Por Liliana Montenegro de Arévalo
Por Liliana Montenegro de Arévalo
Dentro de la antigua organización de las milicias españolas el "alarde" era una reseña de soldados y armas disponibles para una expedición.
Entre los documentos coloniales reunidos por el general Bartolomé Mitre para sus estudios históricos, se registra una pieza documental constituida por el bando del Teniente de Gobernador Martín Suárez de Toledo, de fecha 23 de noviembre de 1572, que dio origen a Santa Fe; la pertinente proclama dada en Asunción; y la lista de personas que se inscribieron para fundar esa ciudad, conocida como "el Alarde de Santa Fe". El alarde está citado en el título y comisión que dio Suárez de Toledo a Garay el 3 de abril de 1573, once días antes de la partida.
El bando como el pregón y la nómina de los registrados, fueron transliterados por Manuel Ricardo Trelles (1821-1893), junto a otros cientos de documentos.
Corresponde a Antonio Larrouy el mérito de haber señalado la existencia de esta pieza documental en el año 1915. Unos años después Paul Groussac proporcionó la versión completa del bando, pero sin reproducir la proclama y el elenco. Si lo hicieron en el año 1942, Miguel y Jorge Escalada Yriondo, proporcionando la "versión paleográfica" en una publicación de la Sociedad de Historia Argentina, aclarando su carácter de inédito; y poniendo a salvo su univocidad y autenticidad.
En el año 1973, al cumplirse los 400 años de la fundación de Santa Fe, Andrés A. Roverano como homenaje al Fundador y a los inicios de su "pueblo y puerto" publica en el Boletín Nº 4 del Archivo General de la Provincia, un corpus documental entre los que se encuentra el bando, el asiento y el mandamiento que hoy nos ocupa.
Cada pieza del legajo tiene un epígrafe. El del auto dice así "Despacho de La Carabela qVa a castilla", de donde Miguel y Jorge Escalada Yriondo infieren que su autor, puesto a optar entre los dos temas que trataba, la fundación del nuevo pueblo y el viaje a España del navío que conducía presos al Obispo Fernández de la Torre y Felipe de Cáceres, concedió mayor importancia a lo segundo, mientras que lo primero con el fluir de los años sería un suceso memorable en la historia del Río de la Plata.
Enseguida de ser firmado por el Teniente de Gobernador, el mismo 23 de noviembre de 1572, el auto fue pregonado, por voz de Juan López moreno pregonero público, en la plaza de Asunción, y más precisamente en la puerta de la casa de Suárez de Toledo. Era domingo y mucha gente acudió a la ceremonia. El pregón tuvo cierta pompa y solemnidad después de haberse izado el estandarte real, a toques de trompeta y de tambor; según un bando posterior del mismo gobernante.
José Pérez Martín orienta nuestra imaginación hacia una mesa instalada en la fronda, para resguardarse del sol asunceño, mostrando la figura sentada del escribano Luis Márquez, teniendo a su lado al capitán Ruy Díaz Melgarejo y a los alcaldes ordinarios Juan Delgado y Melchor Núñez. El gobernador miraba desde el balcón amplio, la ceremonia. El acta del escribano habla de fundar un pueblo de hasta ochenta habitantes, en las tierras de abajo hacia el sur. La gente se fue arrimando y daba sus nombres, que con solemnidad anotaba el notario. Era un acto guerrero en verdad, porque dentro de la antigua organización de las milicias españolas el alarde era una reseña de soldados y armas para una expedición.
Frente a las dudas y versiones ante el número exacto de integrantes de la expedición, mencionaremos que en una carta de Garay al rey de fecha 20 de abril de 1582 dijo que fueron setenta y seis pobladores, siete españoles los demás mancebos nacidos en esta tierra; siendo el mismo número que se cuenta en el enganche.
La flotilla de pobladores zarpó de Asunción el 14 de abril de 1573. Es posible que en ese lapso algunos inscriptos desistieran y fueran reemplazados, mientras que otros recapacitaran y se incorporaran finalmente. Prueba de ello son las enmiendas a la reseña y las letras "A" antepuestas y pospuestas a los nombres, para indicar que se había ratificado en el asiento (ver Infografía bajo el título "Gente asentada para la población").
Con fecha 29 de marzo de 1573, Luis Márquez, escribano de la gobernación de las provincias del Río de la Plata, da fe y testimonio, que dicho día el señor Martín Suárez de Toledo, teniente de gobernador, capitán y justicia mayor de estas provincias, emitió un mandamiento dirigido a los oficiales reales de Asunción, para que entreguen a Juan de Garay un cañón de bronce y unos fuelles de fragua con las cámaras y aparejos, con destino al pueblo y puerto que va a fundar. Agrega, que adonde se ha de levantar dicha población hay muchos naturales enemigos; y podrían destruirla, por no llevar lo necesario, para su defensa como para su sustentación. Por lo cual manda que entreguen y cumplan lo ordenado, bajo pena de mil castellanos de oro o su valor, aplicados la mitad para la cámara de su majestad y la otra mitad para gastos de gobierno.
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos y el Centro de Estudios Hispanoamericanos.