Ni los 2 billones de dólares que se podrían destinarse para impulsar a la economía y para la recuperación del sector financiero, ni el voto positivo del Senado que convierte en ley el programa de estímulo impulsado por el presidente Barack Obama, fueron suficientes para detener la fuerte caída de Wall Street, que ayer cerró con rojos cercanos al 5 por ciento.
El gobierno estadounidense anunció este martes que el nuevo plan de rescate económico podría ascender hasta dos billones de dólares, provenientes de capital privado y estatal, para ayudar a los mercados financieros a salir de la crisis, mientras el Senado aprobó el programa de estímulo fiscal impulsado por el Ejecutivo, de 838 mil millones de dólares, por un escaso de 61 votos a favor y 37 en contra.
Los anuncios y la votación, sin embargo, fueron recibidos con escepticismo en Wall Street, donde el índice Dow Jones cedió 4,62%, con fuertes pérdidas para las acciones bancarias, como las de American Express, que cayó 7,84% y Wells Fargo que bajó 7,19%.
La suma para la compra de activos tóxicos de los bancos podría extenderse de una partida inicial de 500 mil millones hasta el billón de dólares, dijo el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner.
En tanto, otro billón se destinará a ampliar un programa temporal de la Reserva Federal (Fed) para la compra de créditos que impulsen el consumo, consignaron las agencias de noticias Ansa y DPA.
El plan avalado por los senadores modificó en parte el aprobado la semana pasada por la Cámara de Representantes, y ahora pasará a una comisión bicameral para consensuar un texto definitivo que pueda ser ratificado por el presidente Obama.
Los votos positivos obtenidos en el Senado superaron apenas el número necesario, gracias a los sufragios favorables de tres republicanos que se sumaron a la totalidad de la bancada demócrata.
La Cámara de Representantes (Diputados) había aprobado hace dos semanas una versión del plan, por 819 mil millones de dólares, y ambas cámaras formarán ahora una comisión para redactar un texto de consenso.
El presidente Obama y los líderes demócratas en el Congreso pusieron un ultimátum a los legisladores: la ley definitiva debe estar lista antes del Día de los Presidentes, el próximo lunes.
Aproximadamente un tercio del llamado Plan de Recuperación y Reinversión se destinará a rebajas fiscales que favorecerán, según prometió el jefe de Estado, al 95% de las familias del país.
Además, el plan, que permitiría salvar o crear entre 3 y 4 millones de empleos, incluye inversiones en infraestructura, energías renovables, transporte, sanidad y educación, y ayudas a los Estados con problemas para cumplir con sus presupuestos.
Por su parte, Geithner dijo que ‘para que los créditos fluyan de nuevo, para restaurar la confianza en nuestros mercados y la fe del pueblo americano, vamos a reestructurar en lo fundamental nuestro programa para reparar el sistema financiero‘.
Las nuevas medidas financieras afectarán a todas las agencias gubernamentales e incluirán una nueva asociación público-privada para limpiar los “activos tóxicos” de los bancos, de modo que salgan a flote y restauren la disponibilidad de créditos para los consumidores estadounidenses.
En cuanto a la reacción en la Bolsa de Nueva York, “muchos accionistas opinan que sólo estamos viendo la punta de un iceberg”, dijo John O’Brien, vicepresidente de la empresa consultora MKM Partners LLC.
Geithner, por lo pronto, pidió una respuesta “completa y fuerte” frente a la crisis y destacó que ‘los costes y los riesgos son mayores con un procedimiento paulatino que con una intervención decidida‘.
Las ayudas estatales para el afectado sector financiero aprobadas hasta ahora fueron “inadecuadas y llegaron demasiado tarde”, criticó el secretario del Tesoro, para luego asegurar que los retos son hoy mucho mayores, porque las personas han perdido la fe en la cúpula política y en algunas entidades financieras.
El funcionario anunció también una inspección estricta sobre el uso del dinero público: los bancos que necesiten inyecciones de capital tendrán que pasar un “estricto test” en el futuro y cumplir condiciones como mayor transparencia, reducción de salarios de los ejecutivos y la exigencia de que se use el dinero público para impulsar el crédito a los consumidores.
Por otro lado y de forma separada, la Fed informó que podría ampliarse de 100 mil millones a un billón de dólares el programa diseñado para reactivar los créditos a la compra de coches, pagos de matrículas universitarias y tarjetas de crédito.
Geithner dijo además que otro pilar del plan será la ayuda a los ciudadanos para frenar la ola de embargos y la fuerte baja del precio de la vivienda, para lo cual se destinarán 50 mil millones de dólares y ‘todos los recursos que sean necesarios‘ para reducir el costo de las hipotecas, así como los tipos de interés.
El secretario sostuvo que el rescate aprobado en los últimos meses del año pasado fue ‘absolutamente esencial‘ para evitar una “catástrofe”, pero se hizo “de forma inadecuada” y provocó la desconfianza de los contribuyentes, que veían al gobierno ofrecer ingentes cantidades de dinero a las instituciones que causaron la crisis y sin transparencia.
Fuente: Télam