños Alassia y del hospital Iturraspe Viejo, respectivamente.
Marta, una de las 30 voluntarias Roperito, comentó a El Litoral que también hay grupos de voluntarios que realizan retiros espirituales con personas de bajos recursos, ayudan en la casita del voluntariado de Alto Verde, donde realizan apoyo escolar. "Hay una amplia variedad de obras y este Roperito es el que reúne los recursos necesarios para que todas esas obras puedan funcionar", destacó la voluntaria.
Clientes sin distinción de ingresos
En el local todo lo exhibido está a la venta a precios módicos y muy accesibles. Ante la crisis económica, las voluntarias observan que los interesados en los productos usados ya no son únicamente personas de bajos recursos.
Según las responsables del lugar, el Roperito funciona como un círculo virtuoso, ya que cuanto más se promociona, más gente se acerca a comprar y a donar. "Antes los compradores eran en su mayoría de barrios vulnerables y ahora los clientes se han mezclado. La situación económica hace que a la gente le alcanza para cada vez menos y acá se encuentran con cosas que se venden a muy bajo precio y están en buenas condiciones", sostuvo Marta.
Por ejemplo, en el Roperito se ofrece un jean, una camisa y un suéter de mujer por menos de $ 1.000, "todos los precios dependen de la calidad de la ropa y en las condiciones que está", comentaron.
En tanto, con las donaciones que son recibidas pero que no pueden ser puestas a la venta porque no están en condiciones adecuadas, se arman bolsones para llevar a los barrios más necesitados de la ciudad o bien son entregados a distintas instituciones como Cáritas. "Tenemos diferentes grupos que nos piden las donaciones que no podemos vender, ahora tenemos para entregar bolsones para los vecinos de la Vuelta del Paraguayo", señaló Marta.
Guillermo Di Salvatore Parte de las 30 voluntarias que trabajan en el Roperito de Manos Abiertas.
Parte de las 30 voluntarias que trabajan en el Roperito de Manos Abiertas. Foto: Guillermo Di Salvatore
Lo que más necesitan
Cada ambiente de la casa donde funciona este espacio solidario tiene diferentes ofertas, la ropa de niños por un lado, ropa de hombre y mujer por otro, los artículos de bazar y decoración también tienen su lugar, lo mismo pasa con la ropa de cama.
"Necesitamos sábanas, toallas y sobre todo frazadas para el invierno. También precisamos zapatillas, que es lo que más nos piden", contó Marta. Al mismo tiempo, Silvia, otra de las voluntarias mencionó que también pueden recibir electrodomésticos, colchones o muebles en desuso, pero en buen estado. "Si alguien quiere donar algo grande se coordina para que la persona que está interesada en comprarlo pueda pasar por el domicilio de quien lo dona, por ejemplo una heladera o un mueble", concluyó Silvia.