I
I
Omar Perotti y Maximiliano Pullaro declararon que en caso de que sus candidatos no ingresen al balotaje, votarían por Javier Milei. Aclaro para que no oscurezca. Perotti vota por Sergio Massa y Pullaro por Patricia Bullrich, pero si hay una segunda vuelta en la que Massa o, según el caso, Patricia, queden afuera, votarían por (licencias abusivas del lenguaje) el candidato anarco libertario. Mientras tanto, el "León" eventualmente ha sumado a su padrón electoral a un gobernador peronista y a un candidato a gobernador de signo radical. Y después nos extraña que los politólogos discurran hasta el cansancio acerca de las causas que expliquen la asombrosa performance de "El hombre que amaba a los perros". Se dirá que Perotti y Pullaro son dueños de dar a conocer sus preferencias electorales, una afirmación políticamente correcta, pero que en el caso que nos ocupa merece relativizarse, ya que estamos hablando de dirigentes políticos con responsabilidades altas y sus opiniones no son como las que en una mesa de café puede mascullar un jubilado acerca de si Messi juega mejor o peor que Maradona. Digamos que a las declaraciones del gobernador y de su aspirante a sucesor hay que tomarlas en serio, aunque sea grande la tentación de tomarlas en joda, como juegos de palabras de políticos baqueanos para salir del paso, poner nerviosa a la hinchada contraria o engrupir a la gilada.
II
Yo no necesitaría explicarles a políticos duchos en el arte de la oratoria y los silencios sugestivos cómo se sale del paso ante una pregunta incómoda que suelen hacer periodistas traviesos interesados en ponerlos en apuros o en arrancarles alguna declaración inesperada que sea tapa de los diarios o de las pantallas. No necesito explicarles nada porque a ninguno de ellos les cabe el pedido de "perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen". Si me fuera permitido calificarla, diría que fue una pregunta de contenido o respuesta improbable. Perfectamente, y sin despeinarse el jopo, Perotti y Pullaro podrían haber ensayado tres respuestas que le hubieran permitido zafar con elegancia. Podría haber dicho que ellos están íntimamente convencidos de que sus candidatos (Sergio Massa o Patricia Bullrich) ganan en primera vuelta y sanseacabó; podrían haber dicho que ellos no responden preguntas de respuesta improbable; o podrían haber dicho que dirigentes políticos responsables no pueden hablar a la bartola como si estuvieran compartiendo un asado con los amigotes de la peña de los viernes, donde todas las licencias verbales están permitidas. Incluso, podrían haberle dado una oportunidad al humor, y dar una respuesta disparatada e ingeniosa estilo Luis Juez o, si les da el cuero, estilo Winston Churchill. Pues no, prefirieron hablar en serio y decir lo que sus convicciones, sus cálculos oportunistas o su arte para improvisar estilo payador criollo, les dictaba. Un asesor debería haberles recordado el sabio aforismo que reza lo siguiente: "Serás prisionero de tus palabras y dueño de tus silencios". La frase pertenece a Francisco Franco, un caballero de comunión diaria de quien podría escribir un libro para criticarlo, pero jamás podría desconocerle que de los menesteres cotidianos de la política y el poder la sabía lunga. Tanto la sabía que cuando un imberbe de la Falange se quejó de sus dificultades, el generalísimo le respondió, apenas moviendo los labios e insinuando algo parecido a una sonrisa: "Haga como yo… no se meta en política". Una sentencia que se la dejo servida a Milei para que la incorpore junto con su escatológica consigna: "Viva la libertad, carajo".
III
Obligado a elegir entre Bullrich y Milei no me sorprende que Perotti prefiera la melena del león. Elemental, Watson. Muchos santafesinos lo votaron a Milei y para un peronista nunca está de más hacerle un guiño a esos votos. ¿Votar a Bullrich? Ni ebrio ni dormido. Pero, además, hay un añadido en esta, para algunos, inesperada preferencia de nuestro amigo de Rafaela: los peronistas no descartan una posible alianza con el político que dice estar contra la casta pero a la hora de los bifes estima que el mejor político de la historia argentina es Carlos Saúl Menem, más conocido como "La Comadreja de Anillaco". Un peronista en estos temas se distingue por practicar una lógica plebeya y atorranta. Si apoyamos jubilosamente el neoliberalismo menemista, si soportamos sus bribonadas y algún que otro operativo siniestro como pretender volar una ciudad cordobesa por los aires; si hicimos lo posible o lo imposible para impedir que vaya a la cárcel y si consentimos sin que se nos mueva un músculo de la cara que se abrace con el almirante Rojas, bien podemos admitir un romance a la hora de la siesta con Milei. Ser peronista -ya se sabe- incluye disponer de un estómago blindado en teflón y una nariz adaptada para soportar los olores más gratos y más nauseabundos de la creación.
IV
Juro que a Perotti lo entiendo. No estoy de acuerdo, pero lo entiendo. Me cuesta más entenderlo a Pullaro. Nada personal, porque mucho no lo conozco pero sé de su filiación radical, sé de amigos comunes que lo aprecian y respetan, y sé que no fue ni es un socio o un compinche de los narcotraficantes como le imputaron con tanta ligereza o en algunos casos con tanta mala fe. Pero no entiendo que apremiado, acosado o agasajado por los periodistas se haya permitido decir que en caso de que haya segunda vuelta entre Massa y Milei, lo vota a Milei. Como diría tía Cata: "¿Con qué necesidad?". Es tan sencillo quedarse callado, o patear la pelota al córner, o decir que un candidato con serias posibilidades de ser gobernador no se dedica a adivinar el futuro y que, en todo caso, a esas rutinas de brujería, hechicería y pactos con el Maligno, las deja para Milei, para su encantadora hermanita calificada "el Jefe", o para alguna bruja que tire las cartas o que lo conecta con los perros muertos. En nombre del supuesto pragmatismo político me esfuerzo por entender a Pullaro: muchos, o unos cuantos, de sus votos en Santa Fe votan a Milei en el orden nacional. Mintamos un poquito, total Dios no existe o, si existe, a esos embustes no los toma en serio. Ahora bien, pregunto: ¿Pullaro está tan seguro que diciendo que vota a Milei los votantes nacionales de Milei lo votarán a él? Por lo pronto, y atendiendo, por ejemplo, a las elecciones en Río Tercero, el intendente radical no necesitó ponerse la camiseta de Milei para que lo voten en su ciudad, porque pareciera que los votantes de Milei distinguen muy bien las diferencias entre lo nacional, lo municipal y lo provincial. Estos votantes, la mayoría por lo menos, no necesitan que los candidatos simulen un acto de cortesía para votar a Pullaro en Santa Fe. Digamos que con quedarse callado, todo hubiera continuado en su curso. Sin embargo, Pullaro supuso que puesto en la encrucijada de cortejar gratis a los seguidores de Milei, o humillar a sus correligionarios radicales, prefirió humillar a los suyos…total… los radicales se enojan pero después lo mismo me votan porque para eso son radicales. Pullaro dice que el enemigo es el kirchnerismo. Puede ser, pero convengamos que el kirchnerismo está atravesando por una etapa en la que se derrota solo. Para los paladines de la causa nacional y popular su máxima aspiración es que la jefa no vaya en cana o que, en el peor de los casos, quede en libertad condicional, incluso con un candado en el tobillo. Más no pretenden. La causa del populismo hoy la encarna Milei. Pareciera que andamos con ganas de pasar de un populismo de izquierda a un populismo de extrema derecha. Y del liderazgo del Furia y la Faraona al liderazgo de un loco que odia a muchos, pero los que encabezan el cuadro de honor de ese odio son los radicales, acusados de excrementos políticos y humanos, responsables de todas las desgracias argentinas desde 1916 a la fecha. Y Pullaro dice que lo votaría. Flaco favor a Patricia, a la que acepta con anticipación su condición de derrotada. Y flaco favor a la UCR. No sé…no lo entiendo. Puede que yo esté más viejo de lo que creo, pero sinceramente esa preferencia, aunque más no sea hipotética, por Milei, me parece tan coherente como la de aquel negro de la cabaña del tío Tom entusiasmado por votar al Ku Klux Klan.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.