El discurso futbolero de Gamboa se basa en dos premisas básicas: presión sobre el rival para robarle la pelota y buena tenencia de ella cuando el equipo la posee. Hoy, con este Colón, daría la impresión de que el Negro puede trabajar sobre uno de estos objetivos: el de la tenencia de la pelota.
Ningún equipo puede ejercer una presión constante durante 90 minutos. Físicamente, es imposible. Pero además, se necesitan jugadores aptos y no sólo preparados para llevar a cabo este tipo de estrategias.
Por allí, Gamboa ha encontrado respuestas en ese afán de tener la pelota porque cuenta con jugadores potencialmente en condiciones de hacerlo. Para lo otro deberá esperar o “barajar y dar de nuevo”, como habitualmente se dice. La naturaleza de estos jugadores, quizás, no permita que Gamboa consiga lo que pretende como estrategia de recuperación de la pelota. Lo que no quiere decir que no luche eficazmente por conseguirla, pero apelando a otros argumentos y no a la presión constante sobre el rival.