¿Buscás empleo?: ofrecen 170.000 dólares anuales por matar ratas en Nueva York

Como si fuera un mal sueño en su carrera pública, Eric Adams se ha enfrascado en una de las guerras más interminables de Nueva York. El alcalde busca un zar contra las ratas, alguien con aura de general rudo que ayude a acabar con esas criaturas que tanta abominación le provocan, a él y a la mayoría de sus conciudadanos.

Consciente de la magnitud de la tarea, su administración ha realizado una oferta de trabajo con cargo de “director de migración de roedores”. El descrito como “el trabajo de tus sueños te espera” tendrá un salario de ejecutivo, entre 120.000 y 170.000 dólares anuales. Se requiere titulación universitaria y residir en la ciudad.

A Los cazafantasmas (1984), comedia cinematográfica de Ivan Reitman con un reparto estelar (Bill Murray, Dan Aykroyd o Sigourner Weaver, por citar algunos), les sucede cuatro décadas después “el exterminador”, despliegue real de la vida neoyorquina que produce su alcalde. Si se compara el guion de aquel filme y el planteamiento de la oferta laboral del Ayuntamiento, se ha de aceptar la proximidad de los casos.

“¿Tienes lo que se necesita para hacer lo imposible?, ¿una vehemencia virulenta para las alimañas?”, cuestiona esa oferta en la que se subraya que no se buscan quimeras, aunque lo pueda parecer, sino pequeños seres (o no tanto), escurridizos como pocos en la jungla del asfalto y moradores de los bajos fondos.

Y precisa que lo más importante –además de disponer de experiencia en planificación urbana, gestión de proyectos o de gobierno–, es responder a esta otra pregunta: “¿Tienes el impulso, la determinación , el instinto asesino necesario para luchar contra el verdadero enemigo, la implacable población de ratas de Nueva York?”.

El texto ensalza la relevancia de esta oportunidad de empleo. El exterminador en jefe equivale a una posición de liderazgo de “alta visibilidad e impacto”, reza el texto. “Es una de las tareas más importantes en el gobierno de la ciudad; mantener a raya las ratas, bajo control y sobre aviso”, recalca, con trato de ejército invasor.

“A pesar de su exitosa estrategia de presencia pública y su descarada participación en las redes sociales, las ratas no son nuestros amigos”, comentario con el que se refiere, sin aludirlo, al famoso ejemplar que se hizo viral arrastrando un trozo de pizza.

“Son seres hostiles que deben ser vencidos por las fuerzas combinadas del gobierno de nuestra ciudad”, remarca.

Y se hace un parte de incidencias de guerra. Los roedores propagan enfermedades, dañan las casas y los cableados. “Incluso intentan controlar los movimientos de los empleados de la cocina, en un esfuerzo por hacerse con los puestos de trabajo”, sostiene.

La obsesión del alcalde de la Gran Manzana

“No hay nada que odie más que las ratas”. La frase es de Eric Adams, alcalde de Nueva York.

“Limpiar nuestra ciudad y librar las calles de estas criaturas sucias son claves para nuestra recuperación”, sostiene. La Gran Manzana ha sido muy castigada por la pandemia. Su economía se ha resentido de forma grave, y su servicio de metro, en cuyas instalaciones encuentran los roedores acomodo de hogar, afronta una crisis presupuestaria. Adams ya presentó un plan en octubre para que las basuras no estén tanto tiempo en la calle, polo de atracción de ratas, sin que se haya notado el cambio.

Esto no es ninguna alucinación. Es lo que se lee en el documento elaborado por la oficina del alcalde, en concreto del teniente de alcalde de operaciones, con el número 38635.

El alcalde Adams se ganó fama, cuando era presidente del concejo de Brooklyn, por alardear en una rueda de prensa de una acción personal en la que mató a 90.

“Astutas, voraces y prolíficas, las ratas de Nueva York son legendarias por sus habilidades de supervivencia”, proclama la oferta. “Pero ellas no dirigen esta ciudad, lo hacemos nosotros”.