Tomás Rodríguez
(Especial para El Litoral)
El aniversario se cumplió en la víspera pero bien vale el recuerdo. Hace 35 años, en una fría noche en los suburbios de París, el pugilista argentino Carlos Monzón (72,330 kilogramos) retuvo exitosamente por novena vez el título de campeón mundial de la categoría mediano al vencer por KO técnico al cubano-mexicano José Angel “Mantequilla” Nápoles (69,510), entonces monarca universal de la división welter.
En el circo (carpa) Ville de Puteaux, Le Defense -Francia-, en su mejor labor desde que se consagrara monarca de esa división, el 7 de noviembre de 1970 cuando noqueó a Nino Benvenutti en Roma, realizó una labor contundente ante más de 12.000 personas, caminando por el centro del cuadrilátero, con la mirada fija en los desplazamientos de su contrincante.
Monzón le dio una verdadera paliza a Nápoles, quien debió subir dos categorías para enfrentar al “Hombre de Hierro”. La potencia demoledora del campeón de la división, terminó por destrozar al cubano-mexicano, con la izquierda extendida punteaba y lastimaba y siempre abrió el camino para la mortífera derecha.
Conducido por Brusa, el argentino mostró una amplia superioridad, a pesar de la movilidad de Nápoles en los primeros capítulos, lo que estaba previsto. Monzón fue siempre el dueño absoluto del combate; impuso el ritmo de acuerdo a la planificación de su adiestrador y a la hora de decidirse aniquiló a su contrincante.
“Angelo, no veo nada”
Al terminar el sexto capítulo Nápoles al llegar a su rincón le dijo a su adiestrador Dundée: “Angelo, no veo, no veo nada”, replicando el conductor: “Entonces, paramos la pelea...”. El árbitro francés, Raymond Baldeyrou frenó a Monzón en su salida, corroboró con el rincón mexicano el abandono de Nápoles, llamó al argentino y le levantó el brazo derecho en gesto victorioso.
El original de Cuba expresó al término de la contienda, resignado en su camarín, con notable tristeza y signos de dolor por la paliza sufrida que “es imposible ganarle a Monzón, es muy grande y poderoso para la división de los medianos, parece un mediopesado”.
Sostuvo Nápoles que “en el quinto round, cuando tuve la herida en el rostro, pensé que sería una verdadera hazaña poder terminar la contienda y mucho más aún tener una aspiración seria para adjudicarme el encuentro ante un contendiente de tanta calidad y potencia en los puños”.
Daniel González y Rufino Cabrera
En dicha jornada, otro santafesino, Daniel González liquidó el pleito ante el francés Jean Pierre Younsi en el segundo asalto, en forma espectacular para alegría de los simpatizantes argentinos.
A su turno, Norberto Rufino Cabrera, le ganó por puntos en forma amplia al galo Michel Chapier. Alain Delon que entre las 17 y las 24 fumó dos atados de 20 cigarrillos negros cada uno, marca Gallois, reconoció que “don Amílcar Brusa tiene un gran equipo de boxeadores profesionales”.
Su relación con Delon
En este encuentro, se produjo el inicio de la relación entre Monzón y el promotor de la pelea, el francés Alain Delon, con quien construiría una amistad a lo largo de toda su existencia, abarcando la vida privada y pública.
Tras el combate, el cineasta argentino Daniel Tinayre convocó a Monzón para realizar el filme “La Mary”, en Buenos Aires, teniendo como protagonista femenina a Susana Giménez, siendo estrenada el 8 de agosto de ese año. Se inició entonces un romance que duró varios años, conmocionando al público seguidor de la farándula.
Le retiraron el título
Al término del encuentro, Monzón se negó cumplir con el requisito del control antidoping, determinando esta actitud que las autoridades del Consejo Mundial de Boxeo, decidieran retirarle la corona, ante el informe de la Federación Francesa..
La aplicación del mismo había sido solicitada, cuando se firmó el contrato de la pelea, por parte del adiestrador Amílcar Oreste Brusa y el empresario Juan Carlos Lectoure.
Esta medida posibilitó que, al menos, una parte de la corona de la categoría mediano, volviese al mercado estadounidense, por intermedio del colombiano Rodrigo Valdez, pupilo de Gil Clancy, hombre de notable importancia en el Madison Square Garden de Nueva York, donde con anterioridad se desempeñaba como promotor de espectáculos boxísticos.
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