Cultura: CULT-02

Cuando el tango se escuchó en París


Juan José Mosalini y su gran orquesta pusieron el broche final al excepcional y aplaudido festival de tango y bandoneón organizado en la Cité de la Musique y en el Teatro de Chaillot a lo largo del mes de mayo, uno de los momentos culminantes de este primer condensado parisiense del Festival Buenos Aires-Tango, la mayor manifestación celebrada en Europa en torno de esta música latina. El espectáculo continuó con un baile nocturno en los bellos espacios de Chaillot, frente a la torre Eiffel.

Asistió un numeroso y experto público de aficionados al tango, que desde hace años asiste y perfecciona su estilo en clases y fiestas exclusivamente dedicadas a bailarlo.

Apoyo mediático


Pero, sin dudas, el Teatro de Chaillot recibió también a otros espectadores menos conocedores, pues la prensa francesa, escrita y audiovisual, ha prestado a este acontecimiento latino una atención muy especial y continuada a lo largo del mes.

Su principal promotor fue el director del Chaillot y del Festival de Otoño de Madrid, el hispano-argentino Ariel Goldenberg, considerado como uno de los mejores programadores del momento.

Desfilaron por la Ciudad de la Música y por el inmenso escenario del Chaillot grandes nombres de la canción como Susana Rinaldi, Lilia Borda, la mítica Nelly Omar o Adriana Varela, y maestros del bandoneón, la guitarra o la orquesta como Emilio Balcarce, Leopoldo Federico, Horacio Salgan, Esteban Morgado, Julio Oscar Pane y Juanjo Domínguez Trío.

Noches exitosas


El reencuentro parisiense con este ritmo, surgido de los burdeles y los bajos fondos bonaerenses a finales del siglo XIX, que encontró en París sus cartas de nobleza a principios del XX y que volvió a ser aclamado en la década de los '70, cuando la dictadura militar argentina lo consideraba subversivo, fue total.

La apuesta había sido arriesgada, pues, lejos de todo cliché, se mostró en París el verdadero tango de Buenos Aires, no sólo el bailado.

"Lo que hice es casi copiar lo que se hace en Buenos Aires, porque hay ciertos sitios donde la gente va a bailar y hay sitios donde la gente va a escuchar música", explicó a EFE Goldenberg.

De hecho, la gran novedad del certamen fue mostrar que el tango es todavía más que una canción desgarradora y uno de los más apasionantes bailes creados por el hombre, que es, como decía Borges, "un inextricable corpus que forma con el tiempo un largo poema civil".

Para descubrirlo, el Festival Buenos Aires-Tango de París se completó con un sinfín de cursos gratuitos de danza, a cargo de prestigiosas escuelas como la Orquesta de Emilio Balcarce, coloquios, encuentros y publicaciones de discos.

María Luisa Gaspar, París. (EFE)