Para los productores cárnicos –bovinos y porcinos- de nuestra provincia, se abrió un abanico de posibilidades en un mercado postpandemia con muchas correcciones.
Para los productores cárnicos –bovinos y porcinos- de nuestra provincia, se abrió un abanico de posibilidades en un mercado postpandemia con muchas correcciones.
Para los productores cárnicos –bovinos y porcinos- de nuestra provincia, se abrió un abanico de posibilidades en un mercado postpandemia con muchas correcciones.
Mientras gran parte de la producción cárnica de la Argentina parece involucrarse cada vez más en la discusión por la conveniencia o no del acuerdo suscripto con China para permitir expandir la producción porcina y satisfacer los requerimientos alimentarios de los chinos, Santa Fe también busca darle impulso a una iniciativa parecida pero con la carne vacuna.
En una videoconferencia entre diez establecimientos especializados en producción y comercialización de alimentos de carne bovina y una cantidad similar de empresas asiáticas, con base en el municipio de Chongqing, el gobierno provincial dio el primer paso para vincular a la industria frigorífica con importadores chinos.
Es necesario refrescar algunos datos. En materia de envíos de carne bovina, Argentina exportó durante 2019 unas 880.000 toneladas, que generaron un ingreso de divisas por 3.800 millones de dólares. China concentró más del 80% y para este año se espera un volumen similar de ventas, si bien hay que reconocer que estamos ingresando al segundo semestre del año que ha sido muy complejo para esta cadena de valor.
Pero los chinos siguen adelante: por las consecuencias de la pandemia que generó el Covid-19, los chinos pagan un 10% menos por la carne argentina, mientras el mercado europeo cerró sus puertas y recién en las últimas semanas comenzó a mostrar signos de reactivación.
Ante los importadores, Daniel Costamagna, ministro de la Producción, explicó que para el crecimiento del comercio exterior en base a la exportación de alimentos bovinos serán necesarios protocolos de calidad y sanidad, "con mercados internacionales cada vez más exigentes en esta materia". Esa es la clave para los acuerdos futuros: cumplir con los protocolos establecidos porque lo que está en juego es una presencia local en esos mercados y un desarrollo productivo-tecnológico que puede contribuir a la recuperación económica del sector y de la economía provincial.
Pero en carnes está el otro gran tema: el acuerdo porcino entre la Argentina y China. Quince diputados nacionales solicitaron al Poder Ejecutivo que dé a conocer la llamada "letra chica" del acuerdo porcino, basado en la inversión de capitales procedentes de China. Los legisladores quieren saber cómo se va a proteger a los pequeños y medianos productores, qué pasa si parte de lo producido se vuelca al consumo local en detrimento de los precios domésticos, quiénes son los privados que están detrás de este mega acuerdo, qué garantías hay para evitar que los capitales extranjeros compren campos y granjas en la Argentina, dónde se instalarían las granjas, y cuál es el real riesgo ambiental que para la Argentina. Quieren saber, como coinciden muchos operadores de este mercado, qué reaseguros se proyectan en caso de que el producto no fluya en su totalidad a China y se vuelque en parte al mercado interno deprimiendo los precios locales.
Hubo un datos interesante para evaluar el proyecto: si a partir de la exportación de 10 toneladas de maíz se obtienen cerca de 2.000 dólares en divisas, pero empleando esa misma cantidad de toneladas se pueden lograr 3 toneladas de carne porcina que podrían elevar los ingresos en concepto de exportaciones entre 10.000 / 12.000 dólares. ¿Qué garantías se están evaluando para evitar que capitales extranjeros comiencen a comprar campos y granjas de nuestro país?. A ello se agrega la consulta sobre cuál sería la fuente de aprovisionamiento del agua requerida para tamaňa futura producción, teniendo en cuenta que se calcula la demanda en 300 litros diarios por madre reproductora alojada (ella más sus progenies), entre otros interrogantes que aguardan respuestas categóricas para un buen comienzo y desarrollo del acuerdo.